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Red Internacional
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OPINIÓN. Sociedad, medios de comunicación e ideología

¿Cómo logra introducirse la ideología dominante en la sociedad? En este artículo vamos a demostrar diferentes formas en las que se nos imponen ideas totalmente ajenas a nuestra clase, con el objetivo de que nosotros mismos legitimemos la opresión en todas sus formas.

Jueves 16 de febrero de 2017 09:27

Antes de empezar el análisis de los modos de imponérsenos debemos saber dónde nace la ideología que repetimos cotidianamente. Los creadores del pensamiento dominante es siempre la clase social que tenga supremacía ante las otras. En el contexto actual es la burguesía, dueños de medios de producción, son los poseedores del Estado, mediante este declaran sus leyes con el objetivo de desarrollarse, justificando sus intereses (existencia de propiedad privada) por un bien común (bien ajeno a gran parte de la población). Suelen revestirse de diferentes formas, algunas más conciliadoras, otras neoliberales, o también fascistas. En todas perdura la propiedad privada. Dependiendo de la situación de la lucha de clases, a más necesidad de frenar las demandas sociales, más conciliación habrá, sin embargo, cuando los reclamos los desbordan, buscan imponerse sangrientamente ante las masas combativas. Un ejemplo claro entre tantos es la década del ´70: Al la lucha de clases llegar a un punto tan alto en la historia argentina, los grupos dominantes permitieron el regreso de Perón (reclamo por parte de la población), sabiendo claramente que las políticas que aplicaría no serían tan conciliadoras (debidamente como sucedió). Entonces los reclamos sobrepasaron al gobierno peronista (que ya había comenzado las tareas de campos de concentración y terrorismo de Estado) y con el “Proceso de Reorganización Nacional” se desplegó el aparato estatal represivo en su esplendor, provocando la desaparición de más de 30.000 personas.

Habiendo dicho alguna de las múltiples formas de presentarse políticamente la burguesía, es menester entender por qué tiene la obligación de elaborar una ideología que reine en la sociedad para perdurar.

El sistema de propiedad privada, característica fundamental del capitalismo, tiende naturalmente a reducirse a cada vez menos burgueses, las crisis son el factor clave para la concentración de la riqueza porque solo pueden resistirla los que mayor capital posean. Esto produce que cada vez haya más trabajadores (más pobres) y menos capitalistas (más ricos). El proceso continúa constantemente hasta estallar y surgen, dependiendo de las circunstancias, diferentes políticos burgueses más o menos conciliadores para frenar la creciente cantidad de insurgentes convencidos de aniquilar este sistema explotador. Por lo que la penetración constante en la sociedad de las ideas capitalistas funcionan como apaciguadores, para evitar la concientización de los trabajadores acerca de la clase que pertenecen

La ideología dominante interviene en varias instituciones: Iglesias, sindicatos (claramente los que no tienen una perspectiva clasista), partidos políticos burgueses, escuelas, eventos deportivos, medios de comunicación, entre otros. Estos tres últimos (en especial el último) son los que reinan al momento de adoctrinar.
Los colegios se esfuerzan constantemente en transmitir el nacionalismo como base irrevocable del pensamiento ciudadano, el “amor por la patria” conlleva inevitablemente a la unión entre todas las clases sociales de una Nación, estableciendo como “bueno” todo lo nacional (incluyendo al burgués explotador) y lo “malo”, lo antinacional, es decir, lo extranjero (inclusive a los trabajadores). Además, consecuentemente, provoca xenofobia en gran parte de la población. Un ejemplo son los inmigrantes que son sometidos a las peores condiciones de explotación y, por encima, son marginados socialmente, cuando a los empresarios (algunos camuflados como “nacionales y populares” y otros autocalificados como “republicanos”) se los perdonan por evasiones fiscales gigantescas. Este nacionalismo aparece en contextos de guerra o de crisis, donde se busca atacar a otro país o, en el segundo caso, culpar a trabajadores de diferente nacionalidad de la situación económica (nunca a los burgueses… casualidad ¿No?).

Los clubes deportivos (particularmente los destacados en el ámbito futbolístico) dependen, lamentablemente, de contratos repugnantes haciendo publicidad a empresas poderosas, produciendo que cada simpatizante con la intención de vestir ropa de un equipo, deba pagar el producto y además, llevar la marca de auspiciantes a todos lados, es decir, no solo abona por el objeto, sino también paga la publicidad y, como si fuera poco, la reproduce gratis, negocio exquisito para ellos. Todo club termina esclavizado al mercado y siendo más importante el “marketing” que los propios partidos y nosotros legitimándolo portando todos los logos.

