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crítica de cine. The Batman: el regreso del príncipe exiliado

The Batman es la nueva versión del icónico personaje de historietas que llega a la pantalla grande bajo la dirección de Matt Reeves, protagonizada por Robert Pattinson, Zoe Kravitz y Paul Danno. En ella, un aún inexperto Batman deberá enfrentarse a las terribles maquinaciones de un asesino serial que se hace llamar The Riddler (el acertijo) , cuyos objetivos representan al máximo poder de ciudad gótica. Destapando una enorme red de corrupción que va desde la mafia hasta la policía, Batman deberá enfrentar su propia naturaleza vengativa y el daño que puede hacer a una ciudad que ya ha perdido la esperanza de ver mejores días.

Martes 29 de marzo de 2022

Advertencia: está crítica contiene Spoilers sobre The Batman.

Los cómics de superhéroes, más allá de su impacto en la cultura pop y el entretenimiento masivo, son historias mitológicas que proyectan el espíritu de sus tiempos en el papel. Al igual que las grandes épicas griegas, los superhéroes ordenan el mundo que nos rodea en términos simples, dividiendo el mundo entre buenos y malos a través de personajes coloridos que simbolizan ideas y pulsiones de la sociedad del momento. Básicamente, cada superhéroes busca ser su propia versión de "su moral y la nuestra" frente a una realidad convulsionada y compleja.

Es por esto que en sus 83 años de historia, Batman ha pasado por tantos escritores como ideologías tiene la historia. Si Bob Kane y Bill Finger buscaban adaptar "El Zorro" en el Noir/Hard Boiled de los años 40 y ponían a Batman como un justiciero contra las mafias, los 50 y 60 encontraron al personaje haciendo historias intrascendentes para niños bajo el "Comic Book Authority", un cubierta del FBI para censurar y perseguir a autores de izquierda bajo el macartismo. En los 70, Dennis O’Neil escribía a Batman como un justiciero en contra de la profunda corrupción política y moral de ciudad Gótica mientras los 80, Jim Starlin escribia al personaje como un agente de la CIA luchando contra el terrorismo internacional (Con el Joker siendo embajador de Libia, nada menos). Frank Miller, un libertario de derecha, definió al personaje como un violento vigilante en contra del gobierno de Reagan mientras Allan Moore, un anarco comunista, definió al personaje como un justiciero idealista que luchaba contra la opresión de ricos, políticos y conservadores.

Y es que la historia de Batman viene de mucho más atrás. Batman toma referente al Zorro de Johnstone McCulley, un justiciero popular cuya identidad secreta era Diego de la Vega, un hacendado que usa su fortuna familiar para luchar contra los hacendados corruptos de California. Al igual que Batman, el Zorro tenía su guarida en una cueva, se había entrenado con los mejores espadachines y bandidos de México y usaba el negro para representar a la Justicia que acecha a los corruptos y malechores. De el zorro nace la idea de que quienes están en el poder deben temer lo que se oculta en las sombras de la sociedad porque ahí habita la justicia popular.

Y si Batman adapta al Zorro, El Zorro mismo es una adaptación de "El Conde de Montecristo" de Alejandro Dumas, una historia donde Edmundo Dantes, un capitán de naviera mercante es acusado injustamente de ser un espía bonapartista y es encarcelado siete años en prisión, dónde conoce al Abate Faria quien antes de morir lo entrena y le revela un tesoro oculta en la isla Montecristo. Así, Edmundo prepara su regreso para limpiar su nombre y desatar la venganza en contra de quienes lo quisieron ver muerto.

Y es que a su vez, El conde de Montecristo es una adaptación de una historia real pero también de un viejo tropo medieval conocido como "el príncipe exiliado", un conjunto de cantares y madrigales populares importados desde Asia a Europa que contaban como luego de un derrocamiento violento del poder, un joven príncipe era rescatado a tiempo para vivir oculto en el vulgo. Durante su vida, lograba aprender las fortalezas de la vida común y corriente a través de un maestro y distintos cortesanos (en general, una campesina o prostituta como prueba del deseo individual contra su deber moral) para algún día volver a reclamar su derecho legítimo al trono y derrocar a los malvados que mancillaron los designios de Dios. De este tropo nace la épica del Rey Arturo, Sinueh el egipcio o Zahhak y Ogodei de "la historia secreta de los mongoles". Más allá de la fábula, estás historias tenían como fin ser cuentos de cautela para los gobernantes; la advertencia que en las sombras del poder, osea el vulgo, siempre podría haber un príncipe exiliado que volvería a vengarse.

