Entrevistamos al periodista Juan Ignacio Provéndola (Página 12, Pulso Geselino), autor del libro “Villa Gesell Rock & roll” que describe la importancia de la ciudad balnearia más rockera y juvenil en el desarrollo del rock argentino.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Jueves 10 de mayo de 2018
COMISIÓN EN VIVO: H. Cámara de Diputados de la Nación - 10 de Mayo de 2018 - YouTube
LID - Hiciste un libro sobre historias de Villa Gesell y otro sobre el Rock y la política (Rockpolitik)… Acá se cruzan un poco esos dos mundos ¿No? ¿Qué te motivó a escribir Villa Gesell Rock & roll?
JIP - VGR&R Es mi último libro publicado, aunque es el primero en haber sido pensado. O, más bien, no es un libro que se pensó, sino que se precipitó… Tiene que ver con el mito que siempre está dando vueltas de Villa Gesell como una de las cunas del Rock en Argentina. De hecho el subtítulo es Anecdotario sobre una de las cunas del Rock en Argentina. Surgió de escuchar que había un montón de anécdotas… Yo empecé a trabajar en un periódico de Gesell desde muy chico. Primero empecé haciendo periodismo deportivo, cubriendo los partidos de la liga local; pero al toque apunté para otro lado… En verano venían bandas de Rock y yo las entrevistaba, ya desde muy pibe entré en contacto con las bandas. La pregunta siempre recurrente a esas bandas era si tenían alguna experiencia previa en Gesell para compartir y todas tenían historias increíbles, que iban desde haber compuesto canciones hasta haber vivido situaciones impensadas para una banda consagrada. O situaciones que tienen que ver con bandas que recién empiezan y se aventuran a ir a tocar a la costa… Por eso digo que el libro se precipitó, porque era un poco la curiosidad por comprobar si las historias que se contaban eran mito o realidad.
Gesell siempre fue un imán o un faro del Rock en Argentina. Empecé a hacer esa investigación hace mucho tiempo y con muchas paciencia, recolectando datos… Cada vez que entrevistaba a una banda por alguna otra cosa, siempre le agregaba alguna preguntita sobre Gesell. Todo ese material, que por un tiempo quedó “en un costado”, se plasmó en este libro que se publico después de los otros dos que mencionaste. Me parecía que estaba bueno porque, además, su salida coincidió con los 50 años de la salida de “La Balsa”, tema al que muchos consideran como el primero que hizo ruido y alcanzó mucho éxito y que dio a conocer que había un Rock en Argentina. Más que por una vocación mía, esto empezó porque se me fue “revelando” esta acumulación de historias rockeras en Gesell.
El músico Willy Crook –que hizo el prólogo del libro- dice en la contratapa que, desde el punto de vista cultural, Villa Gesell podría ser equiparada a ciudades europeas como París o Ibiza ¿te parece acertada esa valoración?
Claro, da a entender que no es Tandil, con todo respeto hacia Tandil, su gente y la producción de salames y/o presidentes (risas), aunque también cuentan con grandes figuras como el prestidigitador René Lavand. En efecto, Gesell es un lugar en el que suceden muchas cosas y todo eso es lo que precipitó este libro…
En los años ´60 y ´70 hubo una ebullición artística importante, en esa época Gesell fue un lugar en el que se daban situaciones que inspiraban al arte o a la creación artística. Hay muchos factores que podrían explicarlo…
Por un lado, se da una expansión del turismo balneario en Argentina luego de que las vacaciones son conquistadas como un derecho para mucha gente; empiezan a lotearse terrenos en varias localidades balnearias. Desde los años 50, toda la franja de arenas que van desde la Bahía de Samborombón (donde nace el Mar Argentino) hacia el sur tienen un impulso fuerte, ya que los grandes latifundistas las despreciaban porque eran tierras estériles para sembrar o criar ganado… Cuando se empieza a expandir esta “industria sin chimeneas” que es el turismo empiezan a aparecer un montón de localidades balnearias. El término “balneario” está a mitad de camino entre lo urbano y lo rural. Mar del Plata, Miramar y Necochea fueron creadas en el siglo XIX porque cuentan con el beneficio de estar en una zona de acantilados, con lo que resulta más fácil urbanizar. En cambio las localidades que están sobre la arena son más complejas porque vos necesitás fijar médanos, de lo contrario construís y al otro día el viento te tapa las casas y no podés salir. También se buscan alternativas para poder forestar. Cuando se logran esos cambios, a partir de la década de los ´40 y ‘50, empiezan a nacer Villa Gesell, San Clemente y Pinamar, y después todas las demás.
