El debate acerca de la crisis energética no es un "problema de recursos" como lo han planteado diferentes sectores. La clave está en que no quieren tocar los intereses del privado. Por eso la gestión debe ser de sus trabajadores y técnicos especialistas. No es el Estado versus el Mercado, porque realmente el Estado en realidad es cómplice del Mercado, sosteniendo la lógica concesionaria que solo continúa enriqueciendo a las grandes transnacionales. Este problema no se resuelve sin planificación racional económica, social y productiva. De manera democrática. No se resuelve por el mercado ni por los capitalistas.
Miércoles 14 de agosto
Las alzas y los abusos de Enel, siguen siendo parte del debate nacional. La inoperancia e indolencia con que actúa la transnacional, cuando aún existen 6 mil hogares sin suministro eléctrico en la Región Metropolitana, es propia de una gran empresa a la que solo le interesa sus grandes ganancias y no las necesidades de millones.
Durante estos últimos días, además de la exigencia de la reposición del servicio eléctrico, se tomó el debate la situación en la cual se encuentra la concesión de Enel y el contrato que tiene de entregar el servicio energético hasta el año 2048. En la última encuesta CADEM, el 63% de las y los encuestados manifestó su acuerdo con derechamente quitar la concesión a dicha empresa. Un debate importante que abre una gran pregunta: ¿Quién se haría cargo de entregar el servicio energético en el caso de que la concesión a Enel fuese retirada? ¿Sería acaso una solución definitiva sacar una transnacional, para poner a otra en su lugar? ¿No es ya la situación de Enel, suficiente prueba de que el sistema privado no es la solución para la entrega de un servicio esencial, como lo es la luz?
A la par de esto, Pardow, actual ministro de energía, planteó la posibilidad de que el Estado pudiese entrar a la distribución energética. Punto que inmediatamente fue rechazado por el propio gobierno, quitándole el piso, declarando una "falta de musculatura" por parte del Estado.
Las ganancias de ENEL
Para junio de 2023, Enel reportó utilidades por $113.743 millones, elevando sus ganancias a $250.824 millones para junio de 2024, lo que se traduce en un alza de un 120% en un año.
El segmento de generación tuvo un incremento en las ventas físicas de energía de un 13,9% en comparación a junio de 2023. Por su parte, el segmento de distribución y redes también tuvo un aumento en sus ventas físicas en un 3,2% y los ingresos operacionales crecieron en un 29,8% en relación con el primer semestre de 2023.
Además, las AFP invierten más de 1.163 millones de dólares de los fondos de pensiones en acciones y bonos de empresas del grupo Enel. Todo esto se encuentra actualizado a junio del 2024.
Cómo inició la crisis
La deuda de carácter empresarial es de 6.400 millones de dólares. De los cuales, 1.800 millones son solo intereses. Una burla. Es deuda la cargan sobre los usuarios, quienes no la generaron. A los millones de trabajadores y trabajadoras se les obliga a contraer una deuda sobre la cual jamás les preguntaron. Es una deuda ilegítima.
Piñera, durante su gobierno, negoció con las empresas generadoras y distribuidoras una deuda con la excusa de evitar que estas subieran los costos de la electricidad, con la cual amenazaban. Eso fue a espaldas de la gente. El aumento estaba programado para noviembre del 2019. Se pateó para adelante. Piñera lo presentó como parte de su agenda social. El congelamiento de las tarifas en medio de la crisis del coronavirus. Pero nunca dijeron que por ley la iba a pagar el pueblo trabajador.
Esa es la mezquindad de esa “agenda social”: fue un acuerdo con las empresas, para hacer negocio. Ni siquiera el Estado asumió esa parte de la deuda. Y luego Boric, ya en el gobierno, asume el discurso del orden y la responsabilidad, adoptando el programa de la derecha en términos securitarios y también el discurso de la "normalización", legitimando la deuda y comprometiéndose a pagarla. Esto se postergó hasta el año 2022, para cuando se aceptó el pago de esa deuda.
Carácter estratégico de la crisis y del sistema
Las personas no pueden elegir qué empresa de electricidad tener o contratar como servicio, se define una “empresa modelo” en comparación con el Estado y esos costos en el modelo “eficiente” son estos cobros.
