Los medios publican proyectos de reestructuración del Indec y quieren vender la idea de un instituto recuperado. Pero esa imagen se cae a pedazos ante las condiciones laborales existentes.
Martes 10 de abril de 2018
La aparición de un alacrán en una oficina en plena jornada laboral, producto probablemente de la permanencia de escombros acumulados y agujeros destapados en varios rincones del edificio, que se encuentran en refacciones desde hace meses, desnuda en gran parte el maltrato cotidiano que vivimos quienes trabajamos en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
La gestión macrista del Instituto actúa promoviendo la imagen de un nuevo Indec más “eficiente”, mientras ya despidió a más de cuarenta trabajadores e incorporó muchos más compañeros con contratos más precarios y a quienes le pagan con retraso. Además rebajan compulsivamente las condiciones de trabajo existentes, las condiciones edilicias son desastrosas mientras instalan costosas cámaras de vigilancia hasta en las oficinas y perfeccionan los métodos de control. Esas son solo algunas “innovaciones” perjudiciales para los trabajadores y su mentada “eficiencia”.
Las trabajadoras y los trabajadores del Indec sufrimos estas condiciones. Eso sí, todos los directores se sacaron la foto en el Acto del 50 aniversario en el que Macri quiere vender el Indec “espléndido”.
La situación edilicia es desastrosa. En el edificio central funcionan dos de los cuatro ascensores para mil trabajadores y el tercero es de uso exclusivo del director. Ascensores que han dejado personas encerradas varia veces. Hace unos días, además, se cayó una de sus puertas sobre una compañera encerrada.
Ir por las escaleras también es una aventura, porque no solo no tienen antideslizante todos los pisos sino que además tienen resto de arena resbaladiza porque el edificio está en obra permanente hace más de cuatro meses. Pese a este tiempo de refacciones hay pisos enteros sin baños ni agua. Esto conlleva el riesgo de caídas, accidentes, incomodidades, enfermedades, entre ellas problemas respiratorios. El edificio se encuentra hace tiempo con polvillo y escombros. Esto también es maltrato laboral.
Ponzoñoso
Una mañana de fines de la semana pasada un trabajador se topó con un alacrán en el tercer piso de la sede central del organismo. Con sus compañeros capturaron el arácnido, pidieron a las autoridades que se hagan presentes, para luego llevarlo a un hospital público para su análisis como recomiendan en las páginas oficiales ante estos casos.
Después de horas se hizo presente una empresa privada contratada por el Instituto, EFIA SRL, y el director de Administración y Operaciones, quien exigió a los trabajadores que entreguen el frasco a la empresa, bajo el compromiso de informar en breve sobre el resultado del análisis de toxicidad a los trabajadores del organismo.
Desde la Junta Interna solicitaron un asueto preventivo que recién otorgaron informalmente pero solo a los trabajadores de piso a partir de la tarde (son diez pisos con aproximadamente sesenta trabajadores por piso). Fumigaron sin previo aviso cuando aún había gente en las oficinas, que sintieron sofocaciones e inconvenientes respiratorios.
Fueron muchas horas de incertidumbre y desconfianza, ante el informe irrisorio que llegó informalmente, al día siguiente, desde la empresa privada. Una burda copia del contenido genérico de cualquier portal informativo. Al funcionario en cuestión no le quedó otra que reconocer que el alacrán encontrado era “ponzoñoso”. Hemos adjuntado esta respuesta ridícula a la carpeta presentada como denuncia ante la Secretaria de Riesgos de Trabajo y otros organismos.
Si van a hablar de “nuevo” Indec, que empiecen por garantizar salud e higiene
Las compañeras y los compañeros de la Marrón Clasista de ATE recorrimos las oficinas para transmitir la información que teníamos y denunciamos la deplorable situación edilicia, mientras el trabajo cotidiano continúa como si no pasara nada.
Desde la Junta Interna queremos llevar esta denuncia a todos los organismos pertinentes y convocarlos a una pronta inspección e intervención en el asunto. Exigimos mejores condiciones de trabajo y un medio ambiente laboral saludable.
La violencia laboral existente viene de la mano de los proyectos en danza, donde en algunos artículos habla de una planta del 65 % de profesionales y en algunos borradores directamente nos tratan como un mobiliario a traspasar.
En el marco de un plan de ataque generalizado del gobierno nacional y los gobernadores provinciales hacia los empleados públicos, con despidos, salarios licuados y paritarias a la baja, y contratos cada más precarios como los monotributistas, los trabajadores del Indec tenemos que organizarnos para enfrentar todo esto.
Como repetimos y seguiremos repitiendo, no hay “nuevo Indec” posible sin todos sus trabajadores adentro, en planta permanente, en condiciones dignas y sin riesgo para nuestra salud.
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