Sin contrato, sin imposiciones, sin seguros y sin licencias laborales. Esa es la realidad que por años miles de trabajadores alrededor del mundo han tenido que enfrentar, ante lo caro de la vida y los bajos sueldos. Pero en un momento de pandemia, esta realidad se encrudece aún más. Compartimos acá el testimonio de un conductor Uber, quién al igual que muchos otros, depende del precario ingreso del trabajo independiente, una situación urgente de resolver desde la organización y la demanda de licencias laborales masivas.
Jueves 26 de marzo de 2020
Hoy en medio de la pandemia COVID19 que ya está en chile, el gobierno y los empresarios dicen en todas partes “quédate en tu casa” como si esto fuera posible para todos por igual, pero la verdad no es así. El gobierno de Piñera entregó un plan económico de emergencia en el cual favorece mayoritariamente al empresario y casi nada a trabajadores con contrato, pero excluye así a todos aquellos trabajadores independientes (conductores, maestros, gasfiteros, electricistas, etc.).
Al enterarme de esta noticia sentí como la incertidumbre me inundaba ya que actualmente me desempeño como conductor de UBER (y otras aplicaciones que prestan servicios de transporte). Debido a la cuarentena decretada por el gobierno el flujo de usuarios ha disminuido considerablemente, aún así estamos corriendo un riesgo latente de contagio, pues quienes tenemos ingresos únicamente de este rubro no podemos simplemente decidir “quedarnos en casa”.
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Cabe recordar que todos aquellos que trabajamos en esto no tenemos ninguna garantía ni contrato de trabajo que nos proteja en estas situaciones. Por su parte Piñera nos dice que recibiremos un "Bono Covid" de tan solo $50.000 por carga familiar. Quienes somos padres se nos hace el doble de difícil, este monto es completamente insuficiente y no cubre ni las necesidades básicas de un apersona para tratar de solventar los gastos que nos conllevará esta crisis sanitaria.
Gracias al gran índice de desempleo y los indignos sueldos que se pagan en el país es que empresas como Uber, DiDi, InDriver, entre otras, entran en el mercado internacional como alternativas para palear la falta de ingresos mensuales. Es así como al igual que yo, otros padres y madres deben extender su jornada laboral, accediendo a estos rubros de "choferes independientes" exponiéndonos a la dura decisión en medio de la pandemia: arriesgarse al contagio o no tener ingresos. Para los empresarios no existen fronteras de países, y para nosotros tampoco, esta es una situación que a nivel global estamos viviendo los conductores y conductoras Uber.
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La vida no es igual para todos, eso lo demuestra la misma pandemia con una nefasta intervención de los estados en el mundo que salen a salvar a los empresarios entregándoles millonarias subvenciones, mientras que a los hospitales públicos y trabajadores nos niegan la gratuidad de los test de diagnósticos del COVID19.
Es por esto que hago un llamado a la organización y solidaridad entre la juventud y los trabajadores, porque ya vimos que al gobierno no les importamos y que a los empresarios menos, necesitamos apoyarnos entre nosotros más que nunca. Exijamos la entrega inmediata de las licencias laborales masivas para todos los trabajadores no esenciales como somos los conductores independientes, mostremos en nuestros lugares de trabajo y poblaciones que nuestra fuerza es la que puede responder colectivamente a la pandemia y no la inacción de los empresarios y el gobierno.