Y en Gesell se da una cuestión geográfica: si vos lo mirás en el mapa, vas a ver que todo el Partido de la Costa es en línea recta, sobre el Cabo San Antonio, pero en un momento –para donde están Gesell, Pinamar, etc.- sigue como en una diagonal hacia adentro, lo que hace que el viento pegue diferente, que haya más olas, que el mar sea más agresivo, como que el océano está más presente, las playas son más anchas. Esas condiciones favorecen a Gesell y Pinamar.
Otro factor es el propio Carlos Gesell, que fundó una ciudad casi descubriéndola. A él no le molestaba que cayeran pibes a acampar. Se combinaron muchas condiciones por las cuales durante muchos años se bautizó a Gesell como “el paraíso de la juventud”. Con el correr del tiempo aparecieron problemas: Gesell se fue superpoblando, se fue urbanizando de manera descontrolada y hoy es una especie de urbe en la playa.
Pero volviendo a lo cultural, en Gesell sucede algo particular que es que se filma una película llamada Los inconstantes (en 1965) en la que básicamente hay un grupo de jóvenes que tocan la guitarra en la playa, se meten en bolas al mar a la noche, bailan los chicos y las chicas pegados –algo imposible de imaginar en la década del ´60, sobre todo a partir del Onganiato- y entonces muchos jóvenes al ver esa película dicen “queremos conocer ese lugar”. Y querían ir a Gesell con ese imaginario de tocar la guitarra en un fogón, meterse en bolas al mar, etc. Gesell no era tan así como lo mostraba la peli, pero así empieza a llegar mucha gente de la cultura del cine como Leonardo Favio, mucha gente del teatro, del folklore (que en los ´60 entra en una variante de renovación juvenil y de mucha politización). Y así es cuando nace el Rock, porque hay muchos jóvenes que se dejan influenciar por ese fenómeno que venía de Inglaterra y Estados Unidos que todavía no se sabía bien cómo se llamaba… Entonces creo que es por eso que Willy dice que lo relaciona con Ibiza, Florencia o París.
O sea que la película Los inconstantes generó un mito que después se concretó en la realidad…
Creó como una idea de Gesell que no era precisamente la de la película pero que era bastante parecida. Pero sí, estuvo la peli, y después empezaron a caer hippies y artesanos, luego periodistas y revistas sensacionalistas como Así o Crónica, José de Zer… Iban a ver qué era lo que pasaba porque a Gesell iban los “raros”…
Por otro lado, el segundo slogan que tuvo la ciudad fue “el balneario que se recomienda de amigo a amigo”. Porque la verdad es que pasaba mucho por el boca en boca. Pibes que decían “Che, descubrí un lugar que se llama Villa Gesell”, al cual no era fácil de acceder porque no había rutas todavía. No existía la ruta 2 doble mano ni existía la ruta 11. Originalmente el Viejo Gesell, para llegar desde Buenos Aires a las tierras (o arenas) que había adquirido en 1930, tenía que atravesar siete tranqueras que eran de siete campos privados. Después hizo un camino de tierra, que se inundaba cuando llovía. Mucho después se abrió la ruta 11, que es interbalnearia y que se creó porque cuando termina la Segunda Guerra Mundial, la Armada Argentina observa la presencia de submarinos (que más adelante se comprueba que eran nazis apostados en el Atlántico Norte y que huyeron cuando se rinde Alemania). Dos de ellos aparecieron en el Puerto Naval de Mar del Plata, donde se entregaron. La cosa es que cuando se da esta cuestión, el Gobierno se asusta y ordena crear la ruta 11 para poder acceder a esas localidades costeras con más facilidad en el caso de una posible intrusión extranjera.
