Aunque el formato del debate cambió para hacerlo más dinámico, abundaron las descalificaciones y las propuestas vacías o incoherentes de los candidatos a la jefatura de gobierno de la CDMX.
Jueves 21 de junio de 2018
Hubo dos temas centrales para esta noche: Gobierno y Transparencia y acceso a la información pública. Y es que la primer parte del debate consistía en una pregunta hecha por los moderadores, distinta para cada candidato.
Ni Purificación Carpinteyro -candidata de Nueva Alianza-, ni Alejandra Barrales -candidata de la coalición Por México al Frente (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano- respondieron a las preguntas que se les plantearon, la primera para quejarse de la poca cobertura que le han dado los medios de comunicación a sus actos de campaña y la segunda para lanzar una enérgica condena a las políticas migratorias de Donald Trump.
Lorena Osornio, candidata independiente, planteó que era necesario reformar la Ley Federal del Trabajo para terminar con el outsourcing y que de igual manera había que terminar con las plazas de “aviadores” con las que negocian clientelarmente los partidos políticos.
Tanto para Claudia Sheinbaum -del Morena- como para Mikel Arriola, candidato del PRI, el principal problema de la Ciudad es la corrupción, este último aseguró que no iba a eliminar ningún derecho a ninguna persona, a pesar de que uno de los principales ejes de su campaña ha sido la propuesta del control de marchas, como antes del 68 mexicano.
Ante esto, la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, Partido Encuentro Social, Partido del Trabajo) se encargó de recordarle, en un momento posterior del debate, que se cumplen 50 años de esta masacre perpetrada por el PRI, cuando Mikel habló de los 50 años de las olimpiadas del 68, que se celebraron en el país.
Marcos Rascón (del Partido Humanista) y Mariana Boy (del PVEM) obviaron sobre temas para todos conocidos. El primero sobre la importancia de la gestión de problemas como el de la basura, hablando de dar un “giro” a la participación ciudadana, haciendo que sean los ciudadanos quienes atiendan las propuestas que él plantee. La segunda, mencionando que sabemos de sobra que el gobierno tiene que mejorar el servicio y que los trabajos de la burocracia tienen que entregarse por méritos y no por amiguismo.
Entre las descalificaciones, Sheinbaum acusó al gobierno actual de la Ciudad por comprar a sobreprecio, incluso aprovechando el sismo que golpeó fuertemente a la gente el pasado 19S. Barrales para defenderse respondió con un épico autogol, tratando de deslindarse de la administración actual, mostrando una imagen de gente de Morena con Miguel Ángel Mancera, asegurando que la gente que ahora está del otro lado, hace 6 años decía que Mancera era la mejor opción. ¿Y no es acaso que todos son un poco de lo mismo?
Mikel Arriola lanzó una enorme acusación contra Alfonso Suárez del Real, quien es coordinador de campaña de Sheinbaum denunciándolo por trata de personas, acusación a la que Suárez respondió unos minutos después por redes sociales, diciéndole: “Nos vemos en las urnas y en los tribunales”. Otro autogol, esta vez de parte del priista, a quien se le vio acompañado en actos de campaña por Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ex líder del PRI de la Ciudad de México, quien montó una red de trata para su uso personal.
Mariana Boy se deslindó del PRI en la CDMX al decirle a Arriola: Mikel no le cumplió a la gente cuando fue director del IMSS, y no quiero dejar pasar esta oportunidad para denunciar al candidato del PRI por su incongruencia”. ¿Pero no acaso el PVEM ha sido el partido rémora del PRI, no solo yendo juntos a elecciones, sino aprobando leyes en bloque en el congreso como las reformas estructurales?
Marco Rascón pasó en cuestión de minutos del amor al odio con la candidata del Morena, cuando pasó de felicitarla a decirle que el “Lopezobradorismo” es mascota de la derecha, que con él regresará la protección de información de obras públicas y del derechismo norteamericano (sic), pasando a cerrar en su última participación del debate acusando a AMLO y Calderón del regresó del PRI a los Pinos.
Sorprendió también que se declarara comunista y llamara a que la gente que firmó por Marichuy, lo votara estas próximas elecciones y que la votara a ella para la presidencia.
