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Red Internacional
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Mundo Obrero. Según Clarín, en diciembre Sica “se endurecerá con los gremios”

Tras la renuncia de Triaca, el “superministro” de Producción apuntaría al manejo de los fondos de las obras sociales y empezaría a preparar “una reforma laboral para 2020”. ¿Deseo o realidad?

Miércoles 21 de noviembre de 2018 00:00

“Aunque seguirá ocupando su cargo hasta diciembre, la anunciada salida de Jorge Triaca ya genera cambios en el vínculo del Gobierno con los gremios”, asegura este martes Clarín. Según el diario, uno de los cambios sería reemplazar a Sandro Taricco, el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud. Aunque reconoce que todavía “no se baraja la posibilidad de hacer un torniquete y frenar el giro de los fondos a las obras sociales”, la idea es “enviar una señal de advertencia a los gremios: es la última oportunidad que les damos".

El lector a esta altura puede sentirse totalmente desorientado: ¿pero de qué habla? ¿No acaba de “levantar” la CGT un paro que nunca convocó? ¿No hizo todos los deberes para evitar que la bronca por el ataque al salario y el empleo se exprese? ¿No dejó que los empresarios y el Ministerio hagan lo que quieran con aquellos que levantaban cabeza? ¿Por qué ese desagradecimiento macrista con el sindicalismo peronista?

Más tarde el medio insinúa una explicación. “El objetivo de Sica es empezar a sentar las bases para consensuar una reforma laboral y que se debata en el Congreso en 2020, fuera de un año electoral”.

El lector pasa entonces de la duda al asombro. ¿De dónde saca semejante confianza el “superministro”? ¿Por qué se le ocurre que Cambiemos ganará las próximas elecciones e impondrá la reforma laboral que no pudo tratar en 2017?

En realidad, todo se parece a una campaña de prensa de Dante Sica para mostrar una fortaleza y proyección de la que el gobierno sin dudas carece.

Pero también una campaña empresaria, desde uno de sus diarios de cabecera, para marcar agenda: gobierne quien gobierne, para 2020 queremos una reforma laboral. Mientras tanto la aplican en “cuotas”, como hemos visto en petroleros, automotrices o la construcción. Además deja claro el mensaje a las cúpulas gremiales: para los próximos ajustes vamos a seguir necesitando de su colaboración. Aunque para eso usen como amenaza el dinero de la salud de millones de trabajadores que el Estado retiene y la burocracia usa a discresión.

No sabemos cuál será el deseo de Sica, la realidad es que los empresarios quieren endurecerse con la clase trabajadora. Esa es la “señal de advertencia” que hay que tener en cuenta.