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Red Internacional
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Militarización. Sigue en aumento la militarización de la frontera

El congresista estadunidense Henry Cuellar informó, el pasado miércoles, que se mandarán dos helicópteros Black Hawk, que son de alta tecnología militar, a vigilar la frontera México y Laredo.

Lucía Rodríguez México D.F.

Sábado 13 de junio de 2015

La declaración fue realizada después de que varios medios informaron que ese mismo día había ocurrido un tiroteo presuntamente dirigido a un helicóptero estadounidense de la Oficina de Aire y Marina de Aduanas y Protección Fronteriza, y que los disparos provenían de México, forzando al helicóptero a aterrizar en Texas.

El acontecimiento ha derivado en diversas declaraciones de legisladores estadounidenses, que alertan sobre la violencia en México llamando a aumentar las medidas de militarización de la zona o incluso a cerrar consulados en diversos estados mexicanos. Una muestra de ello son los extractos de una carta, publicados en Breitbart Texas, donde los legisladores Jason Chaffetz miembro del partido Republicano y, Filemón Vela, del partido demócrata y miembro del Comité de Seguridad Nacional de Estados Unidos llamaron a su gobierno a “que tome todas las medidas posibles para reducir el nivel de violencia, y proteger las vidas de los estadounidenses que trabajan allí”.

Violencia: ¿ingenuidad o hipocresía?
Las declaraciones hipócritas de los legisladores estadounidenses ignoran que el aumento de la violencia en México se ha dado en el marco del inicio de la llamada guerra contra el narcotráfico iniciada en 2006, que ha dejado más de 200 mil muertos. Dicha política ha sido avalada y fomentada por el gobierno de Estados Unidos que da presupuesto para armamento, ha otorgado entrenamiento militar y mantiene militares estadunidenses en México.

El gobierno de Obama ha instado a mantener una política prohibicionista sobre las drogas en México, a pesar de que su país es el mayor mercado para la producción y tránsito que se da en él.

Si bien la frontera de México-Estados Unidos tiene un importante flujo de drogas, avalada en los hechos por las autoridades del gigante del norte, es también zona de tránsito de miles de migrantes sin papeles que intentan llegar a Estados Unidos, para formar parte de uno de los sectores más explotados del país, en total precarización y con el peligro de la deportación en cualquier momento.

El aumento de la militarización en la frontera es una política agudizada en la última década, que se ha extendido, en distintos niveles, a todo el país. Es funcional a los intereses de los gobiernos imperialistas y las trasnacionales, que invierten aquí por el “bajo costo de la mano de obra”, obtenido gracias a la aplicación de los planes neoliberales, junto con la militarización y la “guerra contra el narco” desplegadas para acallar la protesta social.

A la par de ello, a pesar de la campaña que prometía realizar la reforma migratoria, el gobierno de Obama es el que concentra el mayor número de deportaciones.

Mientras las medidas de criminalización a la migración permanecen y aumentan, el fenómeno del narcotráfico y su asociación con las instituciones del Estado crean un clima infernal para el tránsito que ha dejado miles de migrantes asesinados y desaparecidos.