×
×
Red Internacional
lid bot

Opinión. Soledad Acuña y su libro: “El día que ir a la escuela fue noticia”

En el marco de la Feria del libro, la ministra de Educación porteña presentó su libro. Una clara propaganda política de su gestión, y un apoyo electoral a Rodríguez Larreta, en el marco de una supuesta “grieta” que intenta marcar con el gobierno nacional en materia de educación. Libro prescindible para cualquier lector interesado en la materia.

Ivana Otero

Ivana Otero Docente de Nivel Primario.

Lunes 16 de mayo de 2022 11:04

“Todos somos emprendedores de nuestras vidas”

Soledad Acuña nació en Bariloche en 1975. Estudió en el colegio alemán Primo Capraro. Las asociaciones del tipo de formación impartida allí, y las denuncias por tener como autoridad al ex oficial de la SS Erich Priebke, extraditado luego para ser juzgado en Italia por la masacre de las Fosas Ardeatinas en Roma ocurridas durante su mandato en 1944, no son desmentidas. La ministra, luego llegará a la ciudad de Buenos Aires para estudiar y recibirse de Licenciada en ¿educación?, no, Ciencia Política. Tuvo un largo recorrido de cargos y campañas con los que no aburriremos, hasta que en 2015 asumió como ministra de Educación de la ciudad de Buenos Aires, siendo el actual su segundo mandato.

Se define, modestia a parte, como una de las “referentes políticas de la batalla por la apertura de las escuelas” de ahí el título del libro. Con reseña de Mario Vargas Llosa, que además de ser ideológicamente de derecha, los kilómetros de distancia lo alejan aún más de la realidad, nos dirá: “Soledad Acuña se ha destacado en su país defendiendo a los niños y su derecho a la educación”. Esta frase junto a los miles de niños sin vacantes sería un buen meme. El prólogo se lo dejará a Isabel Diaz Ayuso del PP, Presidenta de la Comunidad de Madrid, quién entre otras cosas reivindica el fascismo afirmando “si te llaman fascista estás en el lado bueno de la historia” además de, por supuesto, rechazar el feminismo. Para más información y memoria histórica, dejamos nota:Ayuso y su comentario más filo fascista

Luz verde a la campaña electoral y la “grieta” que no es tal

En las siguientes líneas, no buscaremos hacer creer que hay una mirada objetiva. Hay una clara posición política en el análisis de las casi 300 páginas que Acuña decidió presentar, no inocentemente, en la Feria del libro de este 2021.

En una entrevista en el espacio Ticmas en la Feria del Libro y reflejado en Infobae, no da vueltas: “voy a trabajar para que Horacio sea el presidente del próximo gobierno”. Más claro, echale agua. Para ello, utiliza dos estrategias, odas y más odas al Jefe de gobierno y por otro lado la creación de una falsa grieta. Para ahorrar la lectura completa de esta nota, con el diario del lunes todos los que pisamos verdaderamente las escuelas, tanto de un lado como del otro de la General Paz, sabemos que no hay grieta tal. Durante la pandemia y pos pandemia, no hubo inversión en educación alguna y se dedicaron a hacer campaña electoral de un lado y del otro durante los dos años. Actualmente, no hace falta ser muy politizado para saberlo, la jerarquía para el gobierno nacional de Alberto Fernández y Cristina Kirchner con el apoyo del espacio de Acuña y Larreta es que cada peso (aún quién pide que la devuelvan “los que la fugaron”) vaya para los bolsillos del FMI, no para educación. Por más que se esfuerce el gobierno porteño, no tiene el monopolio del ajuste y el desprecio hacia la educación pública. Despejada la falsa polarización, continuemos.