Los Inconstantes crea un ideario de lo que era Gesell… El viejo Gesell era mucho más permisivo de lo que podía ser por ejemplo Pinamar, que se funda como una sociedad anónima (era el negocio de un par de ricachones), y donde su población obrera no vive en la ciudad sino en Ostende o Valeria del Mar, con lo que en invierno está vacía… Gesell tenía más vida propia. Y como te decía, el “boca en boca” –por cierto, mecanismo de difusión bien rockero- fue muy importante.
Se genera un espacio de libertad que no se encontraba en otras geografías y una de las primeras expresiones del Rock en Argentina se gesta en Gesell ¿es por eso la “cuna del rock”?
La primera banda que logra grabar es Los Beatniks; si consideramos al Rock Argentino como algo hecho por argentinos, cantado en español, y con letras originales (porque antes estaba el grupo Los Teen Tops que hacían versiones en español de standars del Rock anglosajón), los primeros que logran grabar son Los Beatniks con el simple “Rebelde”. El grupo se había formado en el verano del ´66 con un grupo de amigos que alquila un bar en Gesell (en realidad era una casa a la que le corrían los muebles y le ponían una barra), que se llamó Juan Sebastián Bar.
Ellos mismos subían a zapar y surgían canciones… ¿quiénes eran estos músicos? Moris, Pajarito Zaguri, Javier Martínez (que después se fue para fundar Manal). Y el que les salió como garante para que les alquilen la casa fue Sandro. Era un grupo de gente que se juntaba en La Cueva de Once, lugar que Sandro curtió mucho en la época en la que estaba con Los de Fuego. Cuando este grupo de muchachos vuelve a Buenos Aires dice “tenemos canciones, vamos a grabarlas”, les sale la oportunidad de grabar con el sello CBS y editan un simple de dos canciones: del lado A tiene “Rebelde”, que fue compuesta en Buenos Aires, pero del lado B está “No finjas más” que es un tema de Javier Martínez –que formó parte de Los Beatniks que tocaban en Gesell –quien lo compuso inspirado en todos los que iban a los bares a “posar”. En ese sentido podemos afirmar que Gesell es una de las cunas del Rock en Argentina.
Por supuesto que si lo consultás a Litto Nebbia va a tener otra visión, con Los Gatos como pioneros y Rosario como cuna… El periodista Alfredo Rosso, muy inteligentemente, define que en realidad no hubo alguien que dijo “a partir de hoy existe el rock argentino” sino que fue un proceso que se fue dando con varios tipos que compartían discos, gustos, sonidos, que de a poco se iban encontrando en lugares como La Perla, La Cueva, Plaza Francia, se iban mezclando… Yo suscribo a esa idea y –en esa línea- Gesell tuvo su aporte (el mar es muy inspirador para músicos y poetas), como también lo tuvieron Buenos Aires y Rosario. Por eso en el libro no se subtitula como “LA cuna”, sino como una de ellas, más allá de que ahí embrionó la primera banda.
¿Había “leyendas” rockeras en Villa Gesell que te tomaste el trabajo de corroborar?
Hubo muchas... Spinetta tuvo una experiencia cinematográfica que fue un cortometraje filmado en Gesell en el ´88 por Fernando Spiner (que también había hecho un corto con Fito Páez sobre el disco Ciudad de Pobres Corazones), hace ya 30 años; cuando yo empecé a hacer este laburo, hace unos 13 años, esa película no se podía encontrar en ningún lado (ni siquiera el propio Spiner la tenía), para mí era toda una incógnita ubicar ese cortometraje. Me enteré que existía porque se hablaba de eso en Gesell. Spiner me contó de qué se trataba la peli y cómo la hicieron: por ejemplo, cortaron la Avenida 3 (la principal de Gesell, única calle asfaltada durante años), fueron a un local emblemático de videojuegos llamado Enjoy (que tenía un cohete que sobresalía, una postal de Gesell)… Yo me volvía loco por verla. Y en un momento la rescató INCAA TV, que le hizo un homenaje a Spiner y a su filmografía y reflotó esta peli que se llamaba Balada para un Kaiser Carabela. Es una película muy surrealista en la que Spinetta está solo intentando darle marcha a un auto que no arranca… Durante años me imaginé esa peli en base a lo que me contó su director. Ese fue uno de los tantos mitos que trabajé en corroborar.