Las propuestas del tercer debate
Mariana Boy propuso que para garantizar que las mujeres tengan los mismos derechos en materia laboral, era necesario acabar con el amiguismo político, a la par que se instalarían cámaras en todas las ventanillas de atención para garantizar servicios de calidad, junto a una aplicación para que los ciudadanos pudieran quejarse de los servidores públicos (una bizarra combinación entre el Gran Hermano y Black Mirror).
La candidata del PVEM también planteó la creación de un organismo de coordinación metropolitano para tratar los problemas de contaminación, movilidad, desarrollo económico y delincuencia; la digitalización de todos los trámites de la CDMX para acabar con la burocracia, la corrupción y las fallas administrativas; la creación de un Comité de especialistas para que revisen los gastos de la CDMX; la instalación de sensores de contaminación para informar a la ciudadanía de la calidad del aire, como si no supiéramos de antemano que la calidad es pésima.
Marcos Rascón prometió que de ganar la elección formaría un gobierno de coalición, validaría y revisaría las propuestas hechas por todos los candidatos a la jefatura de Gobierno; la creación del Banco Central de la Ciudad de México; aumento de la tenencia y fomento a la mejora del transporte público; reforma política administrativa para compensar los daños a recursos naturales por el crecimiento urbano.
Carpinteyro propuso que la ciudadanía elija al fiscal capitalino; que se revisen las bases de datos de los programas sociales; que se cree una plataforma digital que contenga los datos consolidados de los ciudadanos, para que no sea necesario presentar documentos cada que se realice un trámite.
Osornio propuso modificaciones al artículo 25 de la constitución de la CDMX para fomentar la participación ciudadana en los procesos electorales; una Contraloría ciudadana a favor del agua; pena mínima de 15 años a delitos por corrupción; una plataforma digital para la transparencia; revocación de mandato.
Alejandra Barrales propuso una segunda vuelta electoral y la revocación de mandato, así como formar el primer gobierno de coalición a favor de la ciudadanía; creación del Consejo Metropolitano; terminar el uso de arañas; fiscal anticorrupción autónomo y contralorías ciudadanas.
Mikel Arriola propuso que para combatir la inseguridad había que hacer operativos en las zonas de mayor conflicto, la creación de una policía de élite y la recuperación de la autoridad en los reclusorios; 100 km de metro y tres trenes suburbanos; licitaciones transparentes y en tiempo real; eliminación de la tenencia; reducción de los costes de tarjetones y placas para taxistas; un observador ciudadano para verificar que se cumplan las propuestas y mejorar la rendición de cuentas.
Sheinbaum propuso una migración digital del gobierno, con trámites electrónicos, rescatar la gobernabilidad y promover un gobierno honesto, una fórmula muy general a la sombra de los cuestionamientos a su gestión al frente de la delegación Tlalpan, cuestionada por la tragedia del Colegio Enrique Rébsamen, uno de los edificios colapsados durante el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Primaron las acusaciones cruzadas de corrupción y escándalos, pero se quedan en propuestas que apelan a la honestidad sin cuestionar de raíz los privilegios de los altos funcionarios.
Consultada al respecto, Sulem Estrada, candidata de la Plataforma Anticapitalistas al Congreso de la Ciudad de México, señaló:
Para terminar con la corrupción es central erradicar los privilegios de los altos funcionarios que gobiernan al servicio de los grandes empresarios y las trasnacionales. Para eso, nuestra propuesta es que todos estos altos funcionarios ganen lo mismo que una maestra, y terminar con sus prestaciones extraordinarias, y que sean revocables. Con esos millones de pesos que se ahorrarían de las arcas públicas, se podría aumentar el presupuesto para educación, para salud y para vivienda, que tanto hace falta.
Tampoco ninguno de los candidatos cuestionó problemas como el hostigamiento a las recientes protestas magisteriales que enfrenta la reforma educativa dictada por los organismos internacionales, ni las desapariciones forzadas (como fue el caso de Marco Antonio, en Azcapotzalco) ni la criminalización de la juventud ni los feminicidios (como fue el caso de Lesvy Osorio, a quien le arrebataron la vida en instalaciones de la UNAM).
Éstos son algunos de los problemas para los que Sulem Estrada, la única candidata independiente de los empresarios en estas elecciones, y anticapitalista, propone en su plataforma centrada en la defensa de los derechos de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
Rafael Arturo Mota
Estudiante de ESIME, Unidad Zacatenco-IPN