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Red Internacional
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Violencia policial. Segunda noche de protestas en Minneapolis por asesinato racista de Daunte Wright

Las autoridades argumentaron que la policía que asesinó al joven afroamericano de 20 años se equivocó y usó su pistola en lugar de la Taser. A pesar del toque de queda las manifestaciones se repitieron por segunda noche.

Martes 13 de abril de 2021 09:47

Foto: Carlos González / Star Tribune

Las reacciones contra el nuevo asesinato policial racista siguieron por segundo día consecutivo en los suburbios de Minneapolis, en el Estado de Minnesota.

El jefe de policía de Brooklyn Center, al norte de Minneapolis, Tim Gannon, dijo este unes que la muerte del afroamericano Daunte Wright, de 20 años, en un control de tránsito se debió a un "disparo accidental". Según las autoridades la mujer policía que lo asesinó "confundió su arma reglamentaria con una pistola Taser".

Estas explicaciones no hicieron más que aumentar la indignación entre la comunidad de Brooklyn Center, que por la noche volvió a salir a las calles y a enfrentar la represión. El amedrentamiento policial incluyó el despliegue de varios vehículos blindados de la Guardia Nacional por las calles del suburbio tras haberse decretado un toque de queda a partir de las 7 de la tarde.
Los partidos de la NBA, de béisbol y hockey previstos para el lunes fueron suspendidos.

Este nuevo asesinato policial racista desató fuertes protestas y desmanes en una zona del país ya bajo grandes tensiones raciales debido al juicio en curso contra un policía acusado de haber matado al afroestadounidense George Floyd el año pasado en la misma ciudad de Minneapolis. Ese brutal asesinato volvió a poner en pie con fuerza al movimiento Black Lives Matter que no solo se extendió por todo el país sino también hacia varios países del mundo en contra del racismo policial e institucional.

Al caer la noche de este lunes, cientos de manifestantes se congregaron con pancartas y gritando consignas bajo la lluvia frente a la estación de policía de Brooklyn Center, pese a un toque de queda nocturno anunciado horas antes por las autoridades.

Los manifestantes desafiaron a la policía a través de la valla erigida alrededor de la comisaría y levantaban pancartas donde se podía leer "Encarcelen a todos los policías asesinos racistas", "¿Soy yo el próximo" y "Sin justicia no hay paz".

La policía comenzó la represión y disparó granadas lacrimógenas varias veces hacia los manifestantes y les ordenó dispersarse.

En total, 40 manifestantes fueron detenidos. Además del toque de queda decretado por los alcaldes de las ciudades gemelas Minneapolis y Saint Paul y en Brooklyn Center, un millar de soldados de la Guardia Nacional patrullan las calles.

Fue la segunda noche consecutiva de protestas en Minneapolis, luego de que Wright, de 20 años, muriera tiroteado por la policía el domingo pasado cuando conducía con su novia.

Durante un control de tránsito, una de las policías "sacó su arma de fuego en lugar de su taser". Esa fue la explicación del comandante Gannon a lo que luego añadió "Fue una descarga accidental que resultó en la trágica muerte", lo que terminó de caldear el ánimo entre los manifestantes.

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Anoche, las autoridades judiciales de Minnesota publicaron en un comunicado la identidad de la agente involucrada, Kimberly Potter, una policía de Brooklyn Center que fue suspendida. Según los reportes, Potter tiene 26 años de experiencia dentro del departamento y era encargada de en entrenamiento de los nuevos policías, por lo que los familiares y manifestantes no creen que disparar un arma de plomo en lugar de una Taser se haya tratado de un error.

El presidente estadounidense Joe Biden calificó la muerte de "trágica", pero advirtió contra cualquier posible "manifestación violenta". A pesar de haber hecho campaña electoral junto a muchos dirigentes afroamericanos y a repudiar los asesinatos racistas, su discurso de este lunes fue calcado de los que realizaba Trump culpabilizando a los manifestantes, y en su caso también incitando a los supremacistas blancos.

Biden usó el mismo argumento al remarcar ante todo la advertencia a los manifestantes más que el repudio al accionar de la Policía racista: "No hay absolutamente ninguna justificación" para los desmanes, dijo.

El caso de Wright no hace más que volver a mostrar el arraigado racismo institucional que existe en Estados Unidos y que quedó al desnudo, como no se veía desde hacía décadas, tras el asesinato de George Floyd el 25 de mayo pasado. Ese día un policía blanco, Derek Chauvin, le apoyó su rodilla en el cuello varios minutos hasta matarlo de asfixia.