Una semana marcada por el retorno de las protestas sociales. La juventud y los familiares luchan por la libertad de los presos políticos, los trabajadores de la salud por el reconocimiento a su labor y el de la salud pública, los portuarios con un paro por el retiro del 10% de los fondos de las AFP y el movimiento de mujeres contra la violencia machista. Si bien no son movilizaciones con la misma intensidad que en 2019 muestran lo convulsionado del proceso constitucional y la necesidad de unificar las movilizaciones en un paro nacional común.

Gabriel Muñoz Licenciado en Historia
Sábado 28 de noviembre de 2020
Esta semana, del 23 al 27 de noviembre, se registraron importantes movilizaciones, paros y protestas por diversas causas. Éstas se desarrollan en momentos en que la mayoría de las comunas y regiones del país vive etapas de desconfinamiento y se realizan a un mes del plebiscito de octubre que marcó contundentemente la voluntad popular por superar la Constitución de Pinochet.
Salud: reconocimiento a los trabajadores y a la salud pública
Hace ya dos semanas los funcionarios de la salud de diversos hospitales y centros asistenciales se encuentran en movilizaciones. El motivo es claro: el gobierno de Piñera destino millones de recursos públicos para comprar armas, para perfeccionar el actuar de las Fuerzas Especiales de Carabineros, responsables de ataques y violaciones a derechos humanos. En tanto, cada trabajador y trabajadora de la salud ha expuesto su vida y ha sufrido enormes cuotas de explotación laboral producto de la pandemia.
En ese sentido, entre sus demandas prioritarias está el cumplimiento de las normas sanitarias y un bono relacionado al esfuerzo de la pandemia. No sólo eso, exigen un aumento del presupuesto de la salud y un seguro nacional único de salud pública.
El presupuesto de salud per cápita no alcanza para cubrir una curación básica por habitante, el Estado invierte 6 mil pesos por paciente, una verdadera burla. Los funcionarios durante meses han tenido que funcionar en base una verdadera economía de guerra. Han realizado marchas locales como el Hospital Barros Luco y el Hospital Sótero del Rio. En Plaza Dignidad y en Valparaíso.
10% y la crisis económica
En Chile se registraron en el mes de septiembre 2 millones de desempleados. Contabilizando a los que perdieron su empleo por motivos de la pandemia, a los informales y los que desistieron de buscar empleo. La recuperación económica del gobierno, basada nuevamente en una transferencia millonaria de fondos públicos a las grandes empresas privadas, es débil y generó empleo precario: entre mayo y noviembre se crearon sólo 600 mil puestos de trabajo y más de la mitad son empleos informales.
Los empleos asalariados se concentran en Construcción y Comercio, dos gremios en donde las empresas otorgan el sueldo mínimo que representa 1/3 de una canasta básica familiar sobre la línea de la pobreza. El gobierno durante esta semana ingresó un veto al proyecto de la oposición de retiro de 10% de los fondos de las AFP e instaló su proyecto para dividir a los parlamentarios e introducir su nefasta política de impuestos.
En Chile, la mayor parte de los impuestos los pagan los propios trabajadores y pequeños empresarios (por concepto de IVA el Estado recauda casi el 60%). Las grandes empresas evaden impuestos y no tributan como lo hacemos los trabajadores. Justo en una semana en donde se destapó nuevamente la inversión de empresas del propio presidente a partir de fondos de la AFP Hábitat. Los trabajadores de la salud se unieron a esta lucha contra el veto de Piñera y los trabajadores portuarios realizaron paros parciales durante la semana mostrando un ejemplo a seguir.
Violencia contra la mujer
Según la Red Chilena contra la Violencia hacia la Mujer, en 2020 suma 48 femicidios. Esto representa una disminución en relación a los 66 del año 2019. Sin embargo, aumentaron las denuncias de violencia doméstica, desnudando un agudo problema habitacional.
La pandemia significó la pérdida de empleos para cientos de miles de mujeres, perdiendo así su autonomía ante sus familiares hombres. Esto, sumado al confinamiento, aceleró la violencia contra la mujer y amenaza con seguir subiendo dicha cifra. El miércoles 25 de noviembre se realizó la marcha anual contra la violencia hacia la mujer, el punto de concentración más grande de toda la semana. En Santiago se desarrolló una marcha de más de 10 mil personas en dirección a La Moneda en donde se unieron a las protestas de la juventud por los presos políticos.
Marcha anual Contra la violencia hacia la mujer
Los trabajadores del Hospital Barros Luco ese mismo día cortaron Gran Avenida desplegando un pañuelo verde gigante con la consigna "Aborto Legal", llevando las consignas políticas de la mujer a los sindicatos, en donde hay enorme composición femenina como es en salud.
Trabajadoras y trabajadores de la Salud Hospital Barros Luco
Libertad de los presos políticos de la revuelta
El lunes 23 de noviembre miles de jóvenes se reunieron en cercanías de La Moneda para realizar una protesta por la libertad de los presos políticos de la revuelta. Los familiares denuncian que hay aislamiento forzoso, montajes y medidas abusivas como prisión preventiva prolongada.
Conferencia de prensa Familiares de presos políticos
Hay decenas de casos y la Justicia demuestra estar del lado del gobierno y Carabineros al mantener la cárcel para decenas de jóvenes luchadores de octubre y noviembre del 2019. Lo más destacado de esta movilización que se desarrolló también el miércoles y el viernes, es que movió el punto de conflicto hacia las cercanías del palacio de gobierno y bajo la consigna "Fuera Piñera".
Protestas del lunes 23 de noviembre
La urgente necesidad de la unidad de todas las luchas en un sólo paro nacional
Si bien estas protestas, paros y manifestaciones no alcanzan a igualar las fuerzas de la rebelión ni tampoco pueden por sí mismas cambiar el curso de la política, demuestran que hay fuerzas y causas para levantar un paro nacional unificado. Se tiene en la retina el caso testigo de Perú en donde han caído gobernantes por la acción de las protestas. Las organizaciones sindicales como la CUT (que agrupa a más de 700 mil trabajadores y trabajadoras) deben poner sus organizaciones al servicio de organizar un paro nacional efectivo por el cumplimiento de todas estas causas, pero sobre todo para sacar a Piñera y suprimir todas las trabas anti democráticas del proceso constitucional controlado por los partidos tradicionales que defenderán el Chile empresarial al cual representan.

Gabriel Muñoz
Licenciado en Historia