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Red Internacional
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Coronavirus. Teletrabajo en tiempos de crisis, el proyecto de ley precarizador que busca aprobar Piñera

Tras su aprobación como proyecto de ley en diputados muchos se preguntan qué es la ley de teletrabajo, a quienes cubre y como se puede aplicar, ¿se trata de un beneficio?

Simón Bousquet

Simón Bousquet Director Audiovisual La Izquierda Diario Chile @simonbousquet_

Miércoles 1ro de abril de 2020

En plena crisis sanitaria desatada por el Coronavirus, son millones de trabajadores y trabajadoras que aún son obligados a trabajar presencialmente, y miles que gracias al gobierno, al Ministerio y la Dirección del Trabajo, no recibirán sueldo por tener que hacer cuarentena (ver artículo Escandaloso dictamen de la Dirección del Trabajo para salvaguardar los bolsillos empresariales). En ese mismo marco, un sector de la población trabajadora se encuentra realizando teletrabajo mientras se discute la aprobación de la ley que lo regulará.

Gracias a los avances de la tecnología y la gran capacidad de conectividad del país, donde casi todo el mundo tiene un celular con internet, la opción de trabajar desde el hogar, parece, en principio una forma de modernizar el trabajo. Se debe considerar que el sector laboral para quien recae esta ley, personas que pueden realizar sus labores fuera de su espacio de trabajo, corresponde a una proporción minoritaria de la población. En este artículo desarrollaremos el por qué la aplicación de esta ley no representa un beneficio, sino mayor precarización.

La modificación que se busca votar, es agregar un nuevo capítulo al código laboral, donde se especifica que el teletrabajo "cuando los servicios sean prestados mediante la utilización de medios tecnológicos, informáticos o de telecomunicaciones, o bien cuando los servicios prestados deban reportarse mediante tales medios” , esto se supone, respetando el uso de “no más de 12 horas al día y no más de 45 a la semana” , teniendo una duración de 3 meses, donde se podrá cambiar la modalidad de manera unilateral.

Todo esto puede parecer práctico en momentos de crisis como la que estamos viviendo actualmente con la pandemia del COVID-19, sobretodo en contraposición a la opción de quedar despedido o con el salario suspendido tras las facilidades que ha dado el gobierno a los empresarios para esto. Pero lo que esconde la ley de teletrabajo es un clásico de las relaciones laborales en Chile, la famosa “letra chica”.

Partiendo por la cláusula de “mutuo acuerdo” entre las partes, trabajador y empresario es como una radiografía de las relaciones laborales en el país. Porque realmente la única relación laboral que existe es la de que el empleador condiciona. La “horizontalidad” con la que presentan la relación entre partes dista mucho de como es en la realidad. Si eres trabajador o trabajadora, sabrás de lo que hablamos.

Cuando decimos “imposiciones unilaterales”, lo podemos ejemplificar como la frase típica, “si no te gusta, te vas”, tan cotidiana en los lugares de trabajo, y tan usada por jefes y empresarios para atemorizar con el despido. Y de esta manera serán los acuerdos de disposición de tiempo y horas de trabajo.Si bien el teletrabao mantiene la misma cantidad de horas máximas a trabajar dentro de un día y en una semana, agrega una condición que se superpone a éstas, el “derecho a la desconección” el cual se establece como mínimo 12 horas en la que el trabajador puede estar sin reportarse a su empleador.

Osea, que mientras trabajes con esta modalidad, la jornada laboral puede ser repartida en cualquier día, durante 12 horas por medio de “mutuo acuerdo” es decir organizar nuestro tiempo según las necesidades de la empresa, el teletrabajo nos exige “ser flexibles”.

La ley dice que el empleador deberá proveer los medios para que realizar el trabajo, pero si ya sabemos que la fiscalización es deficiente y pro empresas en las modalidades de trabajo tradicional, sabemos que menos se atenderá esta obligación para el teletrabajo. Los muebles, la infraestructura, el acceso a internet y medios tecnológicos, la alimentación y temas como el aseo y el cuidado de los niños, son por mencionar algunas de las cosas que pasa de ser costos del empleador, a ser puesta por el trabajador, nuestros hogares como lugares de tercerización del trabajo.

Además, el contexto en que vivimos hoy suma al teletrabajo el contexto de cuarentena, el estrés de la situación, el temor a infectarse, el toque de queda y la incertidumbre. En el cual se ven más imposibilitadas las condiciones laborales.

Piñera aprovecha el momento de crisis para impulsar esta ley, la que contempla parte del plan de flexibilidad laboral que no pudo aprobar el año recién pasado.

En sí mismo, la idea de poder trabajar desde el hogar, no necesariamente tendría que ser un problema, pero tal cual así como está aplicada representa una línea con la que el gobierno ha sido muy insistente: seguir el camino de precarizar derechos, e imponer leyes que le convengan en el escenario actual, como lo es el teletrabajo, para exprimir más recursos y hacer que los trabajadores seamos los que paguemos la crisis.