En Ciudad del Cabo, Sudáfrica los niveles de agua en las presas de la región representan una verdadera crisis. Desde febrero del año en curso, el límite es de 50 litros por persona al día. De no ser así o no contar con el medidor correspondiente la multa alcanza más de 850 dólares.
Viernes 6 de abril de 2018
Ciudad del Cabo es una ciudad portuaria con cuatro millones de habitantes que está sufriendo la peor sequía del siglo y el próximo 11 de mayo se convertirá en la primer urbe del planeta en quedarse sin agua. A pesar de las alertas que emitieron expertos, el gobierno decidió restringir el suministro de agua desde el 1 de febrero, donde cada persona consume un máximo de 50 litros del líquido.
Las escasas lluvias, el aumento de la población en un 50% en las últimas décadas y del consumo de agua, son otros factores que han contribuido a la consumación de esta crisis. Montaña de la Mesa que domina la ciudad o los viñedos atraen a Ciudad del Cabo a casi 2 millones de turistas al año, considerada uno de los principales destinos turísticos de África. De acuerdo con el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el turismo representó el 9% de la producción del país el año pasado.
Se prevé que la temporada de lluvias no deje tormentas tan abundantes como para mejorar el escenario actual, por lo que para poder abastecerse de agua, los habitantes tendrán que acudir a puntos colectivos de abastecimiento de agua, en los que podrán recoger hasta 25 litros por persona a partir del “día cero”.
Según los expertos, el nivel de los embalses de agua ha caído a menos del 30% de su capacidad durante la primera semana del año, y que solo un 19,7% de esta agua es utilizable. Se tiene contemplado que las autoridades corten el suministro de agua, limitado para hospitales y otras infraestructuras fundamentales, ya que quieren reducir el consumo de la ciudad a 500 millones de litros al día, la mitad de la cantidad de agua utilizada hace dos años.
Lo que ocurrió en la ciudad sudafricana es principalmente resultado del cambio climático y un nulo control de la expansión urbana y agrícola, además de la ausencia de valoración por el recurso por parte del gobierno que ampara los intereses de grandes empresarios que acumulan riqueza.
Las cifras de esta crisis
En el mundo 4 de cada 10 personas padecen la escasez de agua. Ésta crisis alcanzará dimensiones tales que para 2030 habrá 700 millones de personas desplazadas por encontrarse en zonas que no cuentan con fuentes del líquido.
Actualmente, 2 billones de personas deben tomar agua no potable cada día y más de 4,5 billones de personas no cuentan con saneamiento adecuado, siendo doblemente expuestas a contraer enfermedades peligrosas.
La cifra ignorada a los ojos del mundo entero; casi 2 millones de personas mueren al año por falta de agua potable.
A la luz de este escenario existen ciudades ridículamente ostentosas como Dubai donde el nivel de lluvia es de apenas 100 milímetros al año, pero mantiene campos de golf, construye rascacielos y playas artificiales, mientras Ciudad del Cabo agoniza por la crisis de agua.
Bajo el actual modelo de producción capitalista solo nos espera una irracional explotación de recursos y bienes comunes que repercuten en la devastación del medio ambiente quedando a merced de las potencias imperialistas y las grandes multinacionales y que –con daños irreversibles– colocan a la población mundial a una situación de vida o muerte.
Llegamos a una realidad donde se hace palpable una de las hipótesis de Walter Benjamin, "Los supuestos impulsores del progreso propagan en realidad la barbarie".
Hoy más que nunca se hace urgente la necesidad de construir un proyecto de reorganización social no capitalista, que se proponga la preservación del medio ambiente. Pensamos que esa alternativa vendrá si los millones de trabajadores alrededor del mundo se apuestan a encabezar esa lucha por un mejor porvenir y que plantea sin duda un cambio radical de las estructuras económicas, sociales y políticas del actual sistema.
