El organismo dependiente de las Naciones Unidas aseguró además que la pobreza en el país ascendió al 38,8 %.
Viernes 5 de marzo de 2021 11:42
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó un nuevo informe donde afirma que Argentina ya se encontraba “en una situación económica particularmente vulnerable” antes de la pandemia y esto se acrecentó con el transcurso de la crisis sanitaria donde pese a la "ley anti despidos" el desempleo alcanzó el 20,9 %. Si sumamos a esto los bajos salarios, donde el promedio toca la indigencia y los reiterados aumentos en distintos productos como los alimentos o los alquileres hacen que el índice de pobreza en el país haya escalado al 38,8 %.
Según informó el organismo anteriormente la crisis producida por la pandemia en América Latina supondrá un retroceso de 12 años en términos de pobreza y de 20 años en términos de pobreza extrema.
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La región cerró el 2020 con un total de 209 millones de personas en situación de pobreza, esto es 22 millones más que el 2019.
Según señala el informe previo la pandemia Argentina estaba “en una situación económica particularmente vulnerable, en medio de una crisis macroeconómica que ya llevaba dos años recesivos, con caídas en el empleo formal e incremento de la informalidad, así como descensos en los ingresos de los hogares, en un contexto de niveles de inflación cercanos al 50% anual”. En ese sentido el documento muestra las pequeñas políticas que tuvo el gobierno para contener la crisis como el IFE de tan solo $ 10.000 sirvieron para amortiguar mínimamente las consecuencias económicas y sociales generadas en la crisis sanitaria.
Recordemos que el IFE fue retirado en diciembre del año pasado y el Gobierno no tiene previsto ningún tipo de subsidio "ayuda" para este año. Los jubilados y jubiladas también sufrieron un nuevo ajuste con la nueva movilidad jubilatoria por debajo de la inflación.
La pobreza en América Latina
En América Latina, según el informe, la pobreza se incrementó de 30,5% a 33,7%, mientras que la pobreza extrema subió de 11,3% en 2019 a 12,5% en 2020. El organismo afirma que de los 78 millones de personas que sobrevivieron a la pobreza extrema, unos ocho millones se sumaron el año pasado.
“La pandemia ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región y, en la actualidad, se vive un momento de elevada incertidumbre en el que aún no están delineadas ni la forma ni la velocidad de la salida de la crisis”, dijeron desde el organismo y agregaron que “no cabe duda que los costos de la desigualdad se han vuelto insostenibles y que es necesario reconstruir con igualdad y sostenibilidad, apuntando a la creación de un verdadero estado de bienestar, tarea largamente postergada en la región”.
Entre los países con mayores índices de pobreza tras el impacto del coronavirus se ubicaron Honduras (58,6%), Guatemala (51,6%), Nicaragua (50,7%), México (50,6%), Bolivia (39%), Argentina (38,8%), Colombia (38,7%), El Salvador (38%) y Ecuador (33,6%), Panamá (21,2%) y Paraguay (21,5%), Costa Rica (21%).
La desocupación sigue creciendo
Según la Cepal, la desocupación alcanzó el 10,7% en 2020, aumentando en 2,6 puntos porcentuales respecto del año anterior, miles de personas que perdieron su fuente de trabajo o debieron pasar al trabajo informal con una escasa posibilidad de teletrabajo, ya que sólo el 21,3% de los ocupados en toda la región pudorealizar trabajo a distancia.
Los países con mayores tasas de desempleo registradas a lo largo del año fueron Perú (39,5%), Colombia (21,8%), Argentina (20,9%) y Costa Rica (20,1%) y se registró la tasa de desocupación más alta en los hogares más pobres y vulnerables. “Los grandes perdedores, como siempre, son los pobres”, indicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de Cepal y proyecta mayor desigualdad en la distribución del ingreso en todos los países de la región.
Ante la crisis los estados capitalistas priorizaron destinar su ayuda en garantizar que sigan ganando las grandes empresas. Como describe la Cepal el panorama no es nada optimista para los trabajadores y los sectores más vulnerables.
Por eso hay que establecer otro plan, que haga eje en las necesidades de la población, incluyendo medidas de emergencia como subsidios a quien lo necesite o “salarios de cuarentena”, licencias pagas al 100%, prohibición real de suspensiones y despidos, y mayor presupuesto en Salud para hacer frente a la pandemia, basado en el no pago de la deuda externa y un impuesto a las grandes fortunas.