Para ahorrar, las empresas hacen mantenciones menos exhaustivas de lo que se debería, se hacen menos controles, prefieren pagar multas antes que solucionar los problemas de servicio. Aumentan su utilidad evitando mantenciones o precarizando las condiciones laborales de sus trabajadores.
No funcionan transparentemente. Cada cuatro años se determina un “modelo de funcionamiento ideal”, pero nadie controla eso realmente. La empresa privada hace y deshace como quiere. En Chile, además, se pagan las cuentas más caras de Latinoamérica, generando ganancias multimillonarias para las transnacionales.
Son las y los usuarios quienes pagan toda la mantención, mediante el pago de las propias cuentas de la luz. Dinero que además se utiliza para pagar los salarios millonarios a los gerentes de esta gran empresa, que cobran nada más y nada menos que en UF, se les otorga beneficios tales como la entrega de un auto personal por parte de Enel y la opción de tener una casa en la ciudad de Roma. Prácticamente viven como reyes.
Debemos estar muy claros y claras, de que esto es un problema de sistema, no es un problema de empresa buena o empresa mala. Más allá de que en la actualidad efectivamente el servicio es malo para las y los usuarios. La realidad es que en Chile hay una súper producción de energía, pero la gran parte está puesta en disposición del aumento del negocio minero. Hay un desperdicio energético en el sistema de energía fotovoltaico, porque no existe un sistema de almacenamiento energético.
Actualmente, el consumo de los hogares es sólo el 16% de toda la energía que se produce, es decir, solo una cuarta parte de lo producido llega directamente a los usuarios y usuarias, y contradictoriamente son los que más pagan por el servicio.
¿Las generadoras con las ganancias podrían absorber la deuda? Las generadoras tienen números azules siempre. ¿Por qué tenemos que aceptar las reglas impuestas por la dictadura? La controladora no aporta ningún peso a la concesión. Todo el capital los ponemos los usuarios, se necesitan a técnicos, ingenieros, trabajadores, etc. Pero no a los gerentes millonarios, no a los dueños. En Italia no les importa si se cortó la luz en Chile. En cambio, a los trabajadores sí les importa, porque son sus propias familias las afectadas. En la minería jamás se corta la luz, pero sí en las escuelas, sí en las casas, afectando directamente la economía del hogar, producto de la pérdida de alimentos o afectando la salud de pacientes electrodependientes. A la hora de cobrar, son eficaces, rápidos y efectivos.
Las utilidades multimillonarias no vuelven al servicio, no hay reinversión. Esas ganancias podrían servir para bajar el precio de la luz para las familias. Que son el 16% del consumo, quienes podrían ver disminuidas sus cuentas.
Sistema eléctrico completo.
Chile produce grandes cantidades de energía eléctrica. Pero se dirige en gran parte a la minería. Las mineras se consideran clientes con capacidad de negociación. Si la generadora le cobra muy cara, la minera puede decidir hacer su propia generadora. Con eso ellos negocian el precio. Pero el pueblo trabajador no puede decidir ni mucho menos negociar.
Como las concesiones se hicieron en dictadura, es muy difícil terminarlas y hacer traspasos a nuevos dueños. Están encorsetados en la institucionalidad heredada de la dictadura, que el gobierno de Gabriel Boric no busca tocar, sino que, más bien, fortalecer, siguiendo la lógica del "mejor postor" para entregar el servicio energético, a cargo de grandes transnacionales.
La gente se ve obligada a asumir los costos de las malas gestiones que hacen por arriba. Se beneficia únicamente a las grandes empresas. El discurso de "normalización y orden" en el gobierno de Boric implica eso. Y lo paga la gente.
El alza dijeron que tenía que ver con las energías renovables, que hicieron que saliera más cara, lo cual es una mentira. Las energías renovables son más baratas en términos de producción. El valor de la energía depende de los contratos de licitación que hace el Estado con las empresas generadoras y distribuidoras. Factores más importantes: precio del dólar, el IPC de Estados Unidos que ya llegó a dos cifras, el 2005 cuando se firmaron los contratos eran mucho menores, si se producen con carbón o petróleo, o energías renovables, y es mucho más baratas. Los contratos con energía renovable cuestan 50 dólares por mega y por energías fósiles, 108 dólares por mega.
