CGT UNIFICADA. Sergio Sasia, ¿de la Unión Ferroviaria a la CGT unificada?

En el marco de una “conducción abierta, colegiada y participativa”, el Movimiento de Acción Sindical Argentino (Masa), con Omar Viviani a la cabeza, propuso al titular de la Unión Ferroviaria (UF) Sergio Sasia como “único secretario general de la futura CGT unificada” que, de acuerdo a lo previsto se materializaría hacia el 22 de agosto. En una entrevista por Radio América realizada hace unos días, el postulante, a afirmó entre algunos puntos que “El principal objetivo es determinar que los derechos de los trabajadores no se negocian”, pero, ¿quién es Sergio Sasia?

Hombre del entorno del metalúrgico Antonio Caló, Sergio Adrián Sasia, asumió la conducción de la Unión Ferroviaria luego de la condena imputada a su extitular, José Pedraza, a 15 años de prisión por el asesinato del militante Mariano Ferreyra. En el momento, sus allegados buscaron la forma de despegarlo de la herencia pedracista renovando su discurso y fortaleciendo amistades con otros gremios vinculados al ferrocarril como con Omar Maturano de La Fraternidad que no prosperaron, además de hacer expreso su alineamiento con el kirchnerismo. Ya cuando Hugo Moyano y Luis Barrionuevo anuncian un paro general para el 10 de abril de 2014, Sasia marcando una diferencia, pidió “responsabilidad” en una clara manifestación de apoyo al gobierno de Cristina Fernández.

Lo endeble de las relaciones políticas

Cuando el año pasado se anunciaba con bombos y platillos la reestatización del ferrocarril, el entonces Ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo, invitó al titular de la UF Sergio Sasia para que llenara de ferroviarios y afiliados con sus banderas verdes la locación del acto como una forma de respaldar su gestión y futura candidatura. Así su sentimiento por el gobierno de Cristina Fernández, y así también, ferviente defensor de Randazzo, ubicó a Maturano del otro lado del Sol. Por supuesto, el número uno de La Fraternidad ya había entrado en una relación atomizada con el kirchnerismo y se mostraba cercano al moyanismo. Lo que sigue es parte de la historia que antecede al cambio de gobierno, en una interna ambiciosa dentro del FpV.

Sasia se había comprometido a apoyar, no sólo las iniciativas del exministro Randazzo, sino que a formar parte de la campaña electoral en el camino de las PASO. Puede parecer una formulación extraña, pero no. Quien debiera defender los derechos de los trabajadores, se unía a un funcionario que se dedicaba a “perseguir” a los ferroviarios para responsabilizarlos por el mal estado del ferrocarril, tantas veces denunciado por los mismos trabajadores. Pero, Randazzo no pasó las Primarias, quedó en el camino y, el titular de la UF, rápidamente intentaría reacomodarse y salió al respaldo del candidato ganador: “Este proyecto continúa con el triunfo de Daniel Scioli”, dijo. Y así fue el alto viraje de Sasia, no bien el exministro salió de la escena política y mediática.

¿Otro modelo de sindicalismo?

Por lógica, se considera que los representantes gremiales debieran defender los intereses y derechos de los trabajadores, pero, ¿qué pasa cuando no se ven mejoras en las condiciones laborales y tampoco, dentro de la misma estructura que las reproduce? Se rompe la delgada línea entre lo que debe ser y su antítesis. Y sin tirar. Sasia en estos días expresó que es un “orgullo”, para él, colaborar por la unidad en el marco de la “difícil” situación que estamos viviendo. Y colaboró firmando un aumento del 22% en las paritarias ferroviarias. Por supuesto a la baja, en el marco de la carestía de vida.

Si los trabajadores del ferrocarril continúan con denuncias sobre las malas condiciones laborales, una política de controles arbitrarios, precarización laboral, despidos, en algunos casos como en la línea Roca, maltratos y abusos por parte del servicio médico y cada vez que ocurre un accidente fatal cae sobre ellos una enérgica criminalización, y el gremio no da respuestas, ahí sí, la situación se pone “difícil” para los laburantes, ¿no?.

Sasia y sus comendadores, aún no pudieron concretar alguna medida de resistencia contundente. Y ni por las tapas, la convocatoria a un paro general nacional, hasta ahora. Los discursos siguen de la mano del ajuste y los despidos, mientras tanto, hay sectores de trabajadores y jóvenes que ante el malestar y la inacción de quienes debieran representarlos, comienzan a organizarse para resistir, de verdad, las políticas de ajuste del Gobierno.