Hablamos de un compositor mexicano que tuvo influencia de diversos artistas, pero su admiración inigualable estaba dedicada a Claude Debussy, quien lo llevó a componer sus primeras piezas y a destacar en el ámbito musical.
Camila Revueltas @CamilaRevueltas
Miércoles 3 de octubre de 2018
Cuando pienso en Revueltas, me imagino el movimiento de los objetos buscando su lugar en el mundo donde se encuentran, cuando pienso en Silvestre Revueltas, me remonto a imaginar sinfonías cobrando vida, notas y partituras agrupándose para dar origen a una composición llena de energía.
Si bien interpretamos visualmente los libros, los poemas, imaginemos cómo serían esos personajes, su vestimenta, su alimentación e incluso cómo sería su personalidad, tendríamos a su vez, la capacidad de interpretar los poemas musicalmente, cada verso en un compás, y darle una satisfacción a nuestros oídos para proceder con un acompañamiento a lo que leemos con nuestros ojos e imaginamos en nuestros pensamientos.
Yo reconocía a Silvestre por el sufijo que comparte su nombre con la palabra “sinfonía” y no creo que sea una coincidencia, eran muchos Revueltas y yo tan solo era una niña, me confundía, la mayoría en mi familia retomaron los nombres de nuestros antepasados por lo que distinguirlos me era muy difícil, hasta que fui creciendo y entendiendo que cada uno vio el arte desde sus propios ojos y lo interpretó con lo más allegado a su persona, fuera la pintura, la escritura o la música.
Hablamos de un compositor mexicano que al igual que su hermano, no vivió en los años de la revolución en su país, sin embargo, pudo perfeccionar sus habilidades y destacarse como un gran violinista, tuvo influencia de diversos artistas pero su admiración inigualable estaba dedicada a Claude Debussy, quien lo llevó a componer sus primeras piezas y a destacar en el ámbito.
Al igual que mi bisabuelo, Silvestre vivió en Chicago en un periodo de movimientos sociales y de explotación artística, despertando en el la inquietud por la izquierda. De aquí retomó estilos musicales y supo adaptarlos a su personalidad como músico. Al regresar a México se involucró en los temas sociales que acontecían en el país, y buscó abrirse paso por sí solo.
Fue un gran compositor del que sabemos poco e incluso me atrevería a decir que es poco conocido en su país, sus obras albergaban una carga cultural sin ser nacionalista, el bagaje era evidente en los ritmos y en la intensidad de sus obras, la energía se sentía, y la velocidad aunada al movimiento con el cual su música se desplazaba se vendría a ver unos años después de su muerte.
Mi papá lo recuerda al trabajar, mientras escribe; lo escuchamos en el fondo, mientras lee; lo recuerda. Mi mejor amiga habló de él en la primaria, lo admiraba, quiero yo pensar, ella tocaba el violonchelo y tenía una conexión con la música envidiable, que es distante para mí en momentos, ya que de los tres Revueltas, heredé la parte visual y escrita, ya que con la arritmia con la que bailo, y la poca gracia para tocar instrumentos que me caracteriza, Silvestre se incomodaría.
Para mi él es una sinfonía que no merece pausa alguna, si no que al contrario, amerita una reproducción continua de sus obras, porque es mucho más que una pieza, son representaciones auditivas de lo que podría ser un gráfico o una historia basada en un compás.