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Red Internacional
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Deuda odiosa. Sergio Chodos dijo que "hay preocupación" en el FMI por la votación del acuerdo en el Congreso

El representante argentino en el FMI habló de la "preocupación" del organismo sobre el "sustento social y político" del acuerdo. Esta crisis abre grietas en las alturas, por donde puede irrumpir una fuerza social organizada que resista, de manera indepediente, el plan de ajuste del Gobierno y el FMI.

Miércoles 2 de febrero de 2022 12:55

Este lunes, Sergio Chodos, el representante de Argentina en el Fondo Monetario internacional, habló de las preocupaciones que tiene el organismo sobre el acuerdo que pactaron con el Gobierno nacional.

En una entrevista para Urbana Play dijo que "más allá de los números", la preocupación del Fondo es "respecto del sustento social y politico" de este acuerdo en el país. Y agregó que "obviamente hay una preocupación por el trámite legislativo".

Por "trámite legislativo", Chodos se refiere al proceso por el cual se someterá a debate dicho acuerdo, y a su aprobación o rechazo en la cámara de diputados y de senadores. Pero la crisis política abierta en el oficialismo por la renuncia de Máximo Kircher a la cabeza del bloque de diputados, avisora que su aprobación dudosamente vaya a ser un mero "trámite", como quizás pretendiera el FMI o el propio albertismo.

La periodista María O’Donnell, quien entrevistó a Chodos, habló de que podrían ser al menos 20, los diputados del bloque del Frente de Todos que el oficialismo pierda para la aprobación del acuerdo en el Congreso. Y en La Nación afirma que podrían ser 30, entre legisladores de La Cámpora y otros espacios aliados, como Patria Grande.

Aún así, y a pesar de la renuncia de Máximo Kirchner, a quien siguió luego Cecilia Moureau, dejando vacante la vicepresidencia del bloque, ninguno de los funcionarios que plantearon "matices críticos", planean romper el bloque ni mucho menos romper con el Frente de Todos. Incluídos lo que tienen un discurso más radical, como el espacio que encabeza Juan Grabois.

Sobre esto último se expresó la diputada Myriam Bregman del Frente de Izquierda Unidad: "El paso al costado de Máximo Kirchner confirma todo lo que venimos denunciando: el acuerdo con el FMI es un nuevo pacto de coloniaje y significará un duro ajuste contra el pueblo trabajador" y agregó que "demuestra también el enorme límite que tiene ese sector para presentar una alternativa de salida a la crisis". Más allá de las declaraciones y la postura que tomen frente a la votación, ninguno está dispuesto a sacar los pies del plato, ni a enfrentar realmente este acuerdo.

Por el lado de la oposición de Juntos por el Cambio, responsables de la toma de esta deuda odiosa, no cabe dudas de que su programa político es el del FMI. Pero tampoco está claro la posición que tomarán en el Congreos, ya que no quieren cargar los costos políticos. Patricia Bullrich, que encabeza el ala más dura de la coalisión, declaró que el Gobierno debería derogar la ley por la se necesita que el Congreso apruebe el acuerdo de entendimiento: directamente obviar el "trámite legislativo". Aunque otros sectores, como el que representa el gobernador jujeño Gerardo Morales, se muestra dispuestos a cargar las responsabilidad validar este acuerdo de ajuste y sometimiento al FMI.

La preocupación del FMI y la crisis abierta por las contradicciones internas dentro del Frente de Todos -entre un discurso que rechaza el ajuste y una práctica política que ya vieje ajustando en los hechos y garantizando el pago millonario de esta fraudulenta deuda-, representa una "grieta en las alturas", por donde puede irrumpir una fuerza social organizada que resista este acuerdo en las calles, de forma indepediente y se plantee derrotar el plan de ajuste del Gobierno y el FMI.

Esta es la apuesta que hace el Frente de Izquierda Unidad, que convoca a una gran movilización para el próximo 8 de febrero, donde los protagonistas serán los trabajadores, los jovenes precarios, las mujeres, los ambientalistas y todos aquellos que no están dispuestos a permitir que se hipoteque nuestro futuro.

Frente a este acuerdo que implica mayores ajustes, aumento de tarifas, devaluación, medidas de impacto recesivo para la economía y mayores penurias para el pueblo trabajador y las mayorías populares; es necesario contraponer el desconocimiento soberano de la deuda externa. Y frente al discurso del miedo en torno al default que comparte tanto el oficialismo, como la oposición de derecha, es necesario plantear la nacionalización de la banca y el comercio exterior, para evitar la fuga de capitales y poder disponer de todos los recusos en favor de las necesidades del pueblo trabajador y las mayorías populares.

Esto es posible si se construye una fuerza social organizada desde abajo, que además exija a las conducciones de los sindicatos y organizaciones de masas que dicen oponerse a este acuerdo, que convoquen a dar esta pelea. Y esa es la salida que está trazando la izquierda. "El polo que nosotros integramos como Frente de Izquierda-Unidad, y del que también forman parte otras 200 organizaciones, es claramente un polo de referencia independiente que implica una posición de ruptura con el Fondo, de no pago de la deuda, pero también de cuestionamiento fuerte a la política que Alberto Fernández vino llevando adelante hasta ahora" -explicó Myriam Bregman. Y agregó: "Creemos que la fortaleza que nos da la movilización es la de justamente esa: poder plantear nuestra agenda en la calle, que es lo que en definitiva a nosotros nos interesa. Que la voz que representamos en el Congreso sea la voz de las demandas que construimos ahí".