Dentro de la dedicatoria, por supuesto, aparece Larreta: “A Horacio, que desde hace más de veinte años cree en mí y me da oportunidades para seguir creciendo”. Empalagoso. Cuenta que fue “reclutada” por él y su “Grupo Sophia”: “vino gente de la fundación Sophia a hacer reclutamiento de estudiantes” para “conformar equipos de trabajo que con el tiempo estuviéramos preparados para ocupar espacios de poder” (...) “nos estábamos formando como cuadros técnicos”. El “Grupo Sophia” fue creado en los 90 por Larreta y es una clásica ONG neoliberal financiada por instituciones como el Banco Mundial. Además de desarrollar cuadros de gestión, como sin pelos en la lengua (o tinta en la impresora) nos ilustra Acuña, el grupo fue, sin lugar a dudas, un enclave ideológico de las reformas educativas neoliberales.

Te puede interesar: Clasismo explícito: ¿quién es la ministra Soledad Acuña y qué educación defiende?

Hay que reconocerle algo a su pluma (o la de quién haya escrito el libro), que se esfuerza por parecer menos de derecha y más de “centro”. Borra los dichos y acciones más discriminatorios que vivenciamos durante los dos años de pandemia. Los docentes, ya no seríamos esos “zurdos, fracasados, pobres y viejos”, sino quienes nos cargamos la labor en momentos hostiles. Los estudiantes que fueron expulsados de la escuela pública (empecemos a hablar con propiedad, no es deserción es expulsión), no serían quienes “seguramente están perdidos en el pasillo de una villa o cayeron en actividades de narcotráfico”, sino quienes no son escuchados porque es un mundo “adulto-céntrico”. Su ataque a los sindicatos, lo reducirá a críticas a “agrupaciones”. Todo muy light y edulcorado con jerarquía en relatos “feministas” y con anécdotas personales de su maternidad y vida cotidiana que solo nos recuerdan lo lejana que es su vida a la de las grandes mayorías. Resaltamos, para que no se nos pase, que la ministra cobra medio millón de pesos, mientras que las docentes, mayoría mujeres, debemos trabajar dos o tres turnos para llegar a fin de mes, sin contar el trabajo de corrección y planificación, y el trabajo no remunerado en las tareas domésticas. Vaya feminismo con el que cuenta la ministra.

Los 5 grandes objetivos

Construir escuelas con el “plan 54 escuelas”, la implementación de “jornada extendida”, la “educación digital” y la “secundaria del futuro”, la “capacitación docente” y la UniCaba.

He aquí las políticas del gobierno que anuncia en las primeras páginas y refuerza en el epílogo. ¿Suena lindo?, marketing se llama pero no lo es. Las “famosas” 54 escuelas con las que vienen haciendo campaña hace varios años, no existen pruebas de su existencia. En el amparo por vacantes que la diputada porteña Alejandrina Barry inició junto a Myriam Bregman, Patricio del Corro del PTS/FITU y organizaciones como “Vacantes para todos” explica que el Gobierno sólo logró acreditar la construcción de 5 escuelas. En todos los otros casos, el Gobierno hace pasar como escuelas nuevas supuestas refacciones de escuelas ya existentes. Mientras tanto, siguen sin cumplir con el fallo de la Justicia por la falta de vacantes que afecta a la zona más humilde de la ciudad. Además de quitarle el Palacio Ceci a la comunidad educativa, un edificio que es parte de una escuela de sordos, para entregarla al distrito del vino, o trasladar la escuela “Indira Gandhi” que funciona hace 50 años con población de la Villa 31, para sus negocios inmobiliarios.

Sobre la Jornada Extendida, política que tomaría Perzcyk, ministro de educación nacional, se olvidaría varios detalles. Entre ellos, que los propios trabajadores denuncian que están en la precariedad total, persecución y despidos. Por solo tomar un ejemplo, en 2021, plena pandemia, el Gobierno de la Ciudad dejó en la calle a trabajadores del programa exceptuados por razones médicas, planteando que se le “terminaron los contratos”.