Otro mito tiene que ver con esa famosa frase de Charly García de “Yo no quiero sol sin drogas, quiero drogas sin sol”, que la dijo en el Autocine de Gesell. Con el tiempo alguien del Canal 2 de allá subió ese recital y en ningún momento se escucha esa frase y nadie que yo haya consultado de los que fueron a ese recital recordaban fehacientemente que Charly haya dicho eso. Sin embargo a Charly le abrió una causa el famoso juez Bernasconi, tuvo que ir a declarar a Dolores porque quedó imputado por el delito de “apología de la droga”… Fue noticia por todos lados, pero nadie recuerda que Charly lo haya dicho.
Hay mucho de mito, yo adhiero a lo que dice Alejandro Dolina: “El recuerdo es un género ficcional”. Yo voy a la fuente, al protagonista, y le doy espacio para que retome los recuerdos como le parezca. Si lo puedo comprobar o refutar, lo hago; pero si no tengo elementos para hacerlo, lo dejo al tipo que cuente lo que recuerda. De última queda un lindo relato que abona la mitología, jaja.
Otro ícono de Villa Gesell es el famoso “Carlitos, el Rey del Panqueque”…
Sí, y además auspiciante e impulsor del libro. Conté con dos grandes apoyos: el “Tano” Ciuffardi (hijo de Carlitos, el fundador), que tiene locales de panqueques hasta en Miami, y Antonio Roncoroni que es el presidente de la Cooperativa Telefónica de allá. Me ayudaron a sacar los dos libros que tengo sobre Gesell. Cuando le mostré estos proyectos al hijo de Carlitos, el apoyo fue inmediato, sin vueltas. Le gustó mucho la idea. El padre de él, el Carlitos original, tenía mucha simpatía por el Rock y es un clásico de las cartas de Carlitos que los panqueques estén dedicados a muchos músicos… Le tenía mucho cariño al Flaco Spinetta, le dedicó otro a Charly, al Indio Solari. Carlitos Ciuffardi era un tipo de izquierda, admirador del Che Guevara. Viajaba mucho a Cuba. En el local legendario de Gesell tenía muchas frases del Che. Como dijo Willy Crook “Yo a Carlitos padre nunca lo vi no-trabajando”, porque siempre lo veías dando vueltas las hamburguesas, haciendo los panqueques. Es una parte importante de la historia de Gesell, en Villa Gesell Rock & roll está varias veces nombrado.
Jorge Serrano de Los Auténticos Decadentes cuenta que la primera vez que escuchó una canción de ellos en una radio fue en Gesell, precisamente en Carlitos, ¡mientras comía panqueque! Encima era “Loco, tu forma de ser”. Nada más ni nada menos. Con Jorge presentamos este libro y él tocó este tema. Se produce algo muy fuerte cuando lo toca en Gesell, en la ciudad donde ahora vive y donde la escuchó por primera vez en una radio… Alucinante.
¿“El Perro” Serrano de Los Decadentes vive en Gesell?
