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Red Internacional
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Homenaje a Leonardo Norniella. ¡Te quiero, Leo!

Compartimos una carta de María de los Ángeles, miembro de la Comisión de Mujeres de MadyGraf, ex trabajadora de Pepsico y militante del PTS.

Viernes 13 de marzo de 2015

Estoy muy consternada. Me desayuné con la noticia de que habías partido de este mundo... Y se me tambaleó todo...

Trabajé de noche en M. y le contaba a un compañero por todos los laburos por los que pasé, entre ellos Pepsico, mientras yo te recordaba en mi cabeza a vos y a los ocho camaradas que había en norte y todo lo que significó para nosotros aquella primera batalla en defensa de las contratadas. Éramos 61 mujeres las que nos plantamos frente a la patronal en la carpa, y aprendimos a luchar juntos con el vigor de la juventud y la fortaleza del partido que yo en aquel momento entendía poco, pero estaba representado en vos, Leo.

11 de enero del 2002, las jornadas revolucionarias de diciembre se respiraban en las calles, en las fábricas, en el barrio, todo era un caos para mí, no entendía nada de nada, hasta que llegó el momento de mi despido. Ese 11 de enero volví a la fábrica después de una semana de licencia por enfermedad. En aquel momento las mujeres trabajábamos 16 horas, y más temprano que tarde la brutal explotación se iba a expresar en el cuerpo de cada una de nosotras, me enfermé como la mayoría de mis compañeras, pero para que rápidamente vuelva a la línea me medicaron en la enfermería y lo hicieron mal, la súper pastillita me inflamó la vejiga y me tuvieron que dar licencia por una semana. Pasaron los días, me convocó el médico y me dijo que estaba ¡perfecta!, que podía reinstalarme esa misma noche.

Fui por la mañana a la fábrica a ver al médico y no había clima de nada (esto lo entendí después), era un día normal, pasadas las horas cuando volví al trabajo para cumplir con mi jornada laboral, desde el micro pude ver un gran revuelo de personas sueltas en la calle, se entendía con sólo mirar que había un enfrentamiento y que vos estabas a la cabeza. Bajé del micro y vi a mis compañeras contratadas del turno tarde, llorando! Desesperadas me decían: nos echaron! Nos dejaron sin laburo! Tienen una lista fijate si estás! Fui a la entrada, di mi apellido y estaba despedida, volví con mis compañeras, y en segundos caíste en la ronda de mujeres para preguntar: ¿Qué íbamos hacer? ¿Si íbamos a pelear o nos íbamos a ir a nuestras casas? Fue en ese preciso momento LEONARDO NORNIELLA que cambiaste mi vida para siempre, allí sentí que encontré un lugar, ¡mi lugar! Y era junto a vos que desde el primer día estuviste con nosotras.

Ese fue un gran paso que cambió el rumbo de mi vida. Los 21 días que duró el conflicto, significaron una gran experiencia para mí! Nos van a derrotar me dijiste, cuando la carpa se veía flaca de obreros y se nos habían acabado los argumentos legales! Cualquiera se hubiera asustado y habría salido corriendo! O derrotado! Yo no, porque en esos 21 días cuando me hablabas de Kosovo e intentaban junto a otros camaradas explicarme la situación! Yo no entendía nada pero, si había algo que me había marcado y si lo había comprendido, era que yo no sólo era María de los Ángeles, sino que era parte de una clase, la clase obrera, mayoritaria mundialmente y me explicabas apasionadamente que si se unía y organizaba lo mejor de ella en un partido revolucionario capaz de enfrentar al imperialismo y derrotarlo, mi lugar sin duda estaba en el PTS.

Así fue que me uní al camino que me había mostrado mi primer referente obrero. Me sumé nutriéndome de la fuerza que me inspiraban Caty y vos, me llenaban de fortaleza día a día y me enseñaban a entender que esto era posible. Años hermosos de mi juventud se van con vos Leo. Siento que algo me oprime el pecho, el corazón me late fuerte y no consigo llenar mis pulmones de aire, te voy a recordar siempre así! Fuerte! Valiente revolucionario!

Me quedo con las últimas palabras que resultaron de nuestro último intercambio este 11 de enero y te doy la misma respuesta! Te quiero mucho. Te voy a extrañar más que nunca el próximo 11 de enero... Y los que sigan después... María de los Ángeles.