Entrevistamos a Silvia sobre la historia de su hijo Ángel, las últimas novedades en la causa por el crimen, ocurrido en 2016, el encubrimiento que involucra a funcionarios y policías, su vínculo con Cristina Castro y Ezequiel Moscoso, y también sobre la democracia y sus límites, a días del 24 de Marzo.
Miércoles 22 de marzo de 2023 14:29
Nos acercamos a la casa de Silvia una tarde de intensa lluvia. Nos recibió con toda su calidez, con mates dulces, junto a su hija menor, sus gatos y su perra. Ella es una mujer trabajadora, está buscando empezar a dedicarse a la panadería después de muchos años trabajando en limpieza.
Y desde 2016 dedica toda su fuerza a luchar por justicia por su hijo Ángel. Él, un joven estudiante y músico de 17 años, fue arrojado del puente peatonal de Ingeniero White en la madrugada del 5 de marzo de 2016 y días más tarde falleció en un hospital.
Desde las primeras horas, fundamentales en el esclarecimiento de estos casos, la causa estuvo plagada de irregularidades, desvíos y encubrimiento. La Policía Bonaerense intentó hacerlo pasar como un suicidio desde el primer momento, luego una pericia de la Gendarmería señaló que era imposible (por el lugar en el que cayó) que se hubiera tirado solo. Los fiscales a cargo de las causas por homicidio dos veces la devolvieron argumentando que había sido un suicidio, dando lugar al encubrimiento orquestado por el ex delegado municipal Marcelo Acosta (cuya hija fue la última persona en ver a Ángel antes de lo que ocurrió) y la policía.
Te puede interesar: Caso Ángel Almada: piden condenas para los policías y el exdelegado municipal encubridores
Te puede interesar: Caso Ángel Almada: piden condenas para los policías y el exdelegado municipal encubridores
Daniela R.: Silvia, ¿cómo era tu vida antes de que ocurriera el crimen de Ángel?
Silvia A.: Digamos que bastante normal como la de cualquier familia. Mi familia está compuesta por mi nena, Mía, otro hijo mayor, Emanue,l que ahora hace 3 años y medio que está viviendo en España, Sofía, mi nuera, mi nieto más pequeño que nace allá, mi nieta Sofía que ya cumplió sus 15 años. Y, bueno, Angelito. En ese tiempo estaba mi papá que ahora falleció. Yo trabajaba en casas de familia como ahora.
Ángel iba a la orquesta escuela, iba al colegio Sarmiento, y también estaba estudiando fotografía, estaba becado en la universidad, hacía un año ya estaba estudiando. Bueno estaba haciendo un tratamiento, él tenía trastornos de alimentación, teía anorexia, y bueno, yo lo acompañaba también en su tratamiento. Éramos una familia normal como cualquier otra.
D: Antes nos contabas que era muy compañero de su hermana, de su hermana Mía.
S: Sí, era bastante obsesivo con Mía. La cuidaba muchísimo. La acompañaba siempre, ella tenía 6 años y medio, había empezado recién la escuela y la acompañaba. Cuando yo tenía que ir a trabajar y no llegaba, él llevaba a su hermanita, él iba a la escuela a la mañana y a la tarde la llevaba, la dejaba en la escuela. La acompañaba a los cumpleaños siempre. Y bueno, salían, iban a la plaza, la llevaba a Mía y a Sofía su sobrina. Sí, era muy compañero él.
Facundo M.: Y era músico Ángel también.
S: Sí, Ángel estaba estudiando hacía 8 años en la orquesta escuela en Ingeniero White. Él era el concertino de la orquesta. Estaba estudiando violín, era su pasión. Y bueno, fue también bastante duro para sus compañeros, para sus amigos, cuando pasó lo de Angelito. Realmente la orquesta quedó devastada. También para Ale que era su profesora, su directora, fue muy duro todo ese tiempo y muchos chicos dejaron la orquesta. Realmente eran casi cien, creo, alumnos y quedó la mitad o menos de la mitad. Fue muy duro volver a la orquesta para todos y que Ángel no esté ahí.
Pero bueno, creo que de a poco los chicos van tratando de quedarse con los buenos recuerdos. Por ahí cruzo con muchos de ellos y me alegra las grandes personas [que son]… y el otro día hablando con alguno de ellos le dije que me sentía muy dichosa de que estén rehaciendo sus vidas y que son algunos profesionales, hay profesoras, chicos que realmente me alegra que estén forjando su futuro ¿no? Es muy lindo eso.
