En una ciudad internacionalmente conocida por los casos de feminicidio y desaparición de mujeres, las autoridades muestran su lado más duro, no contra los feminicidas y proxenetas, sino contra mujeres que sobreviven a esta violencia machista.
Jueves 3 de marzo de 2016
Desde el 14 de octubre del año pasado María Guadalupe Pereda Moreno, de 19 años, permanece encarcelada acusada de homicidio. Luego de una fuerte discusión con su esposo que con pistola en mano la amenazó para que reanudaran su relación sentimental, María Pereda logró tomar el arma y dispararle en defensa propia.
Carlos Barderas era abogado de 37 años de edad, con antecedentes de violencia familiar y portación ilegal de arma de fuego. Según el medio Norte Digital, los exámenes toxicológicos revelaron que Carlos Balderas había consumido drogas y alcohol el día de los hechos.
María Guadalupe es estudiante de la carrera de criminología en el Centro Universitario y madre de dos hijos. En una región azotada por los efectos de la supuesta guerra contra el narcotráfico y la violencia extrema en contra de las mujeres, María Pereda es una de las pocas sobrevivientes de feminicidio en la ciudad. Hoy, está presa a causa de los criterios machistas y misóginos de las autoridades que supuestamente están encargadas de impartir justicia para las mujeres.
Justicia machista en la tierra del feminicidio
En México la violencia feminicida cobra la vida de 7 mujeres al día. De 2006 a 2012, la frecuencia de feminicidios aumentó 40% a nivel nacional y de estos casos el 95% permanece en total impunidad. Juárez es reconocido a nivel internacional como la ciudad en donde inició este fenómeno de violencia extrema contra las mujeres en la década de los 90’s.
Según un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre 1985 y 2013 fueron asesinadas al menos 44 mil 646 mujeres. A pesar de estas aterradoras cifras, los gobiernos estatal y federal se llenan la boca con discursos sobre los derechos de las mujeres y la equidad de género. Sin embargo, estos gobiernos son los primeros en encubrir a feminicidas, desaparecer evidencias, alterar las escenas del crimen y por si no fuera suficiente, criminalizan a las víctimas y sobrevivientes de violencia, como en el caso de María Pereda.
El gobierno y sus instituciones son también responsables de las miserables condiciones de vida y trabajo para millones de mujeres en Cd. Juárez y en todo el país, debido a sus políticas pro-empresariales y a la subordinación –económica, política y militar- que mantiene con el imperialismo estadounidense. Estas son las bases estructurales sobre las cuales se profundiza y expande territorialmente la violencia contra las mujeres y que tiene su expresión más brutal en el fenómeno del feminicidio.
¡Si tocan a una, nos tocan a todas!
Diversas organizaciones civiles y feministas de Chihuahua y otros estados, han externado su indignación por lo que consideran una injusticia contra una sobreviviente de intento de feminicidio. A través del programa de Defensoras Comunitarias y Sin Violencia, se hicieron llegar 200 cartas de apoyo a María Pereda al Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua y por redes sociales circula el hashtag #MaryLibre para exigir su liberación.
Desgraciadamente, no es la primera vez que las autoridades mexicanas encarcelan a una sobreviviente de feminicidio. A finales de 2013 en la Ciudad de México, Yakiri Rubio Aupart fue secuestrada por dos sujetos que abusaron sexualmente de ella. Miguel Ángel, uno de sus agresores, iba a ser el encargado de terminar con su vida pero Yakiri, haciendo uso de todas sus fuerzas y sabiendo que era su vida la que estaba de por medio, se defendió y logró herirlo de muerte. Ante esto las autoridades reaccionaron con un cargo por homicidio doloso por motivos pasionales en su contra, en un proceso lleno de irregularidades.
Como explica Alejandra Toriz, la libertad de Yakiri fue un triunfo de todas las mujeres. Luego de 86 días de injusta prisión, como producto de la presión mediática y movilización de miles de mujeres en las calles, las autoridades argumentaron “exceso de legítima defensa” y Yakiri Rubio alcanzó su libertad.
Desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas nos sumamos al llamado de justicia y exigimos la inmediata liberación de María Pereda, presa de un Estado que criminaliza a las mujeres y mantiene presas a las que luchan contra la violencia como es el caso de Nestora Salgado. Hacemos un llamado urgente a todas las organizaciones de mujeres, estudiantiles y de derechos humanos en Ciudad Juárez a exigir la liberación de María Pereda en las calles y sin ninguna confianza en las instituciones, para poder arrancar su libertad de las garras de este Estado machista y feminicida.