Esta actividad se llevará adelante el jueves 06 de octubre a partir de las 14.00 hrs en la plaza Marjorie Alexander (frente al casino) en la UTA Saucache. La iniciativa surge de estudiantes que buscamos instalar este tema en la Universidad, informarnos sobre lo perjudicial que es que se vote por su aprobación y la necesidad de organizarnos para echarlo abajo.
Domingo 2 de octubre de 2022
Esta semana se postergó la votación de este polémico tratado, pero de todos modos se debatió producto de la presión de la derecha pero sobre todo de los dinosaurios de la ex Concertación. El sector de Apruebo Dignidad en el gobierno, que se decía “ecologista”, si bien consiguió aplazar la votación ocupan la estrategia de que Boric negocie los acuerdos complementarios para “modificarlo”, lo que no cambia que el sólo hecho de que se apruebe asegura ganancias a las grandes multinacionales en desmedro del medioambiente, propiedad intelectual, derechos laborales, entre otros.
Los efectos que puede generar en la naturaleza son graves, debido que el país deberá ofrecer su territorio a los inversionistas extranjeros, que en concreto son recursos, es decir, un título para intervenir en ese espacio que pueden ser derechos de agua o concesiones mineras por ejemplo. Siendo que ya tenemos muchos conflictos socioambientales y una problemática de saqueo empresarial, esta se profundizará. Entonces esas “exportaciones” que muchos políticos de los partidos de los 30 años y empresarios defienden como favorables, irían en directo desmedro de las comunidades aledañas donde se explotarían aún más estos recursos.
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El rol de estudiantes y jóvenes frente a este tipo de situaciones es fundamental. Básicamente es nuestro futuro el que está peligrando una vez más. Las crisis ecológicas que son alentadas por este tipo de proyectos neoliberales tienen ineludiblemente consecuencias sociales para nosotros y nuestras familias trabajadoras.
Como país, a diferencia del resto de países que están dentro del tratado, somos una economía más débil y estas medidas son más dañinas para nosotros, ya que nos deja al alero de los altos flujos y reflujos de la economía mundial y que sería mucho más difícil enfrentarlas y el peso de los reflujo sería desfavorable para los sectores más empobrecidos y en los flujos las tasas de ganancias quedan en procesos de acumulación para un pequeño grupo de la población.
A nuestra Universidad le faltan espacios democráticos donde podamos discutir estas problemáticas. No se han realizado plenos lo cual es muy necesario en una escenario como este y la necesidad de activación de asambleas. Es urgente que el Consejo de Centros de Estudiantes convoque para que esto no pase debajo de la alfombra.
Luchas han habido y tenemos importantes ejemplos de triunfo de demandas como lo fue en la carrera de enfermería exigiendo sus prácticas profesionales, pero aún se mantienen muy aisladas las unas de las otras. Por eso urge que como estudiantes y animando a las y los trabajadores también a hacerse parte, impulsemos espacios para estar alerta y coordinarnos para dar estas peleas de las cuales en 2019 se logró congelar un tratado como este producto de la enorme potencialidad de la rebelión en ese momento. Hoy la situación es distinta, pero no hay que bajar los brazos frente a estos ataques.