Sobre la “Secundaria del futuro”, nos adentramos en lo más jugoso de las políticas en educación, la mercantilización de los propios estudiantes. Claro que esto no puede estar tan explícito, Acuña pondrá palabras más bonitas: “La escuela es una institución clave en la formación de los jóvenes, debe cumplir su rol fundamental de educar a los jóvenes con contenidos apropiados para su edad”. Pero “esa escuela del futuro” sólo tiene como objetivo buscar el control ideológico de las aulas, avanzar con las llamadas “prácticas laborales” que no es más que mano de obra barata para empresas como Mercado Libre, Banco Santander, Generación Zoe, en lugar de horas de estudio. Para entonces, Esteban Bullrich, a quien Acuña reivindica además porque “instaló la cultura de la evaluación”, decía como carta de presentación del proyecto: “debemos educar a los niños y los jóvenes para que puedan hacer dos cosas: ser los creadores de empleos, los que le aportan al mundo esos empleos y ser capaces de vivir en la incertidumbre y disfrutarla” (sic). No, claro, eso no es “adoctrinamiento”.

Por último, la capacitación docente y la UniCaba, traducido, la eliminación de los 29 profesorados y el monopolio de la formación docente desde el Ministerio, quitándole toda autonomía a los profesorados. No por nada, no han querido titularizar, es decir darle estabilidad laboral, a sus profesores en la discusión por la reforma del estatuto docente. Por Reforma del Estatuto y capacitación docente, mejor dejamos a hablar a Alejandrina Barry en su intervención en la Legislatura: Alejandrina Barry "Este proyecto es un nuevo ataque a la educación pública"

A un lado dejamos la pésima alimentación en las escuelas, a las que le dedica párrafos enteros. El paso del sanguchito al bolsón de comida que debieron dar, no fue por la presión de la organización por abajo de familias junto a cooperadoras y un amparo presentado por la Izquierda exigiendo alimentación en cantidad y calidad, sino porque “todo fue muy sorpresivo” y las compras del Estado no son iguales que las domésticas. Lo verdaderamente cierto, es que hasta el día de hoy incumple con los fallos de la justicia que obliga alimentación en cantidad y calidad.

Finalizando, nos plantea que “la construcción de una educación basada en el mérito es posible a través de una educación equitativa, pero sin resignar la calidad. Por eso, la educación es la inversión más importante que puede hacer realidad un país”, curiosa definición si se ve que el presupuesto en educación año tras año se ha recortado. Se empecinan en gobernar en base a la “evidencia”. Evidente son los techos que se caen en las escuelas, la pésima alimentación, la falta de vacantes y la sobrecarga laboral de la docencia.

Consenso o ¿coerción?

“Nosotros estamos acostumbrados a gestionar de otra manera, con procesos horizontales de discusión, con rondas de consultas y búsqueda de consenso”.
Desde la eliminación de las Juntas de clasificación docente en 2011 hasta la reforma del estatuto docente reciente, pasando por la votación de la UniCaba, tuvo respuesta masiva en las calles por parte de la comunidad educativa. Demostrando que, a pesar de que la palabra “consenso” recorra cada una de sus páginas, no tiene consenso más que en la propia Legislatura, a veces también con el visto bueno del peronismo (y sindicatos afines) pero no en la comunidad educativa y por eso debe acudir a la coerción. La última imagen la hemos visto con la reforma del estatuto docente, frente a un paro de más del 80% y una movilización a la Legislatura vallada, debieron finalizar la jornada con gases por parte de la policía.

La educación es un campo de disputa político e ideológico, de ahí la importancia de pelear por otro sentido común y pedagogía. Una formación humanista, liberadora, cooperativa, científica y crítica está en las antípodas de la formación de personas dóciles y maleables para el trabajo.

Te puede interesar: 100 años de Paulo Freire: debates para pensar la educación de nuestro tiempo

Como aporte al debate, tomaremos esta reflexión: “Solamente una honesta y tenaz lucha ideológica puede asegurar la formación de convicciones serias con raíces firmes. Sólo una educación con estas convicciones es capaz de ganar autoridad indestructible y realizar su gran misión histórica” (León Trotsky en “Por la libertad de educación”). Y esa pelea es al interior de las escuelas y traspasando sus paredes para, organizados como clase, clase social que ambos lados de la grieta como gobiernos de un Estado capitalista tanto temen, logre no sólo conquistas parciales en el terreno de la educación, sino una verdadera liberación del poder creativo de la humanidad.