La lista Azul y Blanca, que dirige Foetra, el gremio más grande de telecomunicaciones, impulsa una campaña de miedo para justificar un pobre acuerdo salarial con Telefónica/Movistar sin plan de lucha.
Viernes 28 de julio de 2017 17:48
El martes 25 y miércoles 26 se realizaron 2 plenarios de delegados convocados por la conducción de Foetra Buenos Aires para discutir un preacuerdo salarial, con las empresas de telecomunicaciones. El acuerdo anterior venció el 30 de junio.
En estos días Telefónica anunció que ganó 1.600 millones de Euros en el primer semestre, un 28,9% más que el mismo periodo del año anterior.
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La conducción de Foetra planteó aceptar un acuerdo sin luchar de un 14,5% en julio, más un 5,5% a partir de febrero, junto al aumento de 10 mil pesos en el pago anual por el del Día del Telefónico a cobrarse recién en enero del año próximo.
Anteriormente la conducción había planteado dividir el cierre de la paritaria, aceptar este acuerdo con Telefónica/Movistar para “presionar” a Telecom, Personal, Nextel y Arsat que no quieren firmar.
Por eso solo se permitió votar a los delegados de Telefónica/Movistar y no al resto de los delegados de las demás empresas, donde en varias oficinas se había rechazado el preacuerdo por insuficiente. De esta manera se fragmenta y debilita la lucha del conjunto de los telefónicos.
Hubo otra discusión en el plenario, que resultó en un repudió por unanimidad a propuesta de Carlos Artacho sobre el accionar antisindical de Telefónica, que depositó el aumento sin que estuviese votado en el plenario, intentando dar un mensaje a los trabajadores de que todo ya está arreglado. Este accionar es un precedente que no podemos permitir.
¿Porque no se puede luchar?
Para aceptar este mísero aumento la Azul y Blanca llevó adelante una campaña de miedo. Como planteó Ana Goussies delegada del edificio Culpina y referente de la Agrupación Violeta (opositora a la actual conducción del gremio): “La justificación para aceptar este mísero 14,5 era que no se podía salir a luchar y justamente es eso de lo que nos quiere convencer el gobierno y la empresa cuando nos deposita el aumento salarial, la paritaria sin haberla votado, y es lo que nosotros tenemos que salir a enfrentar, como lo están haciendo hoy los trabajadores de PepsiCo y muchos otros”.
La dirección de Foetra, integrada por Osvaldo Iadarola (que forma parte del MASA), y Claudio Marín, CTA Yasky, están discutiendo unificarse con el triunvirato de la CGT que está dejando pasar el ajuste y recién convocaría a una movilización para el 22 de agosto. Sí, después de las PASO. Cuando hoy hay miles de nuevos despidos y distintos ataques al bolsillo y condiciones de vida de los trabajadores.
Durante los últimos diez años los trabajadores telefónicos han obtenido aumentos que no llegaron a cubrir la canasta familiar. La conducción de Foetra justificó la tregua con el insólito argumento de que no se podía luchar contra un Gobierno "nacional y popular". Y ahora que es un Gobierno, como dicen, “neoliberal”, tampoco se pude luchar, porque “hay que priorizar la estabilidad laboral”.
Son los que sostienen que la única salida para los trabajadores pasaría por “votar mejor” o “saber votar”, es decir, votar a Unidad Ciudadana o a Randazzo.
Sin embargo Macri y Cambiemos no tienen mayoría en el Congreso ni dirigen sindicatos. Si durante estos 20 meses de Gobierno pudieron pasar el ajuste y las leyes fue porque el resto de las fuerzas políticas le garantizaron gobernabilidad, aunque en su discurso digan lo contrario.
Mientras tanto, el Gobierno y las patronales se preparan para aprobar una reforma laboral similar a la que se votó en Brasil que ataca los principales derechos y conquistas de los trabajadores, los convenios colectivos de trabajo, la jornada laboral, los derechos sindicales, entre otros. “Si la empresa ve que nosotros no queremos salir a luchar, que hay que aceptar este 14 sin pelear, vamos a estar en peores condiciones para ese momento”, así finalizó su intervención en el plenario de delegados Ana Goussies.
El Frente de Izquierda por el contrario, enfrenta este ajuste en las calles y en sus bancas, que están al servicio de la lucha de los trabajadores. Frente al desempleo plantea reducir la jornada laboral y repartir las horas de trabajo, entre ocupados y desocupados, para que todos tengamos trabajo y no haya más despidos, con la campaña “Nuestras vidas valen mas que sus ganancias”.
