Fue detenida por besar a su esposa Rocío Girat en la estación Constitución en octubre de 2017. Fue procesada y acusada de "resistencia a la autoridad" y "lesiones graves". A principio de junio comenzó el juicio oral y público. La sentencia, conocida hoy, refleja el nivel de odio y discriminación hacia las lesbianas.
Tomás Máscolo @PibeTiger
Viernes 28 de junio de 2019 18:00
En el día en el que se cumplen 50 años de aquel hito de la comunidad LGTBI que fue Stonewall y que estableció el 28 de junio como el Día Internacional del Orgullo Gay, Mariana Gómez es condenada a 1 año de prisión en suspenso y a pagar una multa por resistencia a la autoridad. ¿El motivo? haber besado a su esposa Rocio Girat en la estación Constitución el 2 de octubre de 2017, en aquel entonces Mariana fue detenida.
Luego, el 29 de diciembre pasado la jueza María Fontoba de Pombo decidió el procesamiento y embargo de Gómez, por considerarla autora penalmente responsable del delito de resistencia a la autoridad y lesiones graves. Procesamiento que dió lugar al juicio que inicio a principios de este mes y en el cual hoy se dictó sentencia.
El fallo lo emitió la jueza Marta Yungano, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N° 26. Así el Poder Judicial suma a su curriculum otro caso de odio y estigmatización hacia las lesbianas y la comunidad LGTBI. Ellas sólo se estaban besando.
Al escuchar la sentencia Mariana denunció: “Esto no puede ser, los pedófilos tendrían que estar presos y no nosotras”. El abogado de la joven aseguró que cuando el 5 de julio se lean los fundamentos de la sentancia, apelarán. Por su parte Rocio Girat, esposa de Mariana, afirmó que pediran la destitución de la jueza.
La fiscal de la causa, Diana Goral, al momento de dar su alegato el pasado miércoles expresó que para cualquier mujer "es muy grave que le arranquen el pelo, por que tarda mucho en crecer y más en zona visible" en relación a la agresión de Mariana hacia una oficial. También solicitó que Gómez sea condenada a dos años de prisión. Para la defensa se trata de un caso que sigue reproduciendo la estigmatización hacia las lesbianas.
El caso
“Estábamos fumando un cigarillo y nos besamos, en diagonal a nosotras estaba Jhonatán Rojo, agente de la Policía de la Metropolitana, después de estar como una hora vino un hombre de Metrovías a decirle a Mariana que apagara el cigarrillo. Estaban todos fumando, además no había carteles señalizadores diciendo que en ese lugar no se puede fumar”, relató Rocío Girat a La Izquierda Diario sobre lo sucedido aquel día de octubre de 2017.
Pero ese fue el comienzo de una escena hostil. “El hombre de Metrovías llamó al policía de apellido Rojo y este le dice a Mariana: ’Che pibe, apaga el cigarrillo’. Cuando decidieron irse, luego de apagar el cigarrillo, el policía arremete ’pibe, no te vas’”, continuó su relato Girat.
En el expediente solo dice que fue procesada por fumar, no dice que había otras personas fumando, no dice que no le respetaron su identidad, tampoco que Rocío, su esposa, estaba mostrando su libreta de casamiento, que la detuvieron durante horas en un calabozo, amenazándola, ni que la están castigando por dar una muestra de afecto en público.
Nunca con la yuta
En nuestro país se fueron eliminando de los Códigos Contravencionales y de Faltas, los artículos que criminalizaban la homosexualidad y a las travestis. Aunque en algunas provincias se siguen utilizando otros artículos con figuras abiertas para vulnerar los derechos de la población LGTBI en general y de la población trans, en particular de quienes se encuentran en situación de prostitución.
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A partir de la sanción de las leyes de Matrimonio Igualitario (2010) y de Identidad de Género (2012) y luego de algunas modificaciones, derogaciones y creación de nuevos códigos -como es el Código de Convivencia Ciudadana de la Provincia de Córdoba-, existen figuras vagas que siguen permitiendo de forma indirecta la persecución de personas gays, lesbianas, bisexuales y trans. Amparándose en la ofensa a la “decencia pública” o “moralidad pública” continúan las prácticas persecutorias de odio a la disidencia sexual.
El caso de Mariana, es un claro ejemplo. También lo es el de Higui de Jesús que luego de ser atacada y violada por siete varones, hoy sigue peleando por su absolución, luego de haber estado presa.
La discriminación, persecución y criminalización de las personas LGTBI no es nueva y este fallo sienta ya un antecedente nefasto, más allá de su resolución final, que avasalla derechos ya adquiridos.
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La misma Policía que detuvo a Mariana, es la que le pegó a trabajadores de la Coca Cola el pasado 8 de Marzo, la que reprime, persigue y hostiga constantemente a las travestis que se prostituyen para vivir en Once o en Constitución. Es la que reprime y persigue a tode aquel que luche por sus derechos.
A diez años de la creación de la Policía Metropolitana y a dos de la de la Ciudad, el Gobierno de Cambiemos - con Horacio Rodríguez Larreta a la cabeza - destina una suma similar a Seguridad y a Educación. El presupuesto para la cartera de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires ascendió de 3,95 % en 2011 al 15 % este año mientras que la educativa descendió del 28 % al 18 % en el mismo período.
"Hoy pertenecen a la Policía de la Ciudad 27.000 efectivos, lo que resulta un policía cada 107 habitantes. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomienda un efectivo cada 300 solamente. El partido de La Matanza cuenta con 4.500 efectivos, uno cada 462 personas", informó el periodista Fabián Waldman.
Toda esa plata destinada a la Policía, se podría destinar a educación, salud y vivienda para los sectores más vulnerados. Lo mismo debiera suceder con las fortunas de dinero que se destinan al pago de la deuda pública.
En tiempos de crisis económica, la disidencia sexual es una de las más damnificadas. Se hace necesario organizar la bronca y pelear contra la violencia y la estigmatización a la cual estamos sometidos.
Desde el 2012 existe la Ley de Identidad y también la Ley de Matrimonio igualitario, pero la "década ganada" también significó gatillo fácil, crímenes de odio como el de la Pepa Gaitán y hostigamiento policial, por eso decimos que la igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida.
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Hoy a 50 años de Stonewall ganemos las calles y salgamos a pelear por nuestros derechos y contra las instituciones que históricamente nos oprimen, como la Iglesia y la Policía que siguen siendo financiadas por los Gobiernos de turno: al calabozo no volvemos nunca más.
Tomás Máscolo
Militante del PTS y activista de la diversidad sexual. Editor de la sección Géneros y Sexualidades de La Izquierda Diario.