Sí, hace 20 años se mudó con su pareja, Ale. Una genia. Yo la bauticé “Ale madrina”, porque en el vínculo que establecí con Jorge -para molestarlo y hacerlo parte de distintas actividades a las que ha venido a charlar y hasta a tocar- ella tiene mucho que ver. Serrano es un tipo muy tímido, no es un “eventero”, es un gentleman, es un tipo que tiene mucho mundo (vivió en Estados Unidos, también en Escandinavia), un tipo con una cabeza que está adelante del resto 20 mil pasos. Pero vos lo ves y es un tipo tranquilo, que no ostenta… como los sabios. Por eso hace las canciones que hace. Es de esos tipos que vivieron mucho y tienen la capacidad para absorber y expresar todo lo que vivieron. Y posee una familia encantadora. A veces como periodista uno entrevista a músicos y te toca hablar con cada energúmeno que te mira de arriba o te maltrata, te hace esperar dos horas… Jorge es un tipo que te enseña con su generosidad, llega antes que vos con su guitarra en mano y su equipo de música. Te da una lección de humildad. Hasta exige que le cobren cuando va a un bar a tocar y consume algo, se ubica en una actitud como diciendo “te quiero ayudar a vos que sos un laburante”…
Otro gran músico relacionado con Gesell es Willy Crook…
Claro, Willy nació en Gesell pero vive en Capital. Otro fenómeno, está en un buen momento artístico. Gesell es una ciudad que siempre lo ignoró a nivel institucional, aunque a nivel social es amado. En un evento que organizamos en un espacio recuperado donde presenté uno de los libros tocaron Willy y Serrano juntos, se llenó de gente y al final les entregamos un diploma a cada uno… Hacia Willy era una manera de brindarle un reconocimiento y que sienta que el no-reconocimiento de su ciudad natal no tiene que ver con sus habitantes, sino con los que eventualmente la gobiernan. Los geselinos lo amamos y estamos orgullosos de él. En algún momento del año me va a acompañar en alguna presentación en Capital de Villa Gesell Rock & roll porque él es el padrino del libro, ya que hizo dos textos hermosos: el prólogo y el de la contratapa.
¿Qué les pasa a los músicos cuando les preguntas por Villa Gesell?
Flashean. Noto que les hablo de un lugar diferente a cualquier otro de los que les podés nombrar. Para muchos músicos implica el primer lugar al que fueron a tocar fuera de Buenos Aires, el área Capital-GBA digamos. Para algunos fue una experiencia maravillosa, para otros terrorífica porque algunos llegan ingenuamente pensando que en Gesell es fácil tocar en cualquier lado y ven que no es así porque tenés que tener equipos, autorización municipal y, lo más difícil, un público que te escuche, jaja. Para los rockeros, Gesell siempre supone una aventura y un desafío.
Sumo, por ejemplo, va a tocar en Enero del ´84, a pocos días del final de la dictadura, cuando se produce una liberación enorme. Llegan a Gesell, conectan con un balneario que se compromete a contratarlos por todo Enero. Se suben a tocar, la música de Sumo era algo muy distinto para la época, era una música muy de vanguardia… Luca medio borrachín con un pantalón de jogging y en cueros, la gente que en la playa iba a comerse un sánguche de milanesa y no a escuchar Rock… Luca se cabreó y en una de las primeras noches gritó “Ustedes son unos boluditos de mierda, parecen sacados de una publicidad de Coca Cola”. El dueño del balneario no quiso que volvieran más a tocar. Para los Sumo fue un problema porque alquilaron una casa por todo Enero, lo cual vale una fortuna… Se tienen que mover para buscar lugares para tocar, alquilan su sonido a otros artistas, a ver cómo zafaban… Sokol en una entrevista me reconoció que iban al supermercado a robar quesos y salamines para tener algo que comer… Fue un verano traumático, se pelean entre ellos porque los planes salieron mal y deciden separarse. Luca se raya y se va a Túnez a filmar una película con Andrea, su hermano, pero a la vuelta lo llama a Daffunchio y le dice con su tonada: “No seas boludo Germán, rearmemos Sumo”. Y vuelven sin Sokol, reemplazado en la batería por “Superman” Troglio. Es decir que los últimos shows del “Bocha “con Sumo fueron en Gesell. Daffunchio lo tomó como un obstáculo a superar lo de Gesell, como una experiencia, no todo era color rosa… Fue un desafío que los puso en una disyuntiva. De modo que esa experiencia geselina fue fundamental para el posterior devenir de la banda, que todos ya lo conocemos…
Los primeros que hacen una gira por la Costa Atlántica son los Sui Generis, pero los que institucionalizan los tours de verano son los Soda Stereo, que alquilan una casa en Gesell y un bondi para girar. Incluso se dan cuenta que los instrumentos no entraban por la puerta de ese micro, era muy angosta… Tuvieron que barretear la puerta del parabrisas de atrás para que entraran los equipos ¿Te lo imaginás a Cerati con maquillaje barreteando el micro? (risas)… Eso significa Gesell. Para otras bandas fue pura inspiración, como el caso de Los Piojos que compusieron el famoso “Verano del ´92”, que tiene que ver con un verano en el que había escasez de marihuana… Los Tipitos también se hicieron muy conocidos allá, los Jóvenes Pordioseros le dedican un tema a la esquina de 105 y 3, ellos tocaban mucho en balnearios y cámpings, en lugares periféricos...
