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Música. Snarky Puppy en Argentina: mucho más que jazz

El grupo estadounidense presentó su disco Empire Central el domingo en el Luna Park e hizo vibrar a 6.000 espectadores.

Martes 23 de mayo de 2023 21:18

Fotografía: Telám. Laura Tenanbaum

Para su tercer show en Buenos Aires, la banda texana se presentó el pasado domingo 21 de mayo con una formación de 10 músicos, en un Luna Park casi colmado por los 6.000 espectadores que pudieron comprar el costosísimo ticket para tiempos de crisis, ajuste y FMI.

Luego de una breve y muy bella presentación del guitarrista y compositor chaqueño Marcelo Dellamea, quien cantó y tocó con su guitarra cuatro temas de su autoría, el grupo de Texas subió al escenario y presentó su decimoquinto álbum, Empire Central, ante un público que, embelesado, escuchó cada uno de los temas. El frontman y bajista Michael League manifestó, en perfecto castellano y en reiteradas oportunidades, el agradecimiento de la banda para con el público local y su forma tan particular de vivir la música; “no lo podemos creer; no hay nada igual en el mundo”, dijo el principal referente con indisimulable asombro por el profundo y respetuoso silencio con el que la gente escuchó los temas que se estrenaban en vivo, siguió cada una de las riesgosas y brillantes improvisaciones, para finalizar bailando, saltando y haciendo pogo en los bises.

Esta especie de colectivo musical transcultural, originalmente compuesto por veinte integrantes de diferentes nacionalidades y a quienes cuesta encasillar en cualquier género o estilo, ha ganado 4 premios Grammy a “mejor interpretación de R&B en 2014” y “mejor álbum instrumental contemporáneo” en 2016, 2017 y 2021. Con Empire Central otra vez han roto el molde y emprenden nuevos desafíos para tocar en vivo sobre una estructura relajada y precisa como la del disco de estudio, más, en qué se convertirá nadie lo puede saber. Lo único que podemos adivinar, músicos y espectadores, es que su sonido y musicalidad irá creciendo sobre el escenario.

“Nuestro paisaje sonoro se ha expandido dramáticamente a lo largo de los años”, dice Michael League. “Cuando comenzó la banda, éramos más jazzeros, pensantes y orientados a la música. Moviéndonos a la escena de Dallas nos volvimos más maravillados, más emocionales, más profundos en cierto sentido. Nos enfocamos más en comunicar un mensaje claro, comprensible para el oyente sin simplificarle las cosas. Snarky Puppy siempre ha sido una banda que prioriza el sonido de la música. En este disco, las canciones terminaron siendo mucho más directas y funky que las de nuestros discos anteriores. Creo que refleja los muchos estados de ánimo de la escena de la ciudad. Nuestra regla es que no puede sonar como sonaba antes; la música tiene que sentirse como si se estuviera moviendo hacia alguna parte”, afirma el principal referente y cohesionador de esta banda inclasificable.

"La idea es ver crecer la música. Muchas gracias por recibirnos de esta manera. Son un público increíble”, agradeció con profunda emoción.

Junto al bajista Michael League estuvieron el violinista Zachary Duncan Brock, Chris Bullock en el saxo, Jay Jennings y Justin Stanton en trompetas, los tecladistas Mike “Maz” Maher y Bill Laurance, el guitarrista Bob Lanzetti, Jason Thomas en batería (el más ovacionado de la noche) y el percusionista Keita Ogawa.

El primer invitado del concierto que se extendió por dos horas, fue el armoniquista argentino Franco Luciani, quien tocó “Take It!” agregándole fuego con su solo al eléctrico funky. Con el público entregado y fascinado por el vértigo y la belleza de las improvisaciones que se iban construyendo sobre el esqueleto de Empire Central, ya promediando el show y durante una pausa entre temas, Michael tomó nuevamente el micrófono: “Este disco es un homenaje a Texas y Bernard Wright, que era nuestro maestro Yoda”, destacó de su ex compañero y, para homenajear al recientemente fallecido multiinstrumentista de jazz, invitaron a subir al escenario, para asombro y ovación de todo el estadio, al genial pianista armenio Tigram Hamasyan, también de gira internacional y quien se presentaría horas más tarde de lunes 22 en el Teatro Broadway. Junto a Tigram acariciando magistralmente el piano, Snarky Puppy tocó “Belmont”, la última canción que grabara Wright junto a la banda antes de su muerte.

Llegando al final, y “por ser el mejor público de la gira”, la banda se despidió con los clásicos “What About Me?”, “Shofukan” y “Lingus” que provocaron la explosión de los cuerpos que bailaron y poguearon jazz instrumental como si fuera el cierre de un recital de rock. En medio de los bises, el referente de la banda improvisó con su bajo “Muchachos…” junto a un coro de miles cantando por la selección y la obtención del campeonato mundial, en la mejor versión musical que se escuchó hasta ahora.

Tras seis años de su último show en Buenos Aires, Snarky Puppy volvió a deslumbrar a sus fans con esta nueva aventura musical que, aunque ya ganó el Grammy a “mejor álbum instrumental contemporáneo”, su mejor atributo quizá sea su idea colectiva, la música por encima de los egos, el concepto de unidad y ensamble por sobre las individualidades, esa masilla con la que lograron construir la nave a la que músicos y melómanos nos subimos para disfrutar el vertiginoso viaje.