El legendario saxofonista charló con La Izquierda Diario sobre el fenómeno de estas fiestas con la banda Los Decoradores junto a Semilla Bucciarelli y varios ex Redondos. El recrear una etapa y la emotiva relación con el público ricotero, su historia artística, los pañuelos verdes y el libro del Indio, en un mano a mano imperdible.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Viernes 15 de marzo de 2019 16:00
Sergio Dawi en el patio de la sala de ensayo de Los Decoradores, que preparan otra Kermesse Redonda. (Fotos: Marcelo Scoppa).
A pocos días de una nueva Kermesse Redonda, el impactante evento ricotero en el que prácticamente todos los músicos que conformaron Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (con Semilla Bucciarelli en el bajo y a la cabeza junto a nuestro entrevistado, Tito Fargo en guitarras, Hernan Aramberri en batería) recrean aquellos temas de la mítica banda y que tocarán en Groove de Palermo este sábado 16, La Izquierda Diario se acercó al “hogar” de esta banda que protagoniza la fiesta: la sala de ensayo de Los Decoradores.
En realidad, más que por ser una pintoresca casa antigua con jardín y pasillos en el corazón del barrio de Caballito y por exhibir una cálida decoración –posters, dibujos y pintadas que denotan que el arte plástico es otra de las dimensiones que abordan– se trata de un hogar por el clima de fraternidad que se respira en el aire. “Sentimiento, familia, esos somos”, se autodefinen en posteos de redes sociales. Conversando con nuestro anfitrión –nada menos que Sergio Dawi- confirmamos que no se trata ni de un cliché ni de una postura: es una atmósfera auténtica que ellos crean y que es prácticamente tangible.
La sensación emotiva de conversar con un protagonista de una de las bandas fundamentales de la historia del Rock en Argentina y que además cuenta con una sólida carrera propia, presuponía un desafío difícil para nosotros. Sin embargo la calidez de Sergio Dawi (que muy amablemente también invitó a ser parte a Nico, obrero de la gráfica autogestionada Madygraf que acompañó a los cronistas) y observar que en la recepción de la sala escoltan la entrada dos vinilos de Elvis Costello (sus primeros discos My Aim is True y This Year´s Model, música que a priori se supondría ajena a estos artistas) nos despejaron los nervios: estábamos en un lugar amigo en el que la música y el arte están antes que cualquier cosa. Así fluyó la charla.
LID - ¿Cómo surgió la Kermesse Redonda con Los Decoradores como banda estable?
Fue de una manera bastante orgánica que surgió, porque después de que terminamos el “año sabático” de los Redondos cada uno se incorpora a hacer sus cosas: Semilla a pintar, Walter Sidotti a tocar en muchas bandas, yo también con mi actividad de empezar a cantar… Con Los Estrellados hicimos 3 discos. Al tiempo con Semilla hicimos un dúo, SemiDawi, que era bastante experimental y que nos permitió recorrer todo el país y mostrar algo por fuera de las expectativas que tenía la gente cuando venía a escucharnos. Con SemiDawi era un espacio de libertad que lo compartíamos y teníamos la sorpresa de que era muy bien recibido. Hace dos o tres años un amigo nos propone: “¿Por qué no juntan el presente este de SemiDawi y por el otro lado Walter (que estaba con su banda Comando Pickles) y tocan primero lo de ustedes y lo de Walter y después algunos temas Redondos?”.
No estaba en los planes, de 2001 a esta parte pasaron muchos años… Pero la vida pasa. En muchas oportunidades tuvimos -Semilla y yo básicamente- oportunidad de invitación a tocar temas, pero como todo lo que hicimos en los Redondos tuvo un lugar muy especial que queríamos cuidar, necesitábamos crear un espacio en el cual estar cómodos para hacer esos temas. Pudimos hacer varios shows en el Norte, después en Niceto, con esta formación de SemiDawi-Comando Pickles y después estos temas. Incluso hicimos un show con todos temas Redondos para recaudar guita para Enrique Symns, esa fue la primera vez que dimos un show sacando estas cosas “del presente”.
Muchos planes uno los puede proyectar, “yo quisiera”… Esto se fue dando… La verdad que encontrarnos nuevamente con los temas fue una sorpresa porque a veces uno escuchaba los temas “tangencialmente”, cuando ibas a un supermercado o te subías a un taxi, uno a veces tiene en la historia musical más el presente de lo que está haciendo. Fue encontrarnos con esas letras, con esa energía de esos temas, que de alguna manera también estaban hablando de un presente que nos hacía poder encontrarle un sentido a esta posibilidad de tocar nuevamente esos temas. Notamos que no habían perdido vigencia… Por otro lado, el reencuentro con el público fue algo muy, muy emotivo, y nos permitió la posibilidad de materializarlo. Aunque en un momento cuando el Indio nos invitó a componer un tema en su anteúltimo disco y después ir a tocarlo a Gualeguaychú, ahí tuvimos la posibilidad del reencuentro.