#Posadas Literatura, rock y cerveza artesanal en el Centro Cultural Vicente Cidade https://t.co/qU1a9JQ84l pic.twitter.com/TgkOLZ4HhB
— Enfoque Misiones (@EnfoqueMisiones) 9 de mayo de 2018
Al igual que con RockPolitik, Villa Gesell Rock & Roll lo estás presentando junto a diversos músicos. ¿Qué tal la experiencia?
Alucinante, en todos los sentidos. Cuando salí a presentar RockPolitik me pareció interesante sumarle la voz de sus protagonistas; así surgió la idea de invitar a Stuka y Pil de Los Violadores, Hugo Lobo de Dancing Mood, Piti Fernández de Las Pastillas del Abuelo y el grupo Horcas, con quienes compartimos una hermosa actividad el año pasado en la réplica de la Feria del Libro Heavy en la Feria del Libro de la Rural. Obviamente que tenerlos ahí, a mano y con buena predisposición, volvió tentadora la posibilidad de pedirles algunas canciones en clave acústica. Por suerte todos aceptaron y el formato anduvo tan bien que naturalmente lo pretendo replicar en las presentaciones de VGR&R. Así compartimos actividades con Willy Crook en La Plata, con Jorge Serrano y Nito Montecchia de Los Auténticos Decadentes en Gesell y con Pil y el Tucán de Pilsen y Los Violadores en distintos lugares de Jujuy, donde además me di el gusto de rascar la guitarra para “arruinar” esos himnos del punk argentino, jaja. De momento la caravana sigue este sábado 12 de mayo en Posadas, junto al ex Auténticos Decadentes Nico Landa, y el viernes siguiente (18/05) en San Nicolás con el Tucán, que nació y vive ahí.
¿Hubo alguna experiencia de festivales grandes de Rock en Gesell?
El Gesell Rock. Allá por 2004 gente del boliche La Reina que era muy importante y se puso de acuerdo con la Municipalidad para hacer un Gesell Rock en Enero de 2005 ¿Qué pasa en el medio? Cromañón. Y la última noche de ese festival lo iba a cerrar Callejeros. El festival se hizo, pero con muchísima tensión. Todo muy contenido, mucha paranoia y control. Las bandas no arriesgaban mucho para no sobresaltar a la gente. La excepción fueron Jóvenes Pordioseros, su cantante Toti en un momento dijo “Para demostrar que el Rock no es algo malo yo ahora voy a bajar del escenario y a caminar entre la gente para demostrar que no va a pasar nada” y lo hizo; atravesó entre un público de 10 mil personas y no pasó nada.
¿Qué bandas internacionales hicieron experiencia en Gesell?
El Tri de México estuvo en aquel festival. Y La Vela Puerca desembarcó en Argentina en Gesell en primer lugar. A ellos les habían dicho que prueben en Gesell para ser conocidos porque es un lugar al que va gente de todo el país. Les recomendaban ir a tocar en la playa gratis y testear la reacción para después hacer pie en Buenos Aires. En Uruguay la quincena más fuerte del verano es la primera de Enero, pero en Argentina es la segunda… Ellos llegaron la primera quincena y anduvo más o menos, entonces se tuvieron que quedar… Ahí pegaron onda con Los Gardelitos y La Bersuit. Sonaban muy bien con su toque uruguayo, dos cantantes, una actitud medio punk. Muy buenos. Gesell fue el grado cero del éxito de La Vela en Argentina.
¿Por qué recomendarías leer Villa Gesell Rock & roll?
