Las autoras, una estudiante y una egresada de la escuela Lola Mora de Lugano, publican esta carta ante los reiterados hechos de persecución y represión estatal.
Martes 3 de abril de 2018
Cuando estudiás en el Lola algo te marca, podríamos decir que son tus compañerxs, lxs profes o las clases de arte, pero decidimos que es una combinación de factores.
El Lola de Lugano 1y2, de Villa Lugano, el de los edificios, los monoblocks, las casitas y las villas, pero también el del golf, las pocas casas gigantes (casi mansiones) y la futura sede de los juegos Olímpicos. El barrio de los contrastes. La zona Sur que es Soldati, Mataderos, Celina, Villegas, Budge y tantos otros.
Lxs pibes y pibas que estudiamos ahí pertenecemos a un lado del barrio, de la zona y definitivamente no es la del golf.
Dependiendo de los ojos que miren somos: lxs drogadictxs, lxs que fuman porro, lxs hippies, lxs que cortan calles y toman la escuela, lxs que arruinan paredes.
Pero si vamos a los hechos, durante años lxs que fuimos estudiantes o lo seguimos siendo somos lxs estigmatizados y amedentradxs por la yuta. Ayer Gendarmería y hoy la Prefectura.
Por ser de un barrio humilde, por ser hijxs de laburantes, por portación de rostro.
Lxs egresadxs: precarizados y lxs estudiantes con falta de vacantes.
Acá se aplica la ’doctrina Chocobar’ de Patricia Bullrich y la sentimos en la piel, porque somos Kiki Lezcano y Luciano Arruga.
Quienes fuimos o somos del Lola estamos y estuvimos siempre llenxs de bronca, de odio contra las injusticias y el aparato represivo que se lleva la vida de un pibe cada 25 horas, que organiza las redes de trata.
Por eso luchamos, contra el gátillo fácil y la estigmatización.
Por eso luchamos cuando no estuvo Nadia Rojas, y por la lucha de todo el barrio apareció. Estudiantes, docentes y familiares de diferentes escuelas lo lograron, lo logramos.
Pero también luchamos por la escuela pública, por mayor educación. Denunciamos su bajo presupuesto y los millones que le entregan a las fuerzas represivas del Estado.
Pero nuestro odio, la bronca que nos emana no puede ni debe ser impotente. Para lxs que alguna vez tuvimos la suerte de conocer la potencia de la organización sabemos que ante un ataque se tiene que dar respuesta.
Así se encontró a Luciano, así encontramos a Nadia
Por todo esto, te contamos que no queremos que el Estado, ni ningún gobierno persiga a lxs pibes, coartando sus libertades, nuestras libertades.
¿Es esta la única vida que tenemos que esperar? ¿La de acostumbrarse a que un yuta te cague a palos porque tiene ganas? O peor, ¿porque tiene orden directa desde el Ministerio? Nosotras no queremos conformarnos con “saber cómo actuar” ante la Policía, queremos parar con esta ola represiva. Peleamos por otra cosa. Como así lo hicieron siempre lxs estudiantes que se organizan.
Queremos que el ejemplo del Lola se multiplique, donde hay un yuta queriéndose llevar a un pibe, tiene que haber estudiantes, docentes y familiares dando respuesta. Y que las asambleas para debatir cómo seguir, se multipliquen en todas las escuelas.
La organización tiene que ser desde a bajo, por cursos, con comisiones anti represivas en cada escuela, reuniones abiertas, jornadas de reflexión junto a los docentes, vecinos y trabajadores del barrio.