La selección nacional tiene aún un peso más fuerte, es la mayor lavadora de cerebros en la cuestión deportiva, como principal generadora de xenofobia y exacerbación del nacionalismo. Los partidos ante otras naciones son utilizados para llevar más allá el espectáculo, posicionándolo a un nivel hasta de guerras. Un ejemplo es el discurso nacionalista acerca de la Copa Mundial de Fútbol de 1986, esta visión otorga a la victoria argentina sobre Inglaterra un sentido de revancha ante la derrota en la “Guerra de Malvinas”, llevada a cabo durante la última dictadura cívico-militar cuyo apoyo y dirección provenía de Estados Unidos (fundamental aliado al Reino Unido). La falsedad del nacionalismo en este caso oscurece la realidad de que el enemigo prioritario eran los empresarios y los militares, los mismos mandaban a la guerra a trabajadores, muchos reclutados arbitrariamente a que sean masacrados por la artillería británica. Antes de buscar echar culpas a todas las clases sociales del Reino Unido, primero debemos aclarar los responsables en ambos lados, para después, en fraternidad internacionalista, luchar contra los causantes de aquella matanza, nunca culpando a otros proletarios o a la totalidad de la población de ese lugar por lo sucedido, estos hechos son siempre planeados por las clases opresoras para proteger sus intereses egoístas. La abolición de las fronteras debe ser nuestra bandera.

Continuando con el análisis, nos abocamos ahora a los medios masivos de comunicación, los más importantes en la sociedad actual. El proceso de globalización les ha otorgado el papel fundamental de adoctrinar masas a gran escala de varias formas (Tv, radio, diarios impresos, digitales, videos, etcétera). Estos llevan a cabo la introducción de la ideología dominante, creada por la clase en el poder, a toda la sociedad. Distorsionan las luchas, las reconfiguran a sus intereses para que otros trabajadores no se enteren y hacen lo posible para crear discordia entre estos. Por ejemplo: En el conflicto de AGR-CLARÍN, TN, teniendo una movilización delante de cámaras, solo expreso que había “una protesta de trabajadores de un taller gráfico”, continuando con el cerco mediático establecido, parece una provocación… bueno realmente lo es. En la foto se puede ver muy bien lo anteriormente dicho.

Ya aclaramos quién crea e introduce la ideología dominante. Ahora nos abocaremos a descifrar quiénes la reproducen. La respuesta es fácil: TODOS. Lo canalizamos como sentido común, no lo reflexionamos, solo accionamos espontáneamente. Nos imponen hechos como si fuesen naturales y el único punto de vista posible. En sociedad, mediante nuestras relaciones propagamos esas ideas. Por ejemplo: El conflicto de hace algunos días con unas jóvenes mientras realizaban “topless”. El sentido común nos grita que esas chicas son “desubicadas, obscenas, etc.” por mostrar sus senos frente a niños. ¿Pero a caso el hombre tampoco lo hace? ¿El hombre no posee pezones? ¿Las mujeres tienen genitales en el pecho? ¿No será que el problema es que consideramos obsceno una cuestión que en realidad no es? Este “atroz delito” de aquellas chicas devino en la llegada masiva de policías (ni para con un narcotraficante se movilizan tanto… cierto que son ellos los mismos que permiten el negocio). La concepción de obscenidad está muy mal empleada me parece: La explotación, la pena de muerte, el genocidio, el hambre, la contaminación, la acumulación de riqueza, el machismo (por lo que se genera este conflicto), la desigualdad, la propiedad privada, entre muchas más cosas son las obscenas. Hay que ser conscientes que este conflicto es provocado por el aparato represivo estatal, varios pares de tetas no son problema (OJO, parece que las tetas de mujeres tienen otra categoría), ¿Qué tan adoctrinados estamos para que dos senos puedan perturbar a una persona? La lucha por la igualdad de género también implica eliminar las diferencias entre el hombre y la mujer en las relaciones cotidianas, cada uno tiene que ser libre de hacer lo que quiera con su cuerpo, nadie puede imponer a otro ser humano una orden que viole su autonomía.

Podemos concluir que la ideología dominante tiene un objetivo claro y concreto: mantenernos en un estado de odio ante el que está en nuestras mismas condiciones, generar conflictos sin sentido, distorsionar la realidad, culpar a inocentes de la situación económica, apoyar burgueses explotadores, mantenernos dormidos en inacción (consumiendo como bobos todo lo que nos venden desde los medios de comunicación), en fin, al reproducir esto todos en cadena propagamos una “epidemia” del sentido burgués en el que todo individuo que viva en sociedad está expuesto a contagio.

Para leer un análisis del sentido común, recomendamos leer este artículo

Esta lucha es una fundamental, compleja, cotidiana e inevitable, día a día debemos combatir esa ideología opresora que solo busca sembrar odio, miedo, xenofobia, divisiones, etc. Necesitamos suplantarla por otra donde reine el socialismo, la democracia, la libertad, la solidaridad y los trabajadores en pos de construir el objetivo mayor deseado por todos los revolucionarios, el paraíso terrenal, la querida patria de la humanidad, es decir, el comunismo.