Como cada año, en las próximas semanas, el municipio de Torreón, Coahuila, se verá devastado por las lluvias que verano a verano llegan a la ciudad
Lunes 5 de agosto de 2019
Como cada año, en las próximas semanas, el municipio de Torreón, Coahuila, se verá devastado por las lluvias que verano a verano llegan a la ciudad. A pesar de que las precipitaciones son escasas debido al clima semidesértico de la región, las paupérrimas condiciones de la infraestructura convierten al fenómeno natural en una inevitable catástrofe urbana.
Cientos de casas quedan dañadas por el agua que entra hasta la cocina, con costosas pérdidas materiales para las familias. La falta de drenaje pluvial en los polígonos de crecimiento de alta densidad, así como la ausencia de mantenimiento a los pocos que existen dan como resultado una ciudad completamente anegada.
Por otra parte, los servicios básicos como el suministro o desfogue de agua son deficientes debido a varios factores, principalmente al nulo interés de los gobiernos por las necesidades de las familias trabajadoras, al manejo corrupto de obras públicas y al recorte del presupuesto necesario para ejecutar una obra de tal importancia.
Con el paso de los años, sin manteamiento ni reparación, las infraestructuras terminan su tiempo de vida en menor margen, ocasionando que el costo económico de la implementación de un óptimo sistema pluvial se eleve constantemente.
Las inundaciones por lluvias golpean a la sociedad en general, sin embargo, los más afectados son los trabajadores que viven en las colonias pobres, donde son más críticos los niveles de acumulación de agua en lluvias de temporada alta.
Por años se han propuesto sistemas diseñados para la resolución de este problema. El sistema pluvial, al ser un modelo desarrollado, fue perfeccionado en la historia de la arquitectura a partir de entender tanto la mecánica de fluidos en el ciclo del agua, como reconocer aspectos geográficos importantes (clima, condición del suelo) con el fin de resolver las necesidades básicas particulares y comunes de la sociedad.
Los sistemas de canalización y captación para el aprovechamiento del agua han sido un modelo de inventiva en la coyuntura del ser humano y de su relación con el medio. Las pendientes, canalizaciones e incluso un mejor aprovechamiento del agua, aspectos necesarios para la eficacia de este o cualquier sistema de servicios públicos en las ciudades, nacen a partir del diseño de un correcto trazo urbano.
La zona centro de Torreón, pese a que también ha sufrido algunos estragos por el paso de la lluvia y la negligencia, posee características de una planificación urbana más eficiente en el trazo original de la ciudad, ya que utiliza las pendientes propias de la comarca con desniveles intervenidos constructivamente para crear en las calles y avenidas una dirección natural del flujo de agua que en conjunto conforma un sistema pluvial adecuado, más eficiente, pero sobre todo con más tiempo de vida útil, lo que conlleva menos gasto de materiales para “reparación”, misma que no es constante ni adecuada en Torreón.
Sin embargo, el resto de la ciudad colapsa literalmente debido a la inexistencia de un eficaz sistema pluvial, así como por las malas reparaciones de la carpeta asfáltica, a la que simplemente le colocan “parches” de chapopote. Al no poseer una resistencia estructural, propia del concreto armado (no del asfalto), estos “parches” generan lo que podrían ser evitables gastos de reparación.
Es posible evitar la catástrofe
En ese sentido, se hace urgente planificar un diseño urbano que contemple en primera instancia la colocación de líneas para distribución de agua en los barrios identificados como zonas críticas y plantas de captación para temporadas de lluvia.
Los sistemas pluviales se deben modernizar constantemente a consecuencia de la contaminación del agua en los sistemas de alcantarillado combinado, cuya metodología consiste en desalojar aguas residuales y pluviales; sin embargo, lo más adecuado es construir sistemas de alcantarillado separados, ya que el drenaje pluvial de la ciudad se encuentra tapado, desde el desagüe hasta los diámetros de tubería y los depósitos, por residuos originados principalmente por el constante cambio de uso de suelo, pues grandes comercios se instalan en zonas cuyo sistema de alcantarillado no está diseñado para soportar una alta generación de residuos.
Así, no solo se concluye la urgencia de un drenaje pluvial de calidad, también hablamos de la necesaria regulación de establecimientos mega comerciales en zonas habitacionales que producen la desigual distribución de agua dentro de la mancha urbana.
Estas urgentes medidas sólo podrán ser viables a partir de incrementar los impuestos a los grandes grupos industriales y comerciales de la región para financiar tanto las reparaciones como la instalación de los servicios de infraestructura que la ciudadanía necesita. Después de todo, los estragos que sufre la urbe son ocasionados en gran medida por la presencia de estos grupos que monopolizan los recursos y los predios, en contubernio con las autoridades.
Además, otra parte importante de este financiamiento debe salir a partir de dejar de pagar la deuda de los Moreira y exigir que esos recursos sean usados en la tecnificación y modernización de toda la infraestructura y los servicios de las ciudades del Estado, pues ya se comprobó que esa deuda es ilegítima y corrupta. Solo así se pude garantizar para los trabajadores el derecho a una ciudad de calidad.