Se trata de José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias. Pidió un aumento en la tarifa del agua. El macrismo había nombrado un hombre suyo para el manejo de los millonarios fondos de las obras sociales.
Fernando Scolnik @FernandoScolnik
Lunes 7 de marzo de 2016 11:45
Si por algo se había destacado en estos primeros meses de gobierno macrista José Luis Lingeri, histórico dirigente gremial de Obras Sanitarias, no había sido precisamente por su destacado rol al frente de las luchas contra el ajuste.
Muy lejos de eso, su nombre estuvo asociado desde los primeros días de gestión de Cambiemos al “logro” de haber colocado a un hombre suyo, Luis Alberto Scervino, como nuevo titular de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación. Se trata de una posición codiciada por su rol estratégico en el manejo de los millonarios fondos de las obras sociales sindicales. Lingeri mismo es un especialista en el rubro, ya que durante el menemismo estuvo al frente de la Administración Nacional del Seguro de Salud (Anssal). Eran los mismos años en los que apoyaba la privatización de los servicios públicos.
No es ningún secreto que a cambio de aquel cargo para Scervino, el macrismo buscó comprar la paz social que tanto necesita para que el ajuste pase sin mayores sobresaltos.
Para el caso de Lingeri, parece que este objetivo se está logrando con creces. El hombre no sólo es parte de las cúpulas sindicales que dejan pasar el ajuste, y que por estos días concentran su preocupación en las reuniones de cara a la reunificación de la CGT, como la que se realizará mañana martes, sino que incluso se ha puesto al frente de reclamar nuevos tarifazos.
En declaraciones realizadas durante una reciente reunión en Ginebra con el Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Guy Ryder, informadas por distintos portales, Lingeri abogó por un aumento en la tarifa del agua, que de concretarse se sumaría al incremento en las tarifas eléctricas y a las ya anunciadas en el gas, el subte y otros servicios públicos.
Lingeri defendió su postura afirmando que el cambio en el cuadro tarifario es necesario “sobre todo si se busca cumplir con el objetivo de alcanzar una cobertura del 100% en agua potable y del 75% en cloacas a lo largo de los próximos cuatro años”.
Se sumó de esta forma al coro de voces que justifican los aumentos en los servicios públicos, mientras se anulan y rebajan retenciones para las patronales del campo, para las mineras, o se preparan pagos millonarios para los fondos buitres, entre otras medidas que lleva adelante el macrismo en favor de los grandes empresarios y en contra de los trabajadores y el pueblo. Al igual que en el caso del gas, se usa el chantaje de la inversión para defender un aumento de tarifas, mientras se favorece a los sectores más concentrados.
Vale recordar que José Luis Lingeri está al frente del Sindicato Gran Buenos Aires de Trabajadores de Obras Sanitarias desde 1986, y todavía tiene mandato hasta 2019. Se mantuvo en su cargo durante los gobiernos de Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, Néstor y Cristina Kirchner y continúa en el de Mauricio Macri, aunque el año pasado trabajó para la campaña presidencial de Daniel Scioli.
Quizás el dirigente gremial no se sienta muy afectado por los efectos de los tarifazos. Según datos del año 2012, cobraba un sueldo de $64.500, y ya desde antes tenía en su poder dos autos importados, un chalet en Bariloche, un piso en Recoleta y una empresa, además de contar con familiares también propietarios de distintas firmas, uno de ellos acusado de desvío de fondos para las obras sociales. Cuando le preguntaron por qué tanto lujo, Lingeri se enojó: “¿Los sindicalistas tenemos que vivir en la Villa 21?”, y afirmó que “lo que tengo lo compré con mis sueldos o con un préstamo, como la casa de Bariloche”.
Lingeri será uno de los dirigentes que mañana se reunirán para debatir la unidad de la CGT. Al parecer, ese objetivo no estaría vinculado a la defensa de los intereses de los trabajadores, sino a los propios de las cúpulas sindicales.
Fernando Scolnik
Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.