El lunes se reunió el pleno de la corte Suprema para abordar, entre otras cosas, diversas filtraciones del WhatsApp de Luis Hermosilla y que involucran a diversos ministros. El último caso involucra a Angela Vivanco, su marido y la fiscalía nacional. Al respecto, no se hizo un punto sobre ello esperando a que pase la tormenta.
Miércoles 19 de junio
El lunes se esperaba que la Corte Suprema hablara sobre las diversas filtraciones que afectan a ministros de la máxima del poder judicial. La verdad es que el asunto no se abordó pero se realizará una reunión especial, hoy miércoles, para hablar sobre el tema y proponer algunos cambios para el sistema de nombramientos que están a cargo de la suprema (notarias, conservadores de bienes raíces, etc).
Y es que siguen saliendo a la luz los lazos de corrupción y prebendas que existen entre los miembros de diferentes poderes del Estado para apitutar amistades y familiares en altos cargos públicos.
En el caso de Vivanco, es su marido Migueles el que abría ofrecido cargos e incluso la posibilidad de estudiar un doctorado gratis, al fiscal Carlos Palma a cambio de un apoyo. Un total escándalo.
A este caso se suman las "gestiones" de Mario Desbordes para la nominacion de la también ministra Maria Teresa Letelier, donde la palabra clave fue "es de centro derecha", dejando en claro que la justicia no es imparcial ni apolitica, sino que responde a quienes los pusieron en dichos cargos, justamente para beneficiar a los mismos de siempre.
Ahora, en un intento por lavar su imagen, la suprema trabaja para proponer modificaciones al sistema de nombramientos, para intentar hacer menos evidente como funciona el sistema.
Para acabar con este verdadero sistema de castas, es necesario que se transparente la función judicial, cambiando el actual sistema de designación tipo monárquico de los jueces, por la elección popular de todos los magistrados, además de su revocabilidad y que sus juicios sean acompañados por jurados populares que permitan el involucramiento activo de la población en las sentencias judiciales, y no como ahora, que gente como Hermosilla, Migueles o Desbordes terminan decidiendo por la justicia de millones.