F: ¿Era muy amiguero Ángel?
S: Muchísimo, muchísimo, hablaba con todo el mundo (...). Cuando pasó todo esto que fueron 3 días que estaba el hospital a pleno, y había gente que yo realmente ni conocía y había chicos que los conocía desde su hospital de día donde hacía su tratamiento, gente de la escuela donde iba, de la escuela anterior, de la orquesta escuela, chicos de Torquinst, de otras zonas también, que cuando se hacían los conciertos venían de varios lugares, estuvieron ahí esos días acompañándonos... y haciendo un poco más amenos esos días tan tristes.
D: ¿Cómo te enteraste de lo que ocurrió con Ángel?
S: El día anterior a la noche lo llamé porque hacía mucho frío, yo era bastante hincha, para preguntarle si se había abrigado y esa fue la última vez que yo hablé con él. Me fui a dormir, me dijo que se quedaba en la casa de su amiga y a la mañana como a las 4:45 me llama la amiga para ver si había llegado porque ya hacía unos minutos que había salido y que ella creía que ya tenía que estar en casa y le dije que no. Me preocupé porque ya hacía un rato que tendría que haber llegado. Salí a buscarlo por todos lados y no lo encontré. Volví a mi casa a ver si había vuelto y, al notar que no había vuelto, agarré el carnecito de la universidad… porque él tenía su documento, como para ir a hacer la denuncia. Y cuando voy hasta la comisaría me dicen que lo habían encontrado y que Ángel estaba en el hospital.
F: ¿Quiénes te acompañaron en ese momento?
S: En ese momento yo fui sola, no había ningún patrullero, entonces tuve que esperar unos momentos y mientras hablé con una amiga para que me acompañe y fuimos hasta el hospital, y ahí me encontré con que lo estaban estabilizando a Ángel. Ángel había llegado con hipotermia y descompensado así que tuve que esperar una hora para poder verlo.
F: ¿En esos primeros momentos, qué señales te hicieron ver que había algo raro en el manejo de la causa?
S: Bueno, al principio mucho no entendíamos lo que había pasado porque lo primero que nos decían era que Ángel se había tirado. Que él se había suicidado y nunca nos cerró eso. A pesar de que lo primero que se dijo era que Ángel estaba haciendo un tratamiento, el tratamiento que estaba haciendo no era ni por depresión ni por nada de eso. También se hizo saber que estaba tomando medicación, que era un ansiolítico, que en realidad era lo único que él tomaba. Cuando fue el juicio su psiquiatra lo aclaró eso. Y estuvieron sus psicólogas también que hablaron. Él estaba haciendo un tratamiento por trastornos de la alimentación, nada que ver con depresión… Ángel era la persona con más ganas de vivir que yo conocí. Él tenía muchos proyectos. Con una amiga, Fer, tenían planeado tener una escuela de música y bueno, ser un gran violinista era la expectativa que él tenía, viajar por el mundo.
D: ¿Vos nos podés decir quiénes formaban parte de ese entramado que intentaba desanimarte, planteando esta idea de suicidio, y que también querían frenar la pelea colectiva por justicia por Ángel? Porque sabemos que enseguida se empezaron a organizar para pedir justicia.
S: Y, la policía misma. La policía en todo momento, hasta a los mismos chicos que declararon, les hicieron firmar sin leer lo que supuestamente habían declarado. [Les hacían decir] que sí, que Ángel era depresivo, que tomaba medicación. Y los chicos una y otra vez decían que no, que eso no lo habían dicho, volvieron a decirlo cuando cuando fue el juicio. Porque ellos querían que quedara totalmente claro que en ningún momento habían dicho eso, y que eso no había pasado. (...) Lo había inventado la policía.
D: ¿Y quiénes más aparte de la policía?
S: Bueno este señor Acosta, se lo decía a todo el mundo. Creo que en las declaraciones la única persona que dijo que Ángel tomaba pastillas y que era depresivo fue la hija de Acosta (...). Los tres primeros fiscales de la causa, ahora no voy a recordar el primero, [Mauricio] Del Cero y [Jorge] Viego fueron los fiscales que pasaron la causa diciendo que no había nada que hiciera creer que que Ángel no se hubiese suicidado. Que ellos creían eso. Y estuvieron un montón de tiempo a punto de cerrar la causa. Era como que nadie nos creía, porque obviamente la policía y los fiscales decían eso y era como que tenía más peso la palabra de ellos que la de la gente que éramos sus familiares y sus conocidos, y que vivíamos con él, y que lo conocíamos.