Pero bueno, esta formación hoy por hoy está haciendo presentaciones en lugares teatrales, o sea, en situación muy íntima, algo que sucedió en las primeras épocas redondas… El vínculo era muy especial. Los vínculos siempre se van moviendo, pero había un deseo, unas ganas, un disfrute… una fiesta. Tal es así que, en esta situación del mundo, del país, de la civilización, que a mí personalmente me acongoja –por esta historia de incertidumbre que no sabés para dónde vamos, qué va a pasar- muchas veces uno necesita “alimento” para poder seguir con una cierta hidalguía este camino que es la vida… Creo que lo más orgánico son los amigos, tu compañera, los hijos, y esto que se da en los shows tiene una particularidad casi familiar, fraternal y festivo donde la alegría es casi un antídoto efímero ante tanta demencia.
A esta altura del partido, -yo personalmente y Semilla también, creo que todos los chicos de la banda- pensamos que si no tiene sentido lo que uno está haciendo, preferible no hacerlo. Realmente esto tiene un sentido: el reencuentro con este público, con esta familia, y que no es una propuesta que tenga que ver con la nostalgia sino que tiene que ver con el presente. Estamos muy contentos y también muy motivados y emocionados con lo que sucede.
Yo los sigo desde hace mucho y creo que la mayoría debe tener curiosidad sobre cosas que tengan que ver con los Redondos… Pero quisiera preguntarte algo distinto, al revés ¿Qué cosas que no vimos aquellos que conocemos el ambiente de los Redondos podemos encontrar de nuevo en los shows de ustedes? ¿Con qué sorpresas nos vamos a encontrar por ejemplo en Groove este sábado?
Mirá, se van a encontrar con un show Redondo en donde respetamos la estructura de los shows de antes. Tenemos la banda armada en donde también están Oski en la guitarra, Fede García Vior en teclas y coros y Jorge Cabrera cantando. Y por otro lado, convocamos a otros cantantes que de alguna manera han vivido el mundo redondo y que pueden interpretar las canciones con mucha comodidad. Así logramos darle un aggiornamiento a estas canciones. En general hacemos la música con los arreglos que tienen los temas originalmente pero cada voz le da su toque; ya de entrada hay invitadas mujeres que cantan, con lo que al principio teníamos algún resquemor porque nunca pensamos que las mujeres podían meterse en esta frecuencia, y resultó. Por ejemplo, este sábado vienen Lula Bertoldi de Eruca Sativa y Juli Laso que era cantante de la Fernández Fierro. También viene Alejandro Kurtz de El Bordo, Manuel Quieto de La Mancha de Rolando. De alguna manera eso nos va alegrando la noche… Y nunca son las versiones iguales porque el rol del Indio era muy difícil de sustituir y creo que esto es una forma de recrear los temas. También cuando vamos al interior tratamos de que los invitados sean locales, y así se da un ida y vuelta… Estuvimos en Salta, en Córdoba, en Rosario…
Te imagino con La Mona (Jiménez) en Córdoba…
¡Tuvimos dos intentos con La Mona! Pero al final no se dio porque, justamente, siempre tocamos los sábados y él estaba muy atareado… Pero le tiramos la invitación.
Si sale, avisanos primero (risas)
También por otro lado invitamos, inspirados en este título de la Kermesse Redonda, a artesanos y gente que hace cosas relacionadas con el imaginario Redondos a que pongan sus puestos con sus obras… También le sumamos las imágenes que nos cedió el Mono, Rocambole, y las de Semilla en las proyecciones que hace Hernán Huguet. Con esto todo tiene una impronta bastante personal. Esa es otra de las sorpresas que se van a encontrar. Pero básicamente, lo que van a encontrar es una fiesta. Y hay un espíritu fraternal, un espíritu de cuidarse uno al otro. Poder cultivar estos sentimientos fraternales es lo que, insisto, también le da sentido a esta historia. Poder fortalecer en esta época el estado de ánimo y poder estar más en comunidad.
Antes eran así los recitales de los Redondos, en los lugares más chicos digo, de cuidarnos porque era peligroso no entre nosotros sino por la Policía sobre todo… Me da la sensación de que Kermesse Redonda es más parecido a esa primera etapa de los Redondos…
Exacto.
¿Y cómo viviste pasar de esa etapa más íntima a otra en la que Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota se transforman en una banda de grandes estadios y en un fenómeno masivo?
Fue un cambio muy paulatino. Primero fue Cemento, después lugares tipo el Teatro de Flores, y también había una regularidad de tocar, por ahí tocábamos 3 o 4 veces al mes. Cuando ya entrás en una etapa de estadios, es una vez cada tanto, dos veces al año capaz. Pero fue bastante natural el crecimiento.
¿Y a nivel compositivo crees que influyó este cambio en la historia de los Redondos?
No. Viste que casi todos los discos de los Redondos fueron bastante diferentes uno del otro, o sea que también tenía que ver con lo que les pasaba al Indio y a Skay que básicamente eran los compositores. Nosotros sumábamos como banda nuestra imaginación, porque a nosotros nadie nos escribía las partituras; nosotros sumábamos en los arreglos, montados a veces en temas viejos que tenía el Indio u otras en el concepto que tenía el disco. Pero no estaba relacionado a ese crecimiento de la banda sino más bien al crecimiento o el desarrollo de la vida en lo social, en lo político, en el todo.
