Lunes 15 de agosto de 2016 23:29
Psicoanalista, socióloga y militante social argentina, nacida en Bahía Blanca el 13 de septiembre de 1944, lugar donde transcurrió su vida entre la Escuela Normal Mixta y la Biblioteca Rivadavia. Al finalizar sus estudios secundarios migra, junto a su familia, a Capital donde estudió la carrera de Sociología y luego Psicología en la Universidad de Buenos Aires, lugar desde donde tuvo activa participación en lo movida estudiantil de los años 60.
Madre de 3 hijos y abuela de 7 nietos, se radica en México en tiempos de la dictadura militar y realiza su doctorado en Psicoanálisis en la Universidad de París VII bajo la dirección del célebre psicoanalista francés Jean Laplanche. Retorna a la Argentina en 1986, tiempos en que empieza a hacerse cargo de diversas cátedras en universidades nacionales y extranjeras. A nivel extra académico se hace cargo de la dirección de los proyectos de UNICEF de asistencia a las víctimas del terremoto de México de 1985 y el proyecto de ayuda psicológica a los afectados por la bomba que destruyó la mutual judía (AMIA) en 1994.
Dentro de su producción literaria podemos citar, entre otros, sus artículos científicos y ensayos de actualidad publicados por diversas editoriales y diarios tanto nacionales como internacionales que fueron traducidos al portugués, inglés y francés. Sus libros más conocidos son: En los orígenes del sujeto psíquico, La fundación de lo inconsciente, Clínica psicoanalítica y neogénesis, La subjetividad en riesgo, Dolor País y después.
En el 2006 publicó dos libros que resultaron Best Sellers: Paradojas de la sexualidad masculina y No me hubiera gustado morir en los 90, mismo año en que obtuvo el premio Konex de Platino en Psicología.
También podemos contar dentro de su producción intelectual numerosas compilaciones que actualmente siguen publicando sus seguidores de seminarios dictados y artículos escritos por Silvia Bleichmar como Violencia social – Violencia Escolar, Vergüenza, Culpa y Pudor, este último publicado recientemente el mes pasado en editorial Paidós en su colección Psicología Profunda.
Hacia finales del año 2006 fue nombrada de manera unánime por la Legislatura porteña como Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, lo cual devino público en un acto llevado a cabo en el Salón Dorado de dicha Legislatura el 30 de mayo de 2007.
Silvia, desde su formación profesional, supo comprometerse con la realidad socio-histórica que como argentinos nos tocó vivir, logrando escribir sobre cómo la crisis argentina produjo subjetividades atravesadas por la devastación, la marginación, la exclusión, todo ello originado por años de represión militar, terrorismo de Estado y de corrupción política e ideológica que produjo lo que ella llamaba "el malestar sobrante", malestar que se origina no sólo por la precarización y pauperización en la que muchos quedaron sometidos en la crisis de diciembre del 2001, sino que sumado a ese malestar reinante que impuso condiciones limitadas de humanidad los sujetos quedaron despojados de proyectos, sin esperanzas de que advendría un futuro mejor, todo lo cual produjo síntomas sociales de desesperanza, de vivir una inmediatez sin visiones de futuro porque este se avizoraba como peor a ese presente que como país nos tocó reconstruir-nos poco a poco.
Luchadora en contra del anquilosamiento del discurso oficial, librepensadora y desprovista de dogmatismos, Silvia Bleichmar fallece a los 62 años de vida, el 15 de agosto de 2007 a las 15:50 hs. Resistió durante varios años un cáncer, con dignidad y fortaleza, trabajando hasta sus últimos días en su práctica clínica, dando clases en sus seminarios y escribiendo.
Silvia partió, como bien diría Carlos Schenquerman "con más dolor por la muerte que miedo a morir, y no hablo de dolor físico, sino del dolor de saber que nunca más volvería a ver a los que ella más amaba". Falleció por un cáncer respiratorio, quizás forma en la que vivió el dolor de su país y de su gente como dolor propio, pues como lo mencionó Leopoldo Kulesz, ella definía al país como un "pulmotor invertido que bombeaba oxígeno al exterior", dedicando su vida a repartir oxígeno a los demás, trabajando, curando y esperanzando sin respiro.