El 9 de mayo, el Vicepresidente de Bolivia hizo alarde de sus “conocimientos” ante un grupo de estudiantes de la promoción de un colegio del municipio de Malla, en la provincia Loayza del departamento de La Paz.
Sábado 14 de mayo de 2016
Foto: Página Siete
En esta ocasión García Linera se dirigió a un grupo estudiantes con una actitud demagógica y paternalista: "Ustedes me han nombrado padrino, pero no es así nomás, gratis, ser ahijado del Vicepresidente; me tienen que responder unas preguntas. Si responden positivamente, seré padrino y les regalaré libros, además de ser su padrino; si no me responden: wasca (castigo, en aymara)” (…) "Voy a ser su padrino siempre y cuando me lean 700 hojas hasta agosto. Voy a mandar el libro a los jóvenes, pero los quiero preparados. ¡Cómo no vamos a saber de Túpac Katari!” (…) "Tenemos que saber como el Padre Nuestro de Túpac Katari”.
Ya en otras oportunidades, cuando colegios del país lo nombraron “padrino” de promoción, el Vicepresidente manifestó que “ser “antiimperialista” significa “nunca permitir que los extranjeros vengan a mandar”; ser anticolonialista significa no permitir que “no puede haber discriminación por color de piel o apellido”; y anticapitalista, “nunca permitir que los patrones te roben tu esfuerzo que te quiten tu trabajo que no te exploten”. “Si mantienen estos tres principios Bolivia va a ser grande y vamos a seguir haciendo más casas siendo antiimperialistas, anticolonialistas y anticapitalistas”.
Lo que confirma García Linera con este discurso es que, tanto él, como el modelo educativo que impulsa su gobierno, siguen siendo colonialistas desde la prédica hasta la práctica. Leer 700 páginas o saber cómo el Padre Nuestro de Túpac Katari sigue siendo la expresión del modelo de la educación bancaria, alienante y reproductora de los mecanismos de opresión y explotación de una clase sobre otra. Decir que haciendo más casas vamos a ser antiimperialistas, anticolonialistas y anticapitalistas, es distorsionar la realidad, ya que el gobierno del MAS (Movimiento al Socialismo) no ha hecho otra cosa que, como administrador del Estado capitalista, mantener el orden capitalista y la hegemonía de la burguesía como clase explotadora y opresora del proletariado y de las grandes mayorías populares.
Lo que hace García Linera con su discurso es evidenciar lo encarnada que está en las políticas educativas la ideología dominante, que nos es otra cosa que el instrumento de la reproducción social y cultural, es decir, el instrumento que legitima formas de conocimiento, valores, lenguaje y estilos que constituyen la cultura dominante y sus intereses, que por lo mismo, forman parte del aparato estatal que produce y justifica los mandatos económicos e ideológicos que esconden al poder político del Estado capitalista burgués.
Nada hay de la materialidad de la educación en el discurso de García Linera y de su gobierno: mejores sueldos para los profesores y profesoras, mejores condiciones de trabajo, mayores recursos para la práctica pedagógica, una currícula al servicio de la clase trabajadora, y, por lo mismo, una escuela que asuma la educación como la práctica de la libertad y como un acto de conocimiento y aproximación crítica, creativa y transformadora de la realidad, y generadora de conciencia.