Es aquí donde The Batman arremete con una propuesta fresca e innovadora al género, con un regreso a las raíces del personaje adaptando una historia popular medieval a un ambiente Neo Noir moderno, dónde la corrupción, el abuso policial y los pecados de la elite son el eje central de la historia. No es de extrañar que el Bruce Wayne de Robert Pattinson viva en un castillo gótico en medio de la ciudad y lleve una verdadera armadura medieval para enfrentarse al crimen; este Batman es un príncipe aún roto por la pérdida de sus padres y que aún tiene que aprender del vulgo como enfrentar la corrupción moral de la ciudad. Tiene a un maestro mentor en la figura de Alfred y tres cortesanos del vulgo como aliados, el detective Gordon, Selina Kyle y el policía Ramírez, quienes le enseñan la perspectiva callejera de ciudad gótica, al punto que el clímax de la película involucra un acertijo que Batman es incapaz de resolver sin la perspectiva de un simple hijo de un Alfombrero. Es más, el camino que lo llevó a ser Batman se ve trastocado con la revelación que sus padres, reyes idealizados por un príncipe dolido, eran en realidad tan corruptos como los criminales que buscaba eliminar. Su redención hacia el final de la película, dónde el idealismo debe ganarle al nihilismo para sanar el daño que su propio dolor ha provocado, representa la guía moral que el héroe de esta época debe seguir; no es la satisfacción personal sino la entrega hacia el pueblo.

Aquí destaca la figura de Catwoman, interpretada por Zoe Kravitz, que es tanto la justiciera del pueblo (se insinúa un pasado con la prostitución) como la tentación de deseo del príncipe. Ella representa la violencia de la lucha de clases y el deseo vengativo por obtener justicia y la liberación, siendo doblemente oprimida por el Pingüino y por Falcone, quien se revela es su propio padre. Catwoman tiene su propio viaje de princesa callejera, cuyo camino la enfrenta con el idealismo de Batman múltiples veces. Finalmente, pese al profundo deseo de entregarse el uno con el otro, el idealismo no tiene cabida en el pragmatismo y viceversa. Un romance gótico (desde la raíz del concepto) que hace tiempo no se veía en la cultura popular.

Por otro lado, ni Batman ni Catwoman podrían brillar si no fuera por el villano, The Riddler o el acertijo, un representante de la venganza divina contra la corrupción del ser humano. Como una figura mesiánica, The Riddler se construye desde dos criminales reales, el asesino del Zodiaco y QAnon, el terrorista digital filofascista que organizó la fallida toma del congreso estadounidense ante la derrota de Trump. Sus acciones castigan el crimen y la corrupción de ciudad gótica, pero su violencia no distingue entre santos y pecadores; su acto final es literalmente un diluvio universal que limpie las calles de ciudad Gótica de toda su suciedad, sin importarles la vidas humanas que se pierdan en el camino. Es un impugnador del poder pero desde la pulsión individualista, frustrado por las injusticias que ha tenido que sufrir y demasiado enojado con el sistema para preocuparse por otras víctimas como él.

Y curiosamente, este último aspecto pone a The Batman como una de las películas más genuinamente rebeldes de un género hollywoodense que ha hecho de la derecha su lugar de comodidad. Christopher Nolan adaptó a Batman como un héroe inequívocamente de derecha, un millonario Randiano (basado en el objetivismo de Ayn Rand) que a lo largo de tres películas se enfrenta al terrorismo oriental (Batman Begins), el anarquismo (The Dark Knight) y la revolución (The Dark Knight Rises) usando todas las herramientas que el capitalismo neoliberal le puede entregar. Sin ir más lejos, The Dark Knight justifica las masivas escuchas telefónicas luego del atentado a las torres gemelas en el gobierno de Bush y The Dark Knight Rises termina con un enfrentamiento entre el bien y el mal de la policía contra los revolucionarios en una representación burda y exagerada del movimiento Occupy posterior a la crisis de wall street del 2008.

Si bien Zack Snyder ya había hecho una crítica al fascismo en el imaginario heroico en "Batman V Superman", The Batman, en cambio, pone encima de la mesa una pregunta incómoda y provocadora; ¿Cómo impugnamos un sistema corrupto y decadente sin destruir a quienes son aplastados por él? ¿Se puede construir un futuro desde el odio y la venganza? Ninguna de estas preguntas tiene una respuesta concreta, pero sí una respuesta moral; en estos momentos, mantener viva la esperanza en el futuro es tan importante como reconstruir un mundo desde los escombros, con los oprimidos como protagonista. Así, el último sacrificio de Batman mata a la venganza en él para dar vida a la justicia y la reparación de una sociedad rota desde abajo, no desde lo alto del castillo. Un héroe no es quien actúa para satisfacer su interés personal, sino para el beneficio de los demás. Es lo que el idealismo llama "el bien común".

En conclusión, The Batman es el regreso del personaje a sus raíces originales, un héroe popular que inspira la justicia desde el optimismo idealista en contraste con las versiones cínicas y nihilistas que se habían apoderado de la cultura popular. Una cinematografía exquisita que no teme abrazar un romanticismo gótico exagerado propio del mundo de las historietas. Una historia Neo medieval que define el espíritu de nuestros tiempos y que refleja nuestra propia lucha por derrotar el mundo viejo y construir el mundo nuevo. Un tiempo donde nacen monstruos pero también héroes que puedan enfrentarlos.

Así vuelve el príncipe exiliado a enfrentarse a los males del mundo construido por sus padres como volvemos nosotros a enfrentar a los nuestros, acechando desde las sombras a los usurpadores del poder.

The Batman está en cartelera en todos los cines del país y desde el 15 de abril en HBO Max.


Carlos Henríquez

Historietista. Panelista Podcast Troskosis