Porque vas a encontrar historias desconocidas de bandas conocidas, situaciones que uno no se imagina de artistas consagrados. De tipos que la tienen que remar y enfrentar situaciones imponderables cuando pensaban que todo era más fácil. De los que arreglan una cosa antes de venir y cuando llegan los cagan o los estafan… Vas a encontrar a Divididos tocando en un lugar para 20 personas, con Charly apareciendo en el medio de la playa y exigiendo querer cantar en un show de ellos. La Renga tocando en un cámping de Mar de las Pampas comiendo fideos de una olla y después arrancando para el centro de Gesell para juntar unos mangos, tocando para gente que en ese momento ni se habrá enterado que era La Renga.
¿Qué nos podés decir de Gesell hoy, a la distancia?
Gesell es un crisol de identidades. Primero fue el Viejo Gesell, después vinieron muchos italianos y españoles, los primeros obreros. Luego arribaron muchos austríacos y húngaros, fundamentalmente en la parte norte de Gesell, la más antigua. Más tarde fue el turno de santiagueños, tucumanos y salteños, quienes se volcaban a la construcción y la gastronomía. Y, años más adelante, muchos porteños, la generación de mis viejos. Finalmente, aparecimos la primera generación de nacidos y criados en Gesell, que hoy tenemos entre 30 y 40. Todo esto te lo comento para mostrar que es muy difícil ubicar una “identidad geselina”, y eso es un problema a la hora de definir qué modelo de ciudad queremos, sobre todo en momentos en los que el modelo de las ciudades balnearias se está agotando; ya no alcanza con tener playa y sol. Hoy estás más cerca de Brasil que antes, es más barato, podés pagar el pasaje en cuotas, las playas son más lindas porque la arena es más fina y el mar más cálido. A mí me encantan las playas de la Costa Atlántica porque me encanta su agresividad y salvajismo. Pero el modelo turístico está eclosionando y poniendo en cuestionamiento, las ciudades balnearias tienen que buscar algo con lo que sustentarse. Salvo en San Clemente (por Mundo Marino) y Mar del Plata, el resto de las ciudades costeras no tiene algo distintivo que ofrecer, porque no hay acuerdo entre los lugareños. ¿Qué es lo que nos identifica como geselinos? Desde los ámbitos institucionales esto no se plantea. Hay funcionarios muy capacitados, algunos de ellos amigos, pero otros dejan mucho que desear, ya sea por inoperancia o por soberbia. ¡Llegamos a tener funcionarios con responsabilidades importantes que ni siquiera vivían en la ciudad y venían una vez por semana! En otro orden de cosas veo con tristeza algunos hechos tendientes a generar malestar en la sociedad, como cuando el año pasado detuvieron a cuatro militantes por hacer una pintada en una plaza en contra de la reforma jubilatoria y del achique del Estado. Un gobierno kirchnerista que se sube a cualquier tipo de bandera contra el macrismo pero después termina convalidando actitudes punitivistas y represivas como con estos pibes que pintaron en la Plaza de las Américas, que Carlos Gesell la pensó en el sur de la ciudad justamente para que haya un atractivo en esa parte, y en la que tocaron muchas veces Los Tipitos o Jóvenes Pordioseros. Pero hoy está recontra abandonada (de hecho, si pasás ahora, ves un afiche de un show de La Vela Puerca de hace seis meses que nadie se preocupó por sacar).En vez de dedicarse a embellecerla, prefieren enfocar recursos en detener a estos muchachos por imputarles lo mismo que hace la Municipaldad: descuidar ese espacio.
A los que somos nacidos en Gesell nos duele ver que a nivel institucional no se recupere esta identidad que es la de haber sido un lugar donde la gente del arte y de la cultura –que, se supone, es de lo más elevado para el espíritu- ha decidido ir para inspirarse. Mi papá fue concejal en otras décadas y yo me crié viendo como los dirigentes políticos buscaban espacios en común más allá de las diferencias ideológicas para beneficio de la comunidad. Eso hoy parece de otra era geológica. Ojalá que esto se revierta y, cuando cambien de opinión, sepan que estoy a disposición, como siempre.