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Red Internacional
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CÓRDOBA / URBANISMO. Terrazas verdes: ¿Una solución al problema del ambiente en la ciudad?

¿Qué implica? ¿Cuáles serían los “beneficios”? ¿Por qué se oponen los desarrollistas a la nueva ordenanza que aprobó hace algunas semanas el Concejo Deliberante de la Ciudad?

Domingo 14 de agosto de 2016 13:15

Qué implica

La ordenanza plantea la aplicación de techos verdes en edificios nuevos o ya construidos en el los barrios centrales. Es obligatoria, afecta a edificios de más de 400m2 y fija beneficios impositivos a aquellos que se adecúen a la ordenanza de forma voluntaria. El plazo para aplicarla es de 3 años con la posibilidad de una prórroga de 12 meses más. Se podrían aplicar también especies vegetales alimenticias.

Además de las terrazas, la ordenanza modifica la legislación actual posibilitando la intervención del 50% del corazón de manzana con construcciones de 4mts de altura. Este es uno de los puntos más contradictorios teniendo en cuenta que el objetivo de la nueva ordenanza es asegurar el equilibrio entre la superficie construida y los espacios verdes.

¿Los techos verdes son sustentables en Córdoba?

A simple vista parecería una iniciativa que busca mejorar la calidad de vida de los cordobeses, aportando mayor cantidad de superficies verdes a la “isla de cemento” que es el centro de la ciudad y los barrios pericentrales (Alberdi, General Paz, Güemes, Alta Cba).

Las terrazas verdes no sólo aportan desde lo estético a la imagen de la ciudad, sino que también permiten mejorar las condiciones térmicas de los edificios, disminuyendo considerablemente la temperatura de los ambientes en verano y por ende el consumo de energía (y sus costos) necesario para acondicionarlos. Pueden retener hasta un 90% de agua de lluvia, factor no menor en momentos como los de las últimas lluvias donde muchas calles de la ciudad se inundaron por las grandes cantidades de agua que cayeron en pocos minutos. Además, mejoran la calidad del aire.

Sin embargo, la estrategia de techos/muros verdes es sustentable en lugares en donde el clima facilita que lo “verde” crezca sin necesidad de riego. Este punto es clave a la hora de pensar el aporte de esta técnica a la ciudad de Córdoba, ya que su clima (de pocas lluvias en invierno) hace necesario un sistema de riego para que las especies vegetales crezcan. Un consumo extra de agua para una ciudad que en algunas temporadas sufre sequías.

Para los desarrollistas si hay que poner más plata, no funciona

Ni bien se aprobó el proyecto, los grandes desarrollistas junto con el Colegio de Arquitectos salieron al cruce. No es novedad en una ciudad donde el crecimiento y desarrollo de todo lo que se construye en Córdoba es manejado por la lógica de mercado (mínima inversión máxima ganancia), con poca intervención y planificación del Estado municipal. Los argumentos son variados: que encarece el costo de la construcción, que algunos edificios ya construidos no soportan estructuralmente, que no es un buen recurso para la ciudad de Córdoba, entre otros.

A donde más les duele a los empresarios y desarrollistas es, como ya sabemos, en el bolsillo y las inversiones que tendrán que realizar. Lejos está de importarle la sustentabilidad y la calidad de vida de las personas que habitamos la ciudad. ¿Les importa acaso los miles de millones que anualmente destinan a la construcción de countries en las sierras chicas? ¿A dónde queda el discurso de la sustentabilidad cuando avanzan sobre el bosque nativo para la construcción de canchas de golf?
En segundo plano están los usuarios. A nadie le interesa el casi asegurado aumento de las expensas que generará el mantenimiento de los espacios verdes. En algunos lugares de la ciudad de Córdoba el costo de éstas es casi tan alto como el de los alquileres, dejando a miles de familias sin poder alquilar en los barrios del centro.

¿Qué modelo de ciudad queremos?

Si hay algo que está claro son los modelos de ciudad que se ponen en juego. El modelo actual es el de construir hasta el último metro cuadrado posible, extendiendo los límites de la ciudad sobre las pocas reservas bosque nativo. Las consecuencias son concretas, las inundaciones en Sierras Chicas en febrero de 2015 dieron muestra de ello. Por otro lado, el modelo de la “densificación” plantea otros problemas: se hacen necesarias inversiones en infraestructura para poder soportar ese aumento de densidad y no generar otros problemas ambientales.

Más allá de las críticas, lo que destapa este proyecto es la necesidad de pensar el crecimiento de la ciudad integralmente. En Córdoba se construye a gusto y piaccere de las grandes constructoras, aliadas de los gobiernos de turno.

Es imprescindible abrir el debate a otros sectores de la sociedad que se ven afectados cotidianamente por las decisiones que toma el Estado Municipal. Los ciudadanos, arquitectos, estudiantes, urbanistas, trabajadores de la construcción, también tenemos derecho a decidir qué modelo de ciudad queremos.