La banda de rock cañuelense Los Trabajadores vienen de hacer las primeras dos presentaciones de La Piara, su nuevo disco. Entrevistamos al cantante, guitarrista y compositor Sergio Massarotto. Cómo fueron las presentaciones, el proceso de grabaciones, sus influencias y lo que se viene. Mirá el video en vivo.
Jueves 4 de noviembre de 2021 12:03
Los Trabajadores en Juana de Arco, Cañuelas, 16 de Octubre.
La Izquierda Diario: Acaban de sacar el primer disco de la banda, contanos un poco, Sergio, las sensaciones que ya dejó el material, el haberlo tocado en vivo, cómo fue la respuesta…
Sergio Massarotto: Hola a todos. La verdad que muy contentos por la recepción, las devoluciones, la llegada de la música y sobre todo cómo vibró la banda en las dos presentaciones que llevamos defendiendo el disco. Tanto en Juana de Arco el 16 de Octubre, como en San Justo el 23 nos llenó de emociones distintas, y sobre todo muy sorprendidos.
LID: ¿Por qué sorprendidos?
SM: Básicamente porque uno cuando hace un disco, un trabajo artístico no sabe con qué se va a encontrar del otro lado. Podés calcular un poco –de hecho lo hacemos todo el tiempo-, evaluar hasta ahí, pero al fín y al cabo no sabés lo que va a suceder. Eso te genera dos cosas, o mejor dicho, una doble ansiedad para que salga eso que ya no bancas más que esté “en la gatera” y para saber qué va a pasar con el resultado, si va a llegar, si va tocar algo o va a pasar desapercibido. A veces vos estas convencido de algo que en realidad se confirma por el afuera o no. Todos dicen que la canción es tuya hasta que sale afuera y empieza a caminar, a eso me refiero en parte.
LID: Hablas del tiempo, de lo que llevó hacer el disco. Contanos como fue el proceso.
SM: La Piara no sale de la estructura de trabajo de todo disco. Por ahí la cuestión pandémica da algo distinto, eso sí. En principio la composición de canciones, luego la selección, el ensayo, los arreglos y para redondear hicimos demos de cada una de ellas.
Luego la hora de grabar. Ahí arrancó lo picante porque hicimos mucho bajo el fuerte sol de este febrero, en Carancho Rojo recién estrenado (y desordenado también). Luego mezclar y al mismo tiempo, como es una producción independiente y casera en el estudio propio, continuamos arreglando y componiendo sobre las canciones.
Estamos muy contentos por la recepción, las devoluciones, la llegada de la música y sobre todo cómo vibró la banda en las dos presentaciones que llevamos defendiendo el disco
Ahí llegaron las evaluaciones: que subí allá, que bajá lo otro…hasta que quedaron las pistas para mandar a masterizar. Por último una última revisión luego de que el ingeniero de mastering Daniel Osorio –un capo- nos haga una devolución, y ahí si el trabajo terminado. Si te ponés estricto fueron casi dos años de trabajo entre composición hasta el master. Pero de febrero a junio de este año hicimos el 80% del disco, en jornadas y semanas agotadoras. Hubo días en que no dormía y me levantaba desesperado, mandaba un mensaje a alguno de mis compañeros para ver como seguíamos, para encontrar una posta, una mano. En abril vimos la luz del final del túnel y empezamos a tranquilizarnos. En el medio una pandemia, la inmovilidad, el miedo real, la muerte acechando.
LID: Escuchandolo uno siente que se atraviesan momentos luminosos, como Gonzalez Chavez, pero también ciertos lugares oscuros aunque nunca deja de haber ironía, buen humor. ¿Por momentos sentís que está eso? ¿Esa tensión?
SM: Bueno, ojalá. Es un poco lo que está girando en el aire de la época. Yo creo que las canciones parten de un lugar chico, pequeño que es la vivencia personal en un ambiente y una geografía específica como es la de Cañuelas, esta zona mitad ciudad mitad campo, último bastión antes del sur pero también desde una hora específica: la noche, el disco –al menos lo que coincidimos con los muchachos- es nocturno.
