Frente al alza del gas en Chile, que la última década aumentó su precio en un 92%, el sindicato de trabajadores de Enap (Fenatrapech) exige intervención del Estado frente a la colusión de Lipigas, Gasco y Abatible. ¿Qué salida podemos dar desde una perspectiva que beneficie a las familias trabajadoras y no al empresariado?
Miércoles 13 de octubre de 2021
Incluso para quienes no manejan las cifras entregadas por el FNE (Fiscalía Nacional Económica) sobre el alza del gas, que para este 2021 acumula un aumento del 19,2% en los precios que en relación al 2010 se encareció en un 92%, es sumamente sentido mes a mes el pago de los cilindros de gas que por medio de empresas como Lipigas, Gasco y Abastible, se coluden para encarecer el costo del gas.
Es en este marco que los trabajadores de Enap por medio de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores del Petróleo y Afines de Chile (Fenatrapech) emiten un comunicado denunciando la situación, exigiendo que el Estado intervenga en frente a la colusión de las empresas que mantienen las alzas del gas licuado, mencionando: “hacemos un llamado urgente al directorio de Enap que defina acciones concretas para solicitar a las instancias que corresponden la incorporación de la Estatal en la distribución del gas”.
Entregando datos anexos por medio de un video subido a twitter, Norberto Díaz, dirigente sindical de Enap y presidente de la Fenatrepech declara: “La Empresa Nacional de Petróleo, en la época de invierno, entrega el kilo de gas a $556. Es decir, un balón de 15 kilos cuesta $8.340 entregados por Enap. Sin embargo, Lipigas, Gasco y Abastible venden ese mismo balón a $21.500 en Santiago, o incluso, en zonas como Puerto Montt, Puerto Varas, Chiloé alcanzan los 27 mil, 28 mil o incluso 30 mil pesos” - agregando - “Esto evidentemente es un abuso. Esto sucede porque hay colusión, porque no hay competencia real, porque se colocan de acuerdo para colocar los precios como en el pasado otras empresas lo hicieron.”
Frente al informe entregado por el FNE, la misma institución da tres medidas para atender el problema en cuestión, donde en relación al GLP o gas licuado, donde la precaución pase por incentivar la competencia de otros empresarios a la vez que se prohíbe que las principales distribuidoras mayoristas de gas licuado (Lipigas, Gasco y Abastible) se sometan a una mayor competencia lo que podría influir en que el precio del gas se reduzca en un 15%. Aún así recién en noviembre se tendrán detalles sobre si se aplicará o no algún tipo de sanción frente a este hecho de colusión.
Por su parte, los trabajadores Nolberto Díaz mencionó para El Mercurio de Valparaíso: “Todos los gobiernos estos 30 años le han negado la posibilidad a la Enap que entre al negocio de la distribución del gas y al negocio de la distribución de combustibles”.
Ninguna confianza en la gestión empresarial, es necesario una salida desde la clase trabajadora
Aún cuando el FNE plantea como medida, el impulso para que un radio más amplio de mayoristas de GLP tengan más libertad de competencia para la captación de distribuidores minoristas con el fin de acotar el monopolio que han mantenido las grandes empresas distribuidoras de gas, nada garantiza que estos nuevos inversionistas (empresarios) no puedan caer en las mismas prácticas, sobre todo cuando la justicia chilena tiene un largo prontuario de perdón “borrón y cuenta nueva” con empresarios y políticos coludidos que han afectado a miles de familias. Incluso frente a este caso, nada se ha dicho sobre sanciones a estas grandes empresas que se han beneficiado del encarecimiento de la vida de las familias trabajadoras durante años, sin importarles siquiera la crítica situación de miles de personas por la pandemia.
La propuesta anunciada por la Fenatrapech pone de relieve la importancia de que la distribución deje de ser privada, pero una salida de fondo implica hablar de estatización bajo control obrero de toda la rama productiva del petróleo, el gas y servicios estratégicos como el agua y la luz.