F: La policía, el delegado municipal y la justicia cerraron filas atrás de esa hipótesis.
S: Si.
F: Hace un tiempo pudimos entrevistarte a vos con Ezequiel Moscoso y con Cristina Castro acá en Bahía Blanca, y me gustaría que hables un poco de cómo es tu vínculo con ellos.
S: Lamentablemente los tuve que conocer en momentos muy difíciles. A Ezequiel y a Cris los conocí por Leandro Aparicio, mi abogado, que siempre trató de unirnos para que nos demos apoyo entre nosotros. Y son dos grandes personas que, como yo, la vienen remando hace rato y tratando de que se haga justicia tanto por Kathy como por Facu. Y también a ellos se les fue haciendo difícil, ¿no? Porque no cuentan con el apoyo de la justicia, que muchas veces es lo que buscamos, y realmente siempre hemos tratado de unirnos y de tratar de apoyarnos en los momentos que más difícil se hace.
F: ¿Fueron generando una amistad entre ustedes?
S: Sí, son muy buenas personas
D: ¿Cuáles ves vos qué son los puntos de en común que tienen esos tres casos?
S: Bueno, la policía y el poder. Es lo que nos está haciendo difícil llegar a la justicia. La policía que siempre está metiendo presión ahí para que no lleguemos a tener justicia.
D: Contanos un poco cómo viene la causa del crimen de Ángel, y si ya hay fecha para el juicio por homicidio.
S: En la causa principal de Ángel se siguen haciendo cosas, se siguen llevando nombres. Estamos tratando con mi abogado, Leandro Aparicio, y con el fiscal... Agradecida siempre a él [el fiscal Marcelo Romero Jardín], porque es el único que hizo que la causa llegue a juicio. Aunque hubiésemos querido que más personas sean juzgadas y tengan lo que se merecen. Pero bueno, vamos a seguir con la otra causa. Estamos esperando que quizás en este año nos den una fecha. Pero todavía faltaría porque quedó imputada una policía más, que tampoco hay fecha para ese juicio, pero creo que también viene ese nuevo juicio [por mal desempeño de funciones públicas]. Era ella la que firmaba las causas. Vamos a ver si a fin de año podemos tener ese juicio, o el año que viene, esperemos.
F: Ahora se van a cumplir 47 años del golpe genocida, que fue orquestado por los grandes empresarios, e implicó un gran entramado represivo y de encubrimiento entre las fuerzas militares, policiales, el poder político, económico, los grandes medios. Buscaron desarticular, desaparecer, asesinar y disciplinar a una generación de trabajadores y de jóvenes que peleaban por otra sociedad. Y hoy la juventud, las y los trabajadores, viven la pobreza, el ajuste, las injusticias, la persecución policial, pero también continúan esas peleas. ¿Vos querés dejar algún mensaje en estos días para ellas y ellos?
S: Bueno, creo que el mensaje es seguir luchando ¿no?, seguir uniéndonos y tratando de salir adelante. Creo que tendríamos que pelearnos un poco menos y unirnos más, nosotros, que podemos dejar un sitio mejor para nuestros hijos, para nuestros nietos, para los que van a venir. Creo que podemos hacer eso. Creo que hay que hacer menos esfuerzo en ver las diferencias que tenemos. Porque creo que todos esperamos que nuestros hijos puedan tener un lugar mejor para vivir.
Y como hoy hablábamos de la Democracia… la democracia tendría que ser un poco más justa, y un poco más democracia, aunque parezca, ¿no? En mi caso, yo a veces no me siento tan Libre como para expresarme, a veces me tengo que medir, muchas veces, en las cosas que digo. Porque a veces la gente cree que… no sé, que estás de un lado, que estás del otro.
Yo estoy del lado de las mamás que luchan, de las mamás que esperan justicia. De las mamás que recuerdan a sus hijos y que esperan que tengan justicia, que sean recordados.
F: Te agradecemos un montón esta entrevista y nos vamos a seguir encontrando en la calle y en todos los lugares donde podamos continuar esta pelea.
En Bahía Blanca, la movilización independiente de los gobiernos a 47 años del golpe comenzará este viernes 24 en la Plaza de la Memoria y la Resistencia (Plaza Lavalle) a las 16,30 horas. Allí continuará la lucha contra la impunidad y por los derechos humanos de ayer y de hoy.