Un análisis sobre la situación de la actividad teatral del circuito independiente, comercial y oficial
Elizabeth Yang @Elizabeth_Yang_
Domingo 26 de junio de 2016
Ilustración: Sergio Cena
En este suplemento uno de los temas centrales que vamos a tratar es la situación de la actividad teatral en la ciudad de Buenos Aires. Es un tema que viene teniendo en los últimos meses importantes discusiones, tanto en los circuitos oficiales como en los comerciales e independientes, en especial alrededor de DD. HH y de la repercusión del ajuste y los tarifazos en el desarrollo del teatro.
En la CABA hay 14 salas oficiales (distribuidas en los diferentes teatros) y hay cerca de 25 teatros del circuito comercial. En el llamado independiente, si bien es más difícil calcularlo, se estima que son más de 300 espacios teatrales, donde todas las semanas cientos de espectáculos se presentan y mueven más de medio millón de espectadores al año. Según las estadísticas, entre el teatro oficial y el comercial suman en la ciudad casi 4 millones anuales de público, siendo este segundo responsable del 79,4% del total (informe del Observatorio de Industrias Creativas).
Complejo está el mundo Teatral en la ciudad de Buenos Aires
El Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA) reúne a los cinco teatros públicos de la ciudad, el más importante y representativo es el Teatro San Martín, junto al de la Ribera, Presidente Alvear, Regio y Sarmiento. El complejo fue creado en el año 2000, y depende del Ministerio de Cultura de la ciudad, su misión es promover el teatro, la danza, la música, el manejo de títeres, marionetas y otros objetos, el cine y la fotografía.
Estos teatros cuentan con el dinero destinado en el presupuesto previsto para la ciudad y una ley de Autarquía que permite negociados, y una dudosa política cultural en lo que a objetivos se refiere.
De todos modos, con siete salas de teatro cerradas, podemos afirmar que el panorama actual del CTBA es de crisis. Y en este caso, al macrismo se le hace difícil justificar que la causa principal es la “herencia”. Están gobernando la ciudad desde el 2007.
El kirchnerismo tampoco se quedó atrás, y mantuvo durante ocho años entre andamios eternos al único teatro nacional (casi centenario), el Cervantes, mientras construía el muy importante Centro Cultural Kirchner, que dicho sea de paso, en su placa de mármol figura indeleble el nombre de José López, juntito al de Parodi, De Vido y Kirchner.
El actual Ministro de Cultura de la nación, Avelluto, tampoco tiene ningún plan para sacar adelante al emblemático teatro de la esquina de la Av. Córdoba y Libertad. Parece una competencia para ver quien tuvo (y tiene) mayor desidia por la gestión cultural de los teatros de la ciudad de Buenos Aires.
El complejo tiene 900 trabajadores, en su gran mayoría, alrededor de 600 pertenecen al San Martín y 160 son contratados.
Para este año se destinaron 15 millones de pesos para la producción, que el mismo Telerman (actual responsable del CTBA) define como insuficiente. Es la cifra que quedó después del gasto de 180 millones para la restauración de los edificios. Aunque declararon los propios funcionarios que en el San Martín actualmente se trabaja en la renovación de infraestructuras y actualización tecnológica del teatro, además de las instalaciones eléctricas, de gas, iluminación y electromecánicas, que costará cerca de 250 millones de pesos, superando los gastos previstos.
El presupuesto que iba destinado al teatro Alvear (por lo que no se avanzará en este teatro con las obras hasta fin del 2017) se puso en el San Martín.
Es decir que ya no se sabe ni cuanto se gastó ni cuanto se está gastando en las obras que se están haciendo.
Mauricio Kartun, el dramaturgo, director y maestro, en su último libro “Escritos 1975-2015” incluye un artículo realizado hace más de diez años que hablaba del Teatro San Martín como de una especie de “sobreviviente” frente a la cantidad de salas teatrales que fueron reemplazadas durante los ‘90 por cines, bingos o salas de actos. Para el creador teatral los escenarios encierran la maravilla de ser “el soporte de los sueños y sus rituales” y en relación a las salas cerradas que son "una herida abierta" en el corazón de la ciudad.
Según el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el San Martín, cerrado desde fin del año pasado, pero que está en obras desde hace años, reabriría sus puertas al público en mayo de 2017. Hay que ver si se cumplen los plazos y en qué condiciones.
El Complejo Teatral de Buenos Aires no es ajeno a las políticas de vaciamiento, y de precarización laboral, denunciado por sus mismos trabajadores y también por los artistas, todo esto sumado a las condiciones edilicias y a la política privatista que se viene imponiendo en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires.
Por ejemplo, la Ley de Autarquía y otros decretos como el 2986/MCBA/76 BM 15311 permiten el arrendamiento de las salas de teatros entre ellas la del San Martín, y por lo tanto no sería extraño que alquilen el teatro para fiestas privadas. Ya sucedió en el 2010, bajo el gobierno de Macri, que un domingo 2 de mayo se suspendieron las funciones para que el empresario Andrés von Buch (un millonario coleccionista impulsor de ArteBA) festejara en tres salas del complejo su cumpleaños a cambio de 80.000 dólares. Eso sí, para hacer honor al teatro, pidió para sus más de 300 invitados que fueran disfrazados de “Las mil y una noches”.
Estas fiestas privadas ya las hicieron hasta en el Teatro Colón. El 28 de marzo de este año, la consultora McKinsey que asesora al gobierno, celebró sus 25 años en el país con una fiesta privada en el Salón Dorado. Allí asistieron Macri y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Como veníamos diciendo, nada más alejado de la política cultural que debiera tener un gobierno para con sus teatros.
Toda esta situación generó como era de esperarse también el reclamo organizado de grupos de artistas. A fines de marzo una concentración convocada por el Colectivo de Resistencia Interdisciplinario de Arte (C.R.I.A) se realizó en las puertas del Teatro San Martín. “Estamos seriamente preocupados por el panorama que se nos presenta y venimos a pedir que haya una política de estado que nos represente o que al menos no nos complique más” explicó a los medios Claudio Tolcachir, de la compañía Timbre 4.
Lo mismo hicieron las agrupaciones Foro Danza en Acción (FDA) y Teatro Independiente Monotributista (TIM) que se unieron para realizar acciones que desnuden el estado de crisis del CTBA y, en especial, del Teatro San Martín (Acción Iceberg). De este modo, el 8 de abril lograron una reunión con el director del complejo Jorge Telerman donde hicieron pedidos y propuestas que apuntan fundamentalmente a una democratización del CTBA.
Los objetivos son muy loables, pero teniendo en cuenta los antecedentes de los funcionarios, se hace difícil tener alguna expectativa.
Telerman, durante el gobierno del destituido Ibarra, estuvo a cargo del denominado "Masterplan" para los arreglos del teatro Colón. Este plan se inició en 2000 y fue financiado con créditos del Banco Interamericano de Desarrollo y del Gobierno de la Ciudad. Nunca llegó a concluirse y fracasó después de haberse invertido millones. Al asumir Macri en la ciudad, impuso su propio plan, y supuestamente terminó las obras para el bicentenario del 2010. En realidad no están concluidas hasta hoy, dejó una mayor precarización entre los trabajadores (ya hay un joven muerto por estas condiciones) y creó, con apoyo de los legisladores kirchneristas, la ley de Autarquía que permite los negocios privados con el principal teatro de ópera estatal del país.
Elizabeth Yang
Profesora de Lengua y Cultura portuguesa. Fundadora del PTS y columnista de la sección Cultura de La Izquierda Diario.