Jueves 18 de febrero de 2016 10:44
El Viernes 12 se reunieron 35 dirigentes sindicales de Zárate y Campana en representación de 15 gremios. Abordaron temas como la situación socioeconómica y laboral, el impacto sobre el empleo y el poder adquisitivo, los despidos directos, despidos encubierto, retiros voluntarios. Quienes dicen representar a los trabajadores no vienen realizando ninguna medida de lucha en defensa de los puestos de trabajo y de los salarios frente al ajuste que viene llevando adelante el gobierno de Macri.
El viernes 12 de febrero se reunió la mesa sindical Campana/Zarate. Dirigentes de la UOM, Químicos, Petroleros, UOCRA, ASIMRA, Cerveceros, SUPA y Municipales que durante los gobiernos kirchneristas apoyaron la gestión del Frente para la Victoria. Según sus declaraciones "Como representantes de los trabajadores, duele comprobar que las primeras y principales medidas adoptadas por el nuevo gobierno hayan estado destinadas a beneficiar a los sectores concentrados de la economía y no al beneficio del pueblo", coincidieron conceptualmente varios gremialistas Sin dar cuenta de su ubicación pasiva en el último periodo.
Sus reflexiones apuntaron a que solo por responsabilidad de las medidas de gobierno macrista los trabajadores sufrimos el ajuste. Para los que venimos organizando la resistencia desde el PTS en el Frente de Izquierda junto a miles de activistas y luchadores las direcciones sindicales también son responsables de construir pasividad en las bases sin llamar a asambleas ni planes de luchas frente a las medidas antiobreras de Macri y los empresarios.
Los representantes de la mesa sindical han omitido voluntariamente poner en discusión que bajo el gobierno de Cristina Kirchner también había comenzado el ajuste con techos a las paritarias, inflación, devaluación donde ellos fueron cómplices dejando abierto el camino para que el macrismo y la CEOcracia de su gabinete desarrollara en dos meses un plan de jugosos ingresos al sector financiero, al agropower, mineras y al empresariado industrial y de servicios que pagamos los trabajadores.
¿Por casa como andamos?
Lo que llama la atención de estas discusiones, debates y expresiones de preocupación de los dirigentes de la mesa sindical, es que poca memoria tienen, solo considerando algunas situaciones más particulares de las seccionales que ellos conducen.
El sector químico viene de varios años de ataques. En el último periodo han cerrado varias fábricas, ante la mirada de sus dirigentes, que a último momento largaban planes de lucha con amplia disposición de las bases a llevarlos adelante pero conduciendo los conflictos a negociaciones e indemnizaciones y retiros voluntarios. En el caso de TFL el sindicato acordó con la anterior gestión del Ministerio de trabajo de la provincia de Buenos Aires otorgándole el preventivo de crisis a la empresa, con miles de anomalías y maniobras. Quienes pagaron los platos rotos fueron los trabajadores. Lo que estaba planteado era que el estado sostenga la producción así como los puestos de trabajo de los cientos de trabajadores para no dejarlos en la calle.
No podríamos dejar de preocuparnos con la situación de los trabajadores metalúrgicos de Siderca. La UOM de Abel Furlán y la Comisión Interna dejaron el camino libre atacando a los cientos de trabajadores que salimos a luchar a las calles y que acompañamos desde el PTS para defender los puestos de trabajo. Así el Grupo Techint atacó al conjunto de los más de 5 mil trabajadores que eran parte del proceso productivo hasta el 2014 y hoy ni llega a los 3 mil operarios. Hoy el diputado nacional del FPV Furlán ha dejado pasar en el 2015 bajo el gobierno de Cristina 8 meses de suspensiones con el argumento de “que no se pierda ningún puesto de trabajo”. Más de 1000 trabajadores de planta fueron empujados a la calle vía retiro voluntario/despido encubierto. En el sector tercerizado el ataque fue durísimo y hoy nos preguntamos dónde están esos 1500 compañeros de las contratistas... la respuesta es la misma: fueron arrojados a la calle. Con el gobierno macrista sufrimos 189 despidos directos por parte de la patronal de Siderca. La acción independiente de los trabajadores en asambleas y movilizaciones junto a la comunidad de Campana y Zárate presionó para que intervenga el Secretario General de la UOM y la CGT K Antonio Caló. Sin embargo, después de la movilización a Capital Federal en el Ministerio de Trabajo, Caló salió de la audiencia planteando que todos estaban reincorporados "en sus puestos de trabajo". Una vez subidos a los colectivos y ya en Campana se conoció el acta flexibilizadora e ilegal donde los compañeros pasaban a realizar las tareas de las contratistas.
