La presidenta Claudia Sheinbaum resaltó avances en programas sociales y criticó modelos fallidos de desarrollo, mientras reafirma su postura frente a Estados Unidos y anuncia próximas reuniones con cancilleres.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 2 de enero
En su conferencia de prensa matutina de este jueves 2 de enero, la presidenta Claudia Sheinbaum destacó los resultados de la Cuarta Transformación al afirmar que "la 4T da resultados y eso lo reconoce el pueblo de México" e instó a sus opositores a realizar una autocrítica sobre el fracaso de sus estrategias, atribuyendo el respaldo popular a los logros de su gobierno. Entre los tópicos destacados estuvieron los avances en programas sociales como la entrega de tarjetas del Bienestar y la inversión para comunidades indígenas y afromexicanas, la salida del fiscal de Guanajuato Carlos Zamarripa, la política migratoria con el anuncio de una reunión internacional de cancilleres, y la postura del gobierno frente a Estados Unidos, especialmente en torno a las relaciones bilaterales y la cooperación en seguridad. Además, se presentaron críticas al reportaje del New York Times sobre la producción de fentanilo en México, con participaciones de funcionarios como Armida Zúñiga Estrada, de Cofepris, y la teniente Juana Peñaloza de la Marina. La conferencia contó con la presencia de varios miembros del gabinete, quienes expusieron cifras y estrategias relacionadas con estos temas.
Uno de los anuncios principales fue la próxima reunión de cancilleres de diversos países para abordar la migración, un tema que ha tensado las relaciones internacionales y que posiciona a México como un actor clave en la región. Este esfuerzo contrasta con la tradicional subordinación de México a la política migratoria de Estados Unidos, aunque la mandataria aseguró que “en México nos hacemos cargo los mexicanos y no aceptamos injerencismos”.
No obstante, el posicionamiento frente a Estados Unidos fue matizado. Sheinbaum reafirmó la intención de mantener una “buena relación” con el presidente Trump, evocando la cooperación durante el sexenio de López Obrador, en lo que puede interpretarse como un intento de equilibrar intereses políticos en medio de las amenazas comerciales recurrentes desde Washington.
En el plano nacional, Sheinbaum celebró la salida del fiscal Carlos Zamarripa Aguirre en Guanajuato, señalando la necesidad de atender las problemáticas estructurales de violencia, pobreza y adicciones en el estado. Sin embargo, la presidenta evitó profundizar en las responsabilidades federales ante estos problemas.
Por otro lado, en el ámbito de los programas sociales, la Secretaría del Bienestar presentó cifras de inversión y el calendario de pagos para este año, resaltando la entrega directa de recursos a comunidades indígenas y afromexicanas. Aunque este modelo pueda ser bien recibido y sea producto de la lucha y resistencia de dichas poblaciones, sectores críticos señalan que las medidas no son suficientes para enfrentar las condiciones de precariedad en que viven estos sectores.
En un tono más polémico, Sheinbaum y miembros de su gabinete cuestionaron la veracidad de un reportaje del New York Times sobre la producción de fentanilo en México. La mandataria insistió en la defensa del derecho a la información veraz, anunciando el lanzamiento de una miniserie sobre la adicción a los opioides en Estados Unidos, un esfuerzo que, si bien busca desmentir narrativas externas, podría desviar la atención de las responsabilidades nacionales en el combate al narcotráfico.
La conferencia reflejó el doble desafío del gobierno federal: mantener la legitimidad de sus políticas sociales y enfrentar un contexto geopolítico complejo. Las tensiones internas y externas ponen a prueba la promesa de transformación profunda, mientras las comunidades indígenas, los migrantes y las víctimas de violencia siguen siendo actores centrales en la disputa por un gobierno que vele efectivamente por los intereses del pueblo pobre y trabajador.