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Red Internacional
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LA SEMANA POLITICA. Sus incertidumbres

Los malos resultados económicos, llevaron a Bachelet a hablar de incertidumbre, aunque un Informe del FMI vuelve a confirmar que se trata de una decisión política de los empresarios. Y su incertidumbre económica se derrama a la política.

Lunes 12 de diciembre de 2016

Incertidumbres económicas

Se conocieron los datos del Indice Mensual de Actividad Económica (IMACEC) de octubre y fueron decepcionantes: por primera vez desde 2009 tuvo un resultado negativo cayendo 0,4%. La caída más abrupta fue en la minería, con 7,1%. Impacta en las proyecciones de crecimiento del PBI que para este año se situarían en 1,6%.
Desde el Gobierno, dejaron de hablar de “brotes verdes” hace un tiempo, ahora el ministro de Hacienda Rodrigo Valdés, apela a los “fundamentos” sanos de la economía, pero Bachelet tuvo que salir a admitir que son "tiempos de incertidumbre".

Las perspectivas para el 2017 son oscuras. La minería rebotaría creciendo 4%, el sector bancario 4,5%, el agro 3% la industria solo 1% y la construcción un crecimiento nulo. Las bases de crecimiento, aún escuálido, siguen siendo el ajuste: en la principal empresa de Chile, sigue adeante el plan de reducción de costos, incluyendo el proclamado fin al “bonismo”, es decir, descargando esta crisis sobre los hombros de los trabajadores. Se suma el Informe del FMI con sus proyecciones de crecimiento de 2,3% en el quinquenio que se extiende hasta el 2021, que admite disimuladamente que hay una decisión política de los empresarios de retrasar inversiones por la incertidumbre de la reforma laboral y de la reforma de las pensiones.

Incertidumbres políticas

La incertidumbre económica se refuerza con la política: los partidos del régimen se limitan a la pelea por conservar o acceder al Gobierno y sus candidaturas, a la vez que crecen las disputas sobre qué política deben enarbolar.

En la Nueva Mayoría, las diferencias políticas aumentan. De un lado, el senador y ex presidente PPD Jaime Quintana criticó el acuerdo con la derecha por la glosa de gratuidad agregando que siente una “sincera decepción con mi gobierno y un natural distanciamiento”. De otro lado, la DC se prepara para sus elecciones internas ahora con Carolina Goic, ex bacheletista en el partido de la flecha roja, pasada al campo de los que quieren terminar con la Nueva Mayoría, diciendo que se necesita una coalición de centroizquierda 2.0. El PC responde que sería lamentable que pasara eso, que llevaran candidato propio hasta la primera vuelta, y, otra vez arrodillándose, dice que si participaran en primariasy saliera un candidato DC ellos lo apoyarían, esto sabiendo que son la voz de la derecha dentro de la Nueva Mayoría.

También la disputa presidencial los carcome: ahora filtraron que Guillier, y desmintiendo así todo su discurso, integró una de las fundaciones de Minera Escondida, entre las principales empresas que despiden trabajadores.

En la derecha las cosas no van mejor. La disputa presidencial está al rojo vivo. En RN eligieron su nueva directiva manteniendo a Cristíán Mockeberg pero incorporando a Carlos Larraín, adversario de Piñera, que no tardó en declarar que no veía con malos ojos una candidatura del rival del ex presidente, Manuel José Ossandon. Piñera respondió con una operación mediática poniendo en duda su candidatura para cohesionar filas y medir el nivel de adhesión que concita entre los suyos. Las diferencias políticas también cunden, aunque más larvadamente; en la carrera por la presidencia de la UDI, debaten cuál izquierda deben enfrentar, para Bellolio, al Frente Amplio, aunque a todos los une volver al Gobierno.

Todos, se desplazan a la derecha: el Gobierno y la Nueva Mayoría con su glosa de gratuidad terminando de desnudar que su política de reforma educacional es manteniendo el mercado de la educación. La derecha con su ofensiva anti-inmigrante.

Siguen ahondando la grieta con el pueblo trabajador, que sigue encontrando nuevas expresiones: como ayer en la CUT, ahora en la ANEF se impugnaron las elecciones a su directiva: los partidos del régimen al interior del movimiento sindical, son tan cuestionados como en la política nacional. Son fenómenos subterráneos que intermitentemente salen a la luz, de reorganización de las fuerzas de izquierda, de los trabajadores y los estudiantes, que ponen en cuestión la hegemonía de los partidos del régimen.