En la sala Martín Coronado del Teatro San Martín se presenta esta ficción política basada en el proceso revolucionario francés de 1789.
Martes 27 de junio de 2017 19:39
En la sala Martín Coronado del Teatro San Martín se presenta esta gran obra escrita y dirigida por Joël Pommerat y co-dirigida por Anne de Amézaga.
Esta semana es última de funciones en Buenos Aires dentro de su gira internacional.
Para su creación la Compañía Louis Broulliard (Francia) partió de dos preguntas: ¿Qué empuja a los hombres a derrocar el poder?, y ¿Qué relaciones nuevas se instauran entre los hombres y la sociedad, los ciudadanos y sus representantes?
La obra puede definirse como atemporal ya que, si bien está inspirada y transcurre en los albores de la revolución francesa, no está ambientada de época y el conflicto socio-político que plantea es perfectamente trasladable a la actualidad y a cualquier otro tiempo y lugar donde se desarrolle la lucha de clases.
De hecho, el único personaje histórico nombrado en la obra es Luis XVI, siendo los demás personajes creados por el autor para exponer las distintas ideas que chocan crudamente en el ámbito de la Asamblea Nacional conformada mayoritariamente por la burguesía y el campesinado entre Junio y Julio de 1789 y que originalmente tuviera como propósito representar los intereses del pueblo sin atentar contra la monarquía ni cuestionar su poder dentro de la mayor crisis política y económica de su historia.
Con una buena puesta en escena y muy buenas actuaciones de los 14 actores y actrices franceses que forman la compañía y un muy buen aporte de 20 “no-actores” francófonos residentes en Argentina, las casi 5 horas de duración no resultan para nada tediosas sino más bien dinámicas y con altos momentos de tensión que nos mantienen en vilo y atentos al conflicto de principio a fin.
Quizá un poco cansador resulta leer el sobretitulado para quienes no dominamos el idioma pero los dos intervalos de 10 minutos alcanzan para dejarnos recuperar del esfuerzo visual y la atención dividida. Muy interesante e innovadora resulta la puesta con los no-actores mezclados con el público personificando a los representantes de la Asamblea ya que logran hacernos sentir que estamos participando de lo que ocurre en el recinto e inmersos en un debate apasionado de ideas monárquicas, conservadoras, burguesas, revolucionarias y contra-revolucionarias expuestas por Pommerat en igual tono y por las que resulta inevitable tomar partido tal como lo hace sutilmente el autor dentro de la misma discusión política.
Un gran logro, encuadrado en el realismo político, (aunque por momentos se desliza hacia el teatro antropológico) quizá radique precisamente en esa sensación casi permanente de espectadores activos. No quedan del todo claro ciertos cambios bruscos en la caracterización de algunos personajes que varían de posición ideológica sin que sepamos que los impulsó a tal decisión, pero aggiornado a la coyuntura local y teniendo en cuenta el carácter reformista de la Asamblea que sienta las bases de la actual democracia burguesa, no provoca demasiado ruido en el espectador este panquequismo histórico de la clase política fiel al capitalismo.
En resumen, es una obra que hay que ver (si se cuenta con $250 en tiempos de “revolución de la alegría”) por sus excelentes actuaciones, lo novedoso de la puesta, el tema de lalucha de clases siempre presente y vigente y su excelente calidad artística.
Funciones: miércoles 28 a viernes 30 (última función despedida) 19hs
Duración
240 minutos
Sala Martín Coronado
Teatro San Martín
(Avda. Corrientes 1530)