Promesas incumplidas, esperas prolongadas, protestas, especulación en el llenado privado, cacería por el agua... y miríadas más de promesas que no aplacarán la sed.
Sábado 24 de septiembre de 2016
"Me acuerdo de mi gente gastando madrugadas por una lata de agua". Alí Primera ["Canción para acordarme"].
Escenas de la crisis del agua
La agobiante crisis del suministro de agua potable ofrece una desdichada ocasión para recordar la frase que acompaña como epígrafe este texto, solo que ya no se trata de un amargo recuerdo del periodo previo a la instauración de la industria petrolera, sino de la triste realidad sobrevenida del agotamiento del modelo rentista y dependiente del capitalismo nacional, que lamentablemente se mantuvo a pesar de las promesas posneoliberales de superarlo.
Estamos, pues, presenciando las consecuencias del atraso, donde el agua ingerible se compra en botellones (que ya rondan los 500 o 600 bs.) mientras el goteo residual de los aires acondicionados suministra parte del agua que se emplea para el aseo personal y la limpieza (de platos, ropa, baños), así como también puede verse su utilización en el lavado de alimentos; sin dejar de mencionar que ella es insuficiente para cubrirlo todo y debe elegirse cuál quedará sin realizarse.
Titulares del diario El Falconiano durante el mes de Septiembre
Para quienes usan pañales de tela por escasez de los pañales desechables a precio regulado (400 bs.) o por su carestía (alrededor de 4mil bs. los importados) la situación implica un gasto adicional de tiempo y energías.
También genera que grupos familiares migren a otros hogares donde familiares y conocidos más afortunados en la obtención del agua puedieran solidarizarse. O la compra del agua por camiones cisterna cuyo costo descorazonador asciende a cifras desde 6mil (por llenar tanques domésticos) y hasta 25 mil (por el tanque del cisterna entero).
Una escena que nada tiene que envidiarle a los guiones del cineasta Luis Buñuel, aparece en el hecho, amargamente irónico, de que el autor de nuestro epígrafe (Alí Primera) inspirara el nombre de la Estación de Bombeo donde estos especuladores del suministro privado de agua hacen su agosto, y cuyos restos mortales reposan en el mismo camposanto (de Santa Elena) donde cientos de familias, con tobos, pipas y tanques a la mano, aprovechan las tomas de agua para cargar agua a sus hogares.
Las historias se cruzan con los relatos oficiales, colisionan, se bifurcan, se muestra la verdadera cara de esta sociedad donde una clase dominante sedienta de ganancias nos empuja a la sed. Un orden de cosas afianzado y sostenido por un proyecto de país ("que se hace aguas") que desgraciadamente a pesar de tanto hablar de revolución y socialismo, además de prometer acabar con la dependencia nacional e industrializar al país, una vez superada la bonanza petrolera, se muestra incapaz de suministrar el vital líquido a los varios miles de paraguaneros que hoy penamos día y noche por obtenerlo.
Promesas incumplidas en imágenes...
En el estado Falcón, la crisis del agua no ha dejado de agravarse, esto es evidente para cualquiera que haya recibido alguna vez agua a diario y a toda hora, y que eventualmente tal condición cediera su lugar a cada día por algunas horas, luego a 3 días a la semana tras el primer gran racionamiento, seguido de un día de la semana por algunas horas, que rápidamente se recortara al cronograma de cada diez días... pero hasta ese cronograma anunciado se convirtió en una ficción para quienes actualmente, desesperados, se desvelan esperando en vano la llegada del vital líquido.
Si de promesas incumplidas hablamos, la de un suministro constante, garantizado para todas las comunidades, y de calidad, se remontan hasta la gestión del fallecido mandatario Hugo Chávez, cuando se confiaron millonarias sumas a grupos empresariales, contratistas y funcionarios públicos corruptos que nunca respondieron por el destino de tales inversiones, por solo hablar del Acueducto Bolivariano, que en sí mismo solo responde a un flanco del problema, y que sin embargo, después de haber sido bandera de campañas electorales del chavismo devino en monumento a la sed y a la desidia oficial.
De antetítulo resalta la promesa incumplida de Chávez: "Falcón no será más tierra sedienta".
En un artículo de mediados del año pasado donde abordábamos este problema podía leerse la promesa de Maduro declarando "Estado de emergencia en toda la entidad para solventar el problema en un lapso de sesenta días prorrogables" (comenzando el 7 de julio), previamente, el 31 de marzo habían inyectado 3 mil millones de bolívares al problema bajo la promesa de "invertir en el mejoramiento del suministro de agua y rehabilitación de plantas potabilizadoras".
Como podemos constatar en los titulares que hacen las veces de imagen central en el presente artículo, durante este mes de septiembre (próximo a finalizar) el agravamiento del problema ha generado episodios de protestas en diferentes comunidades, encadenado a penurias y cacería por el agua como los que se mostró arriba, aparte de la generación de nuevas y cada vez más indolentes promesas por parte de las autoridades a cargo.
Tomada del Twitter oficial de Hidrofalcon
¿Un problema natural, coyuntural, local?
Ubicada en una península, la vegetación marcadamente xerófita de Punto Fijo la delata como un desierto bordeado de agua marina. Su devenir conoce de sequías históricas, como la del año 1912 que obligó a sus pobladores a un extenunante éxodo hacia el verde sur.
La desestabilización climática en la entidad,acelerada por la actividad industrial; pero también por el incremento desde hace algo más que un par de décadas de actividades económicas ligadas al turismo y al comercio (Hoteles, Centros comerciales, etc.) creciendo a la par junto con el ciclo de sequías desde el 2006 en adelante, pasó por descontado en las previsiones de orden político-económico a tomar en materia de Agua.
Concluíamos en el artículo de mediados de 2015, que nuestra crisis (noroccidental) con el suministro del agua, aunque con agravantes muy locales, era parte de una problemática nacional y estructural, por tanto las vías para afrontarlo a fondo, más que un dilema técnico encarnaba un carácter político, y no podrá ser resuelto más que en las manos de los propios trabajadores y las comunidades afectadas, esto es lo principal a tener en cuenta para evitar que los particulares intereses económicos y políticos de las castas dominantes sigan estafándonos con sus baños de cuento y sed.