Pasando a tu historia personal ¿Cómo fue tu acercamiento a la música, por qué en tu vida te volcaste a ser músico?
Yo nací en una casa donde había un piano, donde mi vieja es música. O sea que tuve una cuna en donde la música, el cine (por su padre, el cineasta Enrique Dawi, NdeR), mi hermano pinta, mi hermana ceramista, siempre estuve embebido en ese clima. En un momento me voy a vivir a España, como 10 años, y ahí agarro el saxo y entro a formarme de alguna manera, en la calle y en las escuelas de música, en lo que puede ser Blues, Jazz, música popular. Cuando vuelvo, al año más o menos, me convocan. Yo no era “rockero”, no tenía ese perfil… Por supuesto que había escuchado a todos los clásicos y como soy músico pude incorporar mi música y mi manera de hacerla, no de una manera ortodoxa sino como me salía. Entonces tengo un carácter, sumó una personalidad.
¿Y cuáles fueron tus principales referencias artísticas?
Depende de los géneros. Desde los Rolling Stones hasta John Lennon en su época solista, entre los saxofonistas King Curtis, pero en general soy bastante variado. Creo que la música acompaña momentos de la vida y a veces hay momentos en los que puedo estar más cercano a saxofonistas de Jazz y en otros a algo más bien Free… También depende de en qué proyecto esté montado en cada época. Pero no tengo referentes tan marcados, es un espectro bastante amplio.
¿Qué te gusta o te conmueve de la escena musical actual?
Lamentablemente en este momento no estoy muy a la búsqueda, me recuerdo en otras épocas buscando más. Veo que la industria no está apuntando al Rock, está apuntando a otra cosa con la que no sé si tengo afinidad. Te puedo decir Catupecu, Nahuel Briones (que también lo invitamos a cantar un par de veces), también Las Bodas Químicas, Acorazado Potemkin… Son bandas que están funcionando y que están en la búsqueda todavía de algún espacio.
Volviendo a Los Decoradores y sus Kermesses Redondas, es sabido que cuentan con la “bendición” del Indio y han mantenido alguna relación con él. Hace muy poco sacó su autobiografía ¿la leíste o tenés pensado leerla?
Sí, yo la compré porque viste que el tipo es brillante y siempre la mirada de él va a tener sorpresas. En todo lo que fueron la aparición de los temas nosotros recibíamos las letras un poco ya hechas pero nunca conocimos la intimidad de porqué escribía lo que escribía. Por cómo está encarado el libro te da pistas y la verdad que eso es muy interesante. Por lo que pude ver por afuera, está hablando también de una sociedad, no sólo de canciones, sino de momentos políticos y cómo eso se interconectó con los Redondos, con las canciones. Me parece que eso va a estar muy bueno. En cuanto lea, te cuento (risas)… Pero de entrada apuesto a que va a ser una muy buena lectura, y aparte seguramente es un libro de un buen nivel, le va a hacer bien a quien lo lea… Es un buen convite.
Para terminar, en uno de los dibujos para promocionar el show de este sábado en Groove hay un personaje con un pañuelo verde ¿Cómo surgió eso? ¿Cómo ven la situación del país al calor de movimientos sociales como el de las mujeres?
En nuestros shows hemos invitado a Paula Maffia, a gente que está cercana a la militancia, este escenario de la Kermesse está abierto a todo tipo de mirada que tenga una intencionalidad de apuntar a un cambio, a una mejora. Yo hasta en mi Whatssapp tengo el pañuelito verde, realmente creo que es estar hablando de temas casi de la Edad Media. Hay que aggiornarse. De todas formas, en general nosotros no bajamos línea, que esté el pañuelo fue medio una casualidad. Lo hemos colgado en el escenario cuando nos lo han tirado.
****
Antes de retirarnos para que Sergio pudiera plegarse a comenzar el ensayo que tenían pautado, se hizo tiempo para escuchar con muchísima atención a Nico, obrero de la gráfica Madygraf (ex Donnelley y Atlántida) que desde el corazón de la zona norte del Gran Buenos Aires lucha por sostener una ejemplar autogestión obrera. Nico le contó sobre las iniciativas artísticas, deportivas y sociales que desarrollan –desde comienzos de año funciona un club- y que han montado escenario para que toquen desde Javier Malosetti y La Delio Valdez hasta la Orquesta Fernández Fierro. Sergio recordó que hace poco habían sido reprimidos en Congreso junto a varios fotógrafos por reclamar ayuda para aliviar la difícil situación económica que atraviesan las 130 familias que sostienen Madygraf. Y dejó picando una propuesta: los obreros de Madygraf están invitados a exponer su trabajo y su lucha en un puesto dentro de la Kermesse Redonda. Fue la mejor postal de cierre para retratar a Sergio Dawi, a Los Decoradores y a su hogar.