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Red Internacional
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IZQUIERDA ESPAÑOLA. Sigue la crisis en Anticapitalistas: militantes de Madrid dejan la organización por profundas divergencias

Este jueves se difundió el comunicado de un grupo de militantes de Anticapitalistas Madrid, donde explican los motivos por los cuales abandonan la militancia en esa organización. Sostienen profundas divergencias con la dirección, denuncian el burocratismo y la adaptación dentro de Podemos a la dirección de Pablo Iglesias.

Josefina L. Martínez

Josefina L. Martínez @josefinamar14

Sábado 25 de abril de 2015

El grupo de militantes de Madrid formaba parte de la tendencia interna de Izquierda Anticapitalista, que “en el último Congreso se opuso a la orientación política y estratégica de la mayoría de la dirección”.

En su documento de ruptura llamado “¿Por qué nos vamos de Anticapitalistas?” explican lo que llaman “una crisis sin precedentes para la organización, hasta el punto de llegar a disolverse como partido político”.

Aseguran que se produjo un declive en la actividad política independiente, llevando a la “pérdida de militantes, consecuencia de la progresiva disolución de la organización en el interior de PODEMOS.”

En su comunicado sostienen: “Los abajo firmantes, militantes de Anticapitalistas en Madrid, integrantes de la Tendencia que en el último Congreso se opuso a la orientación política y estratégica de la mayoría de la dirección, hemos tomado la decisión de abandonar la organización".

Izquierda Anticapitalista (ahora Anticapitalistas), se ha negado sistemáticamente a defender una política propia en el seno de PODEMOS a pesar de ser uno de sus sujetos fundadores. El resultado de esta política ha sido su disolución como partido político en el movimiento “Anticapitalistas”, una adaptación destinada a entrar de manera oportunista en el reparto de cargos en los organismos de dirección de PODEMOS.

Los firmantes de la carta afirman que la disolución de IA no fue una mera cuestión “técnica”, como argumentaron varios miembros de su dirección, sino que implicó el abandono de un programa anticapitalista, para adoptar la orientación moderada y reformista de la dirección de Podemos.

“Anticapitalistas ha abandonado la lucha por la defensa de un programa de transformación radical de la sociedad. Ha aceptado de forma acrítica el giro al “centro” expresado por la dirección de Pablo Iglesias, que está situando a PODEMOS en un impasse al decepcionar a los sectores más golpeados por la crisis, al tiempo que pierde la batalla por la hegemonía del centro del tablero político tras la irrupción desde la derecha liberal de Ciudadanos.”

En su documento escriben que el modelo de “partidos amplios, sin delimitación estratégica con los reformistas y abandonando la centralidad de la clase obrera ha demostrado su bancarrota ideológica subordinándose a un discurso populista con tintes socialdemócratas.”

Al mismo tiempo, señalan que el “giro oportunista” de la dirección de IA se hizo utilizando métodos completamente antidemocráticos a nivel interno, tomando decisiones de gran importancia sin siquiera consultar a los militantes.

“La dirección de Anticapitalistas ha incurrido constantemente en una serie de prácticas antidemocráticas, antiestatutarias y burocráticas. Se ha privado conscientemente a la militancia de los necesarios debates acerca de la política de la organización, desde la propia formación de PODEMOS (las negociaciones fueron secretas para los militantes), hasta el pacto Rodríguez-Iglesias o las negociaciones con Susana Díaz en Andalucía.”

“Se han vulnerado repetidamente los estatutos adelantando en tiempo el II Congreso de Izquierda Anticapitalista, anunciando a la prensa la disolución de la organización antes de que fuera aprobada o, finalmente, con la expulsión de la mitad de los militantes andaluces por haberse opuesto a la política de pactos dentro de PODEMOS y con quienes conformamos una Tendencia opositora a escala estatal, una clara muestra del intento de homogeneizar burocráticamente la organización y eliminar toda disidencia.”

“La orientación reformista y burocrática de la dirección de Anticapitalistas ha convertido así la organización en un instrumento estéril para la transformación radical de la sociedad, al mismo tiempo que supone un freno para el desarrollo de la lucha social y la reconstrucción de una conciencia de clase entre los/as trabajadores/as y la juventud.”

Los militantes madrileños explicaron a La Izquierda Diario que, por los motivos expuestos, han formalizado su renuncia a la militancia dentro de Anticapitalistas, pero que “no renunciamos a la militancia anticapitalista y seguiremos luchando por la construcción de una organización revolucionaria, anticapitalista y profundamente democrática.”

El documento está firmado por Alejandro Arias, Juan Ángel Romero, Juan Carlos Arias y Antonio Liz.

La liquidación de Izquierda Anticapitalista

En su último Congreso, Izquierda Anticapitalista resolvió por mayoría transformarse en asociación “Anticapitalistas” para disolverse en Podemos, una resolución a la que se opuso cerca del 20% de la militancia (entre ellos los militantes de Madrid, los expulsados de Andalucía y de otras regiones).

La disolución de Izquierda Anticapitalistas y su transformación en Anticapitalistas, significó un salto en la liquidación política y estratégica de este grupo proveniente de la extrema izquierda, que hace tiempo viene buscando “atajos” para la construcción, siendo impulsores acríticos de una nueva organización como Podemos con los reformistas.

Su devenir está marcado por un profundo escepticismo en las posibilidades revolucionarias de la clase trabajadora y una adaptación a las “ilusiones ciudadanistas” que hoy se expresan en la emergencia de Podemos.

Sus pequeños “logros” por arriba, consiguiendo ahora algunas posiciones parlamentarias, como en el caso de Teresa Rodríguez en Andalucía, o Miguel Urbán reemplazándola en el Parlamento Europeo, han sido a costa de abandonar por completo la defensa de un programa anticapitalista.

La renuncia de militantes críticos en Madrid y otras regiones, junto con la expulsión de los militantes de Andalucía, son producto de esta orientación.

En un artículo reciente, Brais Fernández y Raúl Camargo, dirigentes de Anticapitalistas, decían: “Al final, Podemos termina constituyéndose como estructura partidaria clásica, mientras que el ‘partido original’, Izquierda Anticapitalista, se transforma en movimiento, buscando adaptar su forma organizativa a los nuevos tiempos. Una ironía hegeliana: lo que aparece como nuevo envejece rápido, mientras que lo presuntamente viejo se renueva.”

La “ironía de la ironía” podríamos decir, es presentar como “nuevo” lo que en realidad forma parte de una larga tradición reformista.


Josefina L. Martínez

Nació en Buenos Aires, vive en Madrid. Es historiadora (UNR). Autora de No somos esclavas (2021). Coautora de Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.

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