Desde ahí intentamos conjurar el aire del momento con pequeñas narraciones que son vivencias personales, o si no eso, narraciones, historias de formas de vivir que conocemos por cercanas. Y uno no puede negarse a la oscuridad pero tampoco a la resignación o al amor, o más aún, a la resignación por amor y a la luz, el humor y la ironía. Esos elementos quería que estén en las canciones, que al fín y al cabo hablan de personas que se caen, se levantan y apuestan adelante pese a todo. Y con los muchachos creo que redondeamos ese sonido barroso, espeso y pícaro también, en los ensayos, en nuestro humor y finalmente en la mezcla, que –creo- se expresa bastante bien en el título.
No la quiero complicar mucho, te lo resumo, ¿qué estuvimos viendo en estos dos años? Nuestro lugar, nuestros barrios y desde ahí inventamos algunas historias.
Reitero por tercera vez. La cuestión del humor, de reírse y divertirse son claves, ya que son épocas en que pareciera que estamos perdiendo esa gran faceta humana, a veces parecemos en la Edad Media del Nombre de la Rosa donde estaba prohibido reírse, donde todo era torpemente serio. Me gustaría que ese elemento quede girando en el aire –junto con otros más narrativos, claro- cuando se termina de escuchar el disco. Que la sensación sea la de haber recorrido un territorio y visto o escuchado sus historias, observando todo con buen humor.
La cuestión del humor, de reírse y divertirse son claves, ya que son épocas en que pareciera que estamos perdiendo esa gran faceta humana
LID: ¿Cómo eligieron el nombre del disco?
SM: Como te digo, le dimos vuelta a las canciones hasta encontrar algo que podríamos llamar la “esencia” de las mismas –que también pueden ser sólo deseos nuestros, aquellos que queremos que sea-. Y después de debatirlo mucho todos encontramos en La Piara el concepto o la constelación conceptual o el prisma a través del cual mirar el disco y nuestra realidad también. Un conjunto de chanchos, sucios, llenos de barro, un tanto ordinarios, que avanzan, se quejan, se golpean pero siguen. Era una imagen bastante concreta.
LID: ¿Qué influencias notas cuando escuchás el disco ahora que pasaron unos meses?
SM: Mirá, te digo las que me gustarían que estén. Como en la respuesta anterior, la influencia más como un deseo que como una marca ineludible. Y en ese plano notamos a Bruce Springsteen, a Jack White, también hay algo de Dire Straits, The war on drugs, The Black Keys, Queens Of The Stone Age... Y no puede faltar un dejo a Los Redondos de la primera época, a Serú, algo piojoso, algo de Ataque y el rock argentino de los ‘70s. Son los que me gustan y que le gustan a varios de los integrantes de la banda (tenemos gustos bastante irregulares). Me parece que es bastante evidente el influjo en alguna sección, en algún gesto mínimo, en la elección de algún arreglo o efecto sonoro o en las temáticas y la forma de encararlas.
Son todos artistas que no cierran los ojos frente a lo que los rodea y se hacen cargo de su sitio. Escriben hacia afuera y arman también un afuera. Esos son los que más me gustan y ojalá Los Trabajadores sea una banda respetada por eso, por tener un lugar sonoro y poético, aunque mínimo, fantasmal, básico, sencillo o difuso desde donde hablar, un lugar en el que al menos un pequeño puñado de gente se sienta representada. Ese es nuestro sueño.
LID: Y en ese camino van. Y para cerrar: ¿Y cómo siguen de ahora en más?
SM: Y... A largo plazo ya hay ideas, bocetos, sonidos nuevos dando vuelta. Pero paso a paso. En lo inmediato tenemos dos fechas confirmadas para el 17 de Noviembre en San Justo, en el mítico Circus. Y a fin de mes, el 27, acá en Cañuelas, en Hueney. Y siempre estamos viendo si sale alguna fechita más... Veremos.
También tenemos la idea de grabar algún clip lindo. Son cosas que nos gustan. Vamos a ver si sale. Pero para todo eso, estén atentos a nuestros redes. Ahí vamos publicando varias cositas. Sacamos un video muy elegante de la presentación que hicimos en Juana, y también todas nuestras novedades.
Instagram: @los.trabajadores
Spotify: Los Trabajadores
Youtube: Los Trabajadores
Sitio Web: lostrabajadores.com.ar