Por la conmemoración de los 196 años de la creación de Bolivia y en un escenario marcado por las amenazas de la derecha golpista de volver a convulsionar el país, David Choquehuanca, vicepresidente del Estado Plurinacional, emitió un discurso a la Asamblea Legislativa Plurinacional y para el pueblo boliviano, caracterizado por ser ambiguo, conciliador y marcado por un fuerte esencialismo indigenista, que plantea muchas dudas.
Sábado 7 de agosto de 2021
¿Es posible buscar la complementariedad o la “armonía” con la derecha golpista y racista? Compliquemos la situación… ¿Podemos “hermanarnos y ser libres” junto a los esbirros del sistema capitalista?
Después de escuchar el discurso sobreideologizado de Choquehuanca, queda claro que su filosofía del “vivir bien”, a pesar de llevar el rótulo de “originaria”, no es más que otra de las formas en las que se manifiesta la filosofía especulativa e idealista; la cual, crea una representación imaginaria y mística de la realidad concreta en la que vivimos.
Para Choquehuanca “…cuando las contradicciones se encuentran, las polaridades desaparecen y pueden convertirse en soluciones complementarias, equilibradas que conduzcan a la matriz de vida...”. Habría que preguntarle ¿Qué “solución complementaria” pasó por su cabeza cuando se dio el golpe de Estado en 2019 y después de las masacres de Senkata y Sacaba? O, para no ir tan lejos, ante la polarización y contradicción al interior de la Asamblea Legislativa Plurinacional cuando Arce daba su discurso contra el golpismo, la oposición se rasgaban las vestiduras y la mayoría de los presentes en aquel evento gritaba “la derecha no pasará”.
Todas esas frases ambiguas que rellenan el discurso del “vivir bien” (“camino de la verdad”. “equilibrio”, “respeto”, “complementariedad”, “consenso”, “hermandad” y “paz”), esta mística-mistificada-mistificadora, terminan estrellándose contra la realidad cuando partimos de la existencia material y objetiva de las contradicciones sociales dentro del sistema capitalista, es decir, por cómo estas se manifiestan, en determinada correlación de fuerzas, y no por cómo quisiéramos que fueran.
Al parecer, para esta filosofía especulativa e idealista es más importante sostener esta falsa imagen que se da al mundo de los “guerreros del arcoíris” que buscan el “vivir bien” sin contradicciones, supuestamente, que resolver las contradicciones sociales que actualmente afectan al conjunto de nuestra población y no van a resolverse con ninguna "complementariedad de opuestos", alguna forma de “complementariedad con el capitalismo” o con la derecha golpista.