Muchos de los contratos que se definieron por energía de combustible fósil hoy se producen con energía renovable. Es decir, están cobrando un precio más caro cuando su producción es más barata. Es como si te cobraran bencina de 97 octanos, pero te dan de 93, para hacerse una idea.
Las empresas de generación de energía, son financiadas por el Estado. A comienzos del siglo se firmó esos subsidios estatales para PYMES, pero esas PYMES fueron adquiridas por grandes empresas que se transan en la bolsa de valores.
En Chile ha habido un salto en la producción de energía renovable. Aumenta su producción, que es más barato. Pero las cuentas para las familias trabajadoras aumentan. Y además hay que pagar esa deuda. Pasar de la generación a la distribución se necesita la transmisión. Pero las empresas no están invirtiendo. No son sólo problemas tecnológicos, son problemas de inversión donde las empresas capitalistas no quieren disminuir sus ganancias inmediatas.
Se genera mucha energía, pero no se puede distribuir. Hay empresas de energía solar que han quebrado porque no pueden distribuir la energía que generan. Y mucha de la energía renovable que se produce, va solo a las grandes empresas mineras.
Hay que meter al debate la nacionalización para resolver la crisis
El gobierno amenaza con finalizar la concesión. Pero no cambia el sistema. Los incentivos de las grandes empresas que lleguen van a ser los mismos, de aumentar las ganancias y reducir los gastos. Y eso lo paga la población.
Debe nacionalizarse, pero no para que sea administrado por la burocracia del Estado: debe ser gestionado por los trabajadores que hacen funcionar la empresa realmente, los ingenieros y técnicos especialistas. Debiese coordinarse con los usuarios de manera directa, que son quienes realmente saben el estado del servicio. Es decir, debería coordinarse fomentando también la participación junto con las comunidades.
Hay otra forma de organizar la producción, hay otra forma de organizar la generación, transmisión y distribución. Una forma que no se base en la ganancia multimillonaria de un puñado. ¿Por qué nuestras condiciones de vida tienen que estar subordinadas a la ganancia de los grandes empresarios o de las grandes empresas?.
Es sumamente necesario eliminar el secreto comercial de las empresas generadoras y distribuidoras. Conocer todos los "libros" o registros de contabilidad, cuánto es el dinero que se triangula. En la actualidad existe mucho subcontrato y el sistema del multirut, donde ganan más dineros de lo que realmente declaran.
Respecto al concepto que ha instalado el gobierno, por medio de la Ministra vocera de gobierno, respecto a que el Estado no tiene "musculatura" para hacerse cargo de la crisis energética, hay que ser muy claros y claras: en términos de inversión, todo lo pagan los usuarios, por medio del pago mensual, mes a mes.
No es un problema de recursos. La clave está en que no quieren tocar los intereses del privado. La burocracia estatal no es mejor que el privado. Por eso la gestión debe ser de sus trabajadores y técnicos especialistas. No es el Estado versus el Mercado, porque realmente el Estado en realidad es cómplice del Mercado, sosteniendo la lógica concesionaria que solo continúa enriqueciendo a las grandes transnacionales.
Este problema no se resuelve sin planificación racional económica, social y productiva. De manera democrática. No se resuelve por el mercado ni por los capitalistas.
Actualmente, respecto a las alzas, el Estado está oficiando de cobrador. El subsidio, que ha sido la única "ayuda" para las personas que presenta el gobierno, se dará al 40% del registro social de hogares, pero sólo para quienes estén con su pago al día. Se convierte en el cobrador de las empresas. ¿Quieres subsidio? Entonces paga a los empresarios.
Inicialmente el subsidio era para 1,5 millones de hogares. Se discutió para 4,7 millones, un punto que no ha avanzado en lo más mínimo.
El Estado es el cobrador más despiadado con las familias trabajadoras y el pueblo, pero para cobrar a las empresas hace la vista gorda completamente. Es el caso de las ISAPRES, donde se definió que hubo un trato abusivo hacia los usuarios cuantificado en más de 1.400 millones de dólares. Se les concedió 13 años para pagar la deuda.
Si, como trabajador o trabajadora, un tribunal te condena al pago de una deuda, ¿puedes ir a tocar la puerta de ese tribunal para que te den facilidades, o al Congreso a pedir que te la repacten? ¿negociar allí reducciones de un 33% del pago?