Las centrales sindicales están controladas por una casta de burócratas que cumple la función de mantener la “normalidad” capitalista en los lugares de trabajo. Garantizan que reine la dictadura patronal.
Miércoles 27 de julio de 2016
En estos días, por distintos medios de comunicación, se habla mucho sobre la "unificación" de la CGT. Los burócratas de los gremios más importantes como la UOM, Camioneros, UOCRA, Comercio o Sanidad entre otros, se reúnen para definir cómo se van a repartir sus cuotas de poder y la caja millonaria de las obras sociales que maneja un hombre de José Lingeri (Obras Sanitarias).
El 5 de agosto habrá una reunión de los secretarios generales de los distintos sindicatos. Pero sólo es un paso administrativo de los acuerdos de cúpula que ya han realizado para "unificarse" en una conducción colegiada, donde haya un representante por cada una de las tres CGT.
Pero de discutir y definir un paro nacional como comienzo de un plan de lucha contra el ajuste del macrismo no se habla. Mientras hay despidos, suspensiones, la inflación licúa el salario día a día y se mantiene una precarización laboral muy extendida que provoca la muerte sistemática de trabajadores por accidentes y condiciones de trabajo, la burocracia peronista se pasea en autos de alta gama y los dirigentes viven como empresarios millonarios. Para ellos la vida de obrero pasó hace décadas y por eso el paro les resulta tan impensado.
Las centrales sindicales están controladas por una casta de burócratas, que cumplen la función de mantener la "normalidad" capitalista en los lugares de trabajo, es decir son garantes de que reine la dictadura patronal. En definitiva, toda la estructura sindical, que está regimentada por el Estado capitalista, sirve a este último. Los trabajadores por esto mismo, tenemos que luchar por la independencia del Estado de nuestras organizaciones obreras.
Un primer paso en este sentido es reformar de raíz los estatutos. En esto, los obreros ceramistas de Neuquén han dado una muestra que se puede hacer, democratizando el sindicato, acortando el mandato de cuatro a tres años, no pudiendo haber más de una reelección en los cargos, donde los secretarios generales vuelven a las máquinas luego de su mandato, y permitiendo que la minoría tenga representación en el sindicato. Estos son algunos de los cambios que golpearían el modelo sindical peronista, que es profundamente burocrático y da "superpoderes" a los secretarios generales.
Por eso desde la lista Granate en el SUTNA, gremio que recuperamos hace más de 2 meses, planteamos la necesidad de reformar de raíz nuestro sindicato, empezando por el estatuto que fue moldeado según la política de Wasiejko y la CTA.
Quienes firmamos esta nota venimos peleando contra la patronal de FATE para poder seguir trabajando y no perder la relación cotidiana con nuestros compañeros. FATE quiere obligarnos a tomar licencia gremial y dejar de trabajar. Quiere que nos separemos de nuestros compañeros para gozar del privilegio de no trabajar, para cambiar nuestras vidas como obreros.
En definitiva nos quiere imponer la "democracia capitalista" al interior de nuestra organización obrera. Es decir, que los trabajadores votemos cada 4 años a nuestros representantes sindicales para que nos transformemos, en última instancia, en funcionarios del Estado, contraponiendo al representante (funcionario sindical) del representado (los trabajadores).
Los trabajadores tenemos que organizarnos y luchar para sacar a la burocracia sindical de nuestras organizaciones. Mientras lo hacemos tenemos que movilizarnos para exigir a las centrales sindicales que rompan el pacto con el macrismo y llamen ya a un paro nacional contra el tarifazo, el ajuste y por nuestras demandas obreras.