Con un salario mísero que apenas alcanza los mil doscientos pesos quincenales, sin contar con acceso real a la seguridad social, servicios médicos, pago de utilidades, acceso a crédito para la vivienda y demás prestaciones laborales; no hay nada que perder y sí mucho que ganar, afirma Blanca Carrillo trabajadora de intendencia del Instituto de Educación Media Superior (IEMS) del plantel GAMII.
Jueves 10 de septiembre de 2015
Blanca es una de las más de 90 trabajadoras y trabajadores de intendencia del IEMS que han demandado ante la junta de conciliación y arbitraje el reconocimiento de la relación laboral existente entre los demandantes y el instituto, algunos de ellos han trabajado en él por más de una decena de años.
Tal es el caso de Blanca, que durante 11 años ha visto como cambian las empresas que prestan el servicio de intendencia en los bachilleratos del Gobierno de Distrito Federal (GDF), o bien cambian de razón social. Las empresas contratadas por el GDF van y vienen, pero durante ese periodo, ninguna, absolutamente ninguna, ha garantizado para Blanca y sus compañeros un salario digno ni las prestaciones que establece la legislación vigente a su ingreso, ni las que ahora establece la reformada legislación laboral.
Además de todo lo mencionado los trabajadores deben realizar sus labores con condiciones nulas de seguridad, tratan con diversos químicos nocivos para la salud sin contar con una capacitación previa.
Acoso laboral y despidos injustificados
Por si fuera poco, las y los trabajadores del IEMS deben enfrentarse al acoso laboral que existe por parte de funcionarios como los ”Jefes de Servicio” y de los ”supervisores” encargados de vigilar como capataces a los laburantes. Este acoso inició y ha aumentado a raíz de la organización y el movimiento que exige el reconocimiento de la relación laboral.
La máxima manifestación de ese acoso, es el enorme número de despidos injustificados; “cuando un empleado no le cae bien a algún superior, por cualquier razón, simplemente es echado”, cuenta Blanca, recordando con impotencia como varios de sus compañeros perdieron su fuente de ingresos de la noche a la mañana. Y claro, esto se facilita debido a la subcontratación por medio de la cual prestan sus servicios, “subcontratación” que incluso es sostenida sin contratos entre los trabajadores y la empresa.
De lo que no queda duda es que existe una relación laboral entre los trabajadores –que prestan un trabajo personal y subordinado- y el instituto.
En el plantel de GAMII, tres trabajadoras que están al frente del movimiento, fueron requeridas por el coordinador-cargo equivalente al de director- quien sin ser específico advirtió: “este es un ultimátum, o cambian o se van.” ¿Cambiar qué? Se pregunta Blanca, contestándose inmediatamente,”¿dejar de luchar?, ¿qué más puede ser?” agrega al instante ”pero con lo que nos pagan y las condiciones en las que trabajamos, no hay nada que perder, y sí mucho que ganar”
GDF experto en subcontratación y precarización
Después de la lasciva reforma laboral, la subcontratación quedo regulada dentro de la legislación de la materia, desde antes de su regulación, estás practicas de contratación que dejan sin obligación alguna a los “patrones sustitutos”- en este caso el propio GDF – eran usadas en diferentes espacios del GDF, principalmente en el área de intendencia, claro ejemplo es el Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Además de la subcontratación, en las diferentes delegaciones del Distrito Federal, son varios cientos, los trabajadores contratados de manera “temporal” y como trabajadores “externos,” sin basificación, con una débil relación laboral y el riesgo latente de ser despedidos en cualquier momento.
Esta es la verdadera cara del gobierno perredista del policía Mancera, que mientras acalla las voces disidentes a base de toletazo, precariza cada vez más las condiciones laborales de los trabajadores que sostienen con su trabajo diario el funcionamiento de cada instancia y organismo del gobierno capitalino.