Este fin de semana se realizó el tercer congreso de la Nueva Central de Trabajadores, creemos que hay debates importantes en el seno del movimiento obrero frente a la agenda que contempla el gobierno obradorista: el outsourcing, la reforma laboral y la austeridad republicana entre otras.
Lunes 25 de noviembre de 2019
Tres días de discusiones con delegaciones sindicales de otros países y en un auditorio lleno plantearon varios objetivos para la construcción de la Nueva Central de Trabajadores, decenas de delegados fraternos de varios estados del país se dieron cita en el local sindical del Sindicato Mexicano de Electricistas.
Los principales objetivos que abordamos en una nota anterior, son la ruta que piensa seguir la NCT para continuar su construcción a nivel nacional. Sin embargo nosotros queremos puntualizar varios elementos que nos parecen fundamentales en el rumbo de los trabajadores mexicanos.
En primer lugar no podemos obviar la constitución de la Confederación Internacional de los Trabajadores, dirigida por el senador de Morena, Napoleón Gómez Urrutia, un gran paso que marca la impronta de la cuarta transformación en la búsqueda de consolidar su base obrera. Según el propio Gómez Urrutia, la CIT ya cuenta con 550mil trabajadores y 150 sindicatos.
La CIT controla sectores estratégicos en la industria minera y metalúrgica y se convierte en el principal capitalizador de las desafiliaciones de la CTM priista, un bloque que junto a la 4T emerge y que la propia NCT no puede obviar en el tablero del sindicalismo mexicano, ya que es la principal expresión de qué sindicalismo quiere construir el gobierno obradorista y claro, expresa sus principales posiciones políticas como la no abolición del outsourcing, sino la regulación del mismo, una gran limitante que da pauta a la continuidad de un proyecto estratégico para el
capital nacional y extranjero.
Es decir, la creación de la CIT empuja a la NCT a tomar posiciones claras frente a problemas nacionales como el outsourcing y cuestiona la hipótesis de construcción de una central que por hoy, se encuentra en sindicatos de servicios y estatales.
En segundo lugar, tenemos que partir de un marco nacional en el que el gobierno de la cuarta transformación apuesta a la continuidad del T MEC para darle aire a una economía con un gran riesgo de recesión, lo que ha implicado la aprobación de la reforma laboral exigida por los legisladores del Partido Demócrata.
Dicha reforma laboral implica un duro ataque a los sindicatos, limitando el derecho a huelga, aumentando el nivel de injerencia del Estado y dando continuidad a la subcontratación u outsourcing, un duro golpe a los sindicatos y a las condiciones laborales de millones de trabajadores en el país.
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A esto se le suma que tras plantear la austeridad republicana como el fin de los privilegios de diputados, senadores, jueces y altos funcionarios, dicha austeridad se descargó en los trabajadores precarios en varias dependencias estatales y recortes importantes a ciencia, cultura y educación.
Esta austeridad republicana ya ha implicado el despido de miles de trabajadores estatales, no hay cifras oficiales pero se hablas de más de 277mil despidos y un constante golpeteo al sindicalismo universitario como al SITUAM, que tras la huelga, los trabajadores enfrentan hostigamiento laboral, recortes en los implementos de trabajo y una propuesta salarial raquítica en el marco de su revisión salarial hacia enero.
Un plan de lucha, el gran ausente en los resolutivos
En el marco de las políticas reaccionarias que ha puesto en marcha la 4T para el movimiento obrero es clara la urgencia de tomar postura frente a esto. En ese sentido la NCT ha impulsado una campaña por la afiliación individual de los trabajadores precarios, pero sigue faltando una política de unidad entre trabajadores sindicalizados y precarios que se debería de reflejar en que los sindicatos peleen por la basificación de los trabajadores precarios.
Frente a la reforma laboral, la NCT realizó un foro sobre este tema con exponentes que aplaudieron la reforma y el sector más crítico no planteo la necesidad de movilizarse contra una reforma que vulnera derechos laborales elementales, el tercer congreso fue expresión de la continuidad de este vacío en el que nuevamente no hubo un posicionamiento claro sobre que hacer frente a la reforma laboral.
Un punto destacado en el congreso fue la participación de los trabajadores estatales de la campaña Queremos Trabajo Digno, quienes vienen enfrentando los despidos producto de la austeridad republicana y que refrendaron la necesidad de un plan de lucha para detener los despidos y pelear por la basificación del sector precario.
Además de la participación de los trabajadores despedidos de General Motors Silao, quienes tras exigir democracia sindical frente a la CTM fueron despedidos de manera injustificada y que son muestra del aliento de miles de trabajadores bajo el yugo de la CTM que quieren pelear por democracia sindical.
Es en este contexto que un gran faltante en los resolutivos de la NCT fue ponerse a la cabeza de un plan de lucha, es erróneo pensar incluso de manera sindicalista, que el avance de una central que se apuesta a ser un polo crítico en el sindicalismo mexicano, se construya en el vacío, sin un plan de lucha y sin convertirse en un referente para millones de trabajadores que buscan un lugar dónde organizarse para enfrentar a la burocracia sindical.
Los trabajadores que fuimos como delegados fraternos, consideramos urgente la articulación de un plan d lucha contra la austeridad republicana y la reforma laboral que da continuidad al outsourcing, un duro golpe a los trabajadores mexicanos, este debate tiene que abrirse de cara a la base trabajadora de cada sindicato y entre los trabajadores precarios, cuestión que no sólo interpela a la NCT sino a toda organización que se reclame democrática, como la Unión Nacional de Trabajadores y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.