Unos días antes eran despedidos sin aviso previo 160 operarios de ATMA. La mayoría mujeres metalúrgicas que se encuentran en condiciones paupérrimas donde se rompen por los ritmos de producción y trabajan jornadas extensísimas sin que la UOM les consiga minimamente un ventilador para el galpón en una fábrica de ventiladores.
Podríamos tomar ejemplos de los 15 gremios que son parte de esta mesa sindical Campana/Zarate y llegaríamos a la conclusión que estos dirigentes poco tienen que ver con nuestros intereses y mas que aprovechar la fuerza de las decenas de miles de trabajadores de la zona se encargan de organizar las derrotas. Los empresarios se la siguen llevando en pala como los últimos doce años.
Organizar la resistencia al ajuste
La mesa sindical insiste que pone todo su peso en trabajar en conjunto con el poder político de Campana y Zárate. Quieren generar expectativas en más mesas de negociaciones exigiendo audiencias a los intendentes Cáffaro del FpV-Zárate y Abella del PRO-Campana. Estos dirigentes pasan más tiempo con los funcionarios y los empresarios que con los trabajadores. No ven que en todos los lugares de trabajo se está debatiendo que no se llega a fin de mes por la inflación, las suspensiones y los despidos.
Como planteó mi compañero del PTS Nicolás Del Caño: "el PTS en el Frente de Izquierda se propone ocupar un lugar en la primera fila de la resistencia de la clase obrera al ajuste en curso y a los ataques patronales en cada lugar de trabajo, como lo hicimos en el gobierno anterior. Lo mismo contra los avances represivos y contra las libertades democráticas y la entrega nacional. Esa es la tarea a la que invitamos a los trabajadores, mujeres y jóvenes que quieren pelearla. A todos ellos les proponemos un programa. Que no haya suspensiones ni despidos. Que los salarios se ajusten según la inflación real y el salario mínimo sea igual la canasta familiar. Que las paritarias contemplen la efectivización de precarios y contratados y el 82% móvil para los jubilados. Que se acabe el impuesto al salario. Que se repartan las horas sin tocar el salario para que no se pierdan puestos de trabajo. Que se termine la criminalización de la protesta y se libere a Milagro Sala. Que se termine la entrega de nuestros recursos naturales y no se pague la deuda externa. Y también un método: la organización en los lugares de trabajo y estudio, y la lucha de clases. Queremos ayudar a organizar la resistencia para que cada conflicto se convierta en una trinchera de lucha. Nuestras bancas parlamentarias serán otra herramienta para la resistencia. Junto a mi compañera Myriam Bregman presentamos un proyecto para prohibir los despidos. A su vez presentamos un proyecto para derogar el artículo 194 del Código Penal que es una de las principales armas legales que utilizan para criminalizar la protesta social. Nuestras bancas en Mendoza, Córdoba, Neuquén y la Ciudad de Buenos Aires también tendrán ese objetivo. Seguiremos cobrando como un docente y donando el resto a los luchas obreras y populares."
Nosotros tenemos que ponernos también en movimiento. El 24 de febrero ATE llama a un paro nacional. Desde el PTS en el Frente de Izquierda movilizaremos nuestras fuerzas. Propondremos que sea el inicio de un plan de lucha y que todos los sindicatos y centrales sindicales rompan la tregua, convocando un paro nacional activo contra los despidos.
El sindicalismo combativo y la izquierda preparamos un Encuentro Nacional de Trabajadores para el 5 de marzo. Es un primer paso. En la jornada del 24 de febrero tendremos la oportunidad de mostrar una alternativa a las cúpulas sindicales, participando con piquetes y acciones propias a las que invitamos a todos los trabajadores de la zona.