Ganando por cuarta vez la Copa Mundial de Fútbol femenino, ha destacado la excelente participación de Megan Rapinoe (mejor jugadora del campeonato y máxima goleadora con seis tantos) y su afilada crítica al Presidente estado unidense Donald Trump
Martes 9 de julio de 2019
Después de haber realizado una excelente campaña en el mundial de fútbol, el equipo norteamericano demuestra su jerarquía en el "soccer" ganando por cuarta vez una competencia que se ha realizado ocho veces, luego de ganar la final contra Holanda con un sólido 2-0.
Dentro de la escuadra estadounidense destaca la delantera Megan Rapinoe, quien fue considerada mejor jugadora del mundial (ganadora del Balón de Oro), y no solamente por sus despuntes por la banda izquierda, sino también por sus posiciones políticas: abiertamente lesbiana, no canta el himno nacional ni asume una posición solemne en gesto de protesta contra el gobierno racista y misógino de Donald Trump. Además, en enero, consultada por el mundial, declaraba que si su selección se coronaba campeona no iría a la "maldita Casa Blanca" (Fucking White House). Ante lo cual el magnate respondió que "debería ganar antes de hablar" ¿cómo habrá reaccionado el mayor agente político de los dueños del mundo ante la noticia?.
Siendo fiel a su estilo, Rapinoe ha hecho duras críticas contra el machismo en el fútbol perpetuado por la FIFA, debido a mantener una brecha salarial brutal (el premio del mundial masculino Rusia 2018 fue de 400 millones de dólares y el femenino solo de 30) junto a lo que la jugadora calificó como una falta de respeto: el que la FIFA haya programado 3 finales distintas (Mundial Femenino, final de la Copa América y la Copa de Oro).
Notable la actuación de la mejor jugadora del fútbol del mundo, utilizando su influyente posición como figura pública para plantearse como una voz de las mujeres y la diversidad en un deporte tremendamente masculinizado y con un gobierno tan reaccionario como el de Donald Trump.