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Red Internacional
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Tribuna Abierta. "The Interrupters", la voz que el establishment norteamericano no quiere escuchar

Miércoles 12 de julio de 2017

Los temas que se abordan en las canciones van de la camaradería a resaltar lo valiente que fue una mujer defenderse de su maltratador. Pasan por rebelarse contra las élites políticas, romper el control que ejercen los ricos del mundo, la frustración que implica salirse del rebaño o las mentiras que difunden los medios de comunicación

En el marco de su primera presentación en la Ciudad de México, desde que fue formada en 1991, la conocida banda de punk rock Rancid tocó algunos de los mejores temas que representan su incursión en el género del ska. Cada que vez que ocurría lo anterior, Kevin Bivona aparecía en el escenario para tomar el teclado y provocar un sonido que obliga al baile, sin importar la raza o la residencia, arrullado por historias sobre lo que implica ser un marginado, en los Estados Unidos de América como en el resto del mundo.

Resulta que Bivona, tiene su propia banda de ska-punk, en la cual es guitarrista, junto a sus dos hermanos, Justin (bajista) y Jesse (baterista). Los tres visten como Rude boys (movimiento originado en los guetos de Jamaica a principios de los años 60, conformado por jóvenes que se aferraban a ser “alguien” cuando la sociedad les había dicho que no eran nada), con camisa blanca, pantalón y corbata negra, y tirantes. Además, los tres llevan la cabeza rapada.

Sin embargo, lo más llamativo de la banda, tanto en lo musical como en lo visual, es su vocalista, Aimee Interrupter. La imagen y la voz de Aimee inspiran poder, la misma clase de poder que los Rude boys originales autoproclamaron, el que no se obtiene por concesión graciosa, sino con fuerza y determinación. Junto a los Bivona, Aimee es parte de The Interrupters, banda de Los Ángeles, California, que comenzó su carrera musical en 2011 y que invita no sólo a mover el cuerpo, sino a agitar el mundo hasta cambiar la realidad.

La banda ha lanzado tres discos: Liberty and Family (2013), uno homónimo en 2014 y el más reciente, Say It Out Loud (2016), el cual dio pauta a que la banda incluso ingresara en las listas de popularidad como Billboard. Sin embargo, la masificación no mermó su calidad musical y lírica. La afortunada combinación entre el punk melódico –con una influencia innegable de Rancid– con el ska acompaña letras rebeldes y propositivas.

Los temas que se abordan en las canciones de Say It Out Loud van de la camaradería a resaltar lo valiente que fue una mujer al matar a su maltratador. Pasan por rebelarse contra las élites políticas que, entre otras cosas, dirigen la distribución de drogas para beneficiarse económicamente a costa de los desposeídos, romper el control que ejercen los ricos del mundo, la frustración que implica salirse del rebaño, las mentiras que difunden los medios de comunicación, la pertenencia a un lugar donde la gente no es pura falsedad y la estigmatización que motiva a las fuerzas policiales, entre otros.

The Interrupters es la voz que el Establishment norteamericano no quiere escuchar, la que el bipartidismo pretendió apagar en la más reciente elección presidencial de aquel país, la que no sólo resiste, sino se opone de manera activa al neofascismo de Donald Trump y aquellos que le siguen. Como su canción más conocida lo sugiere: “Es nuestro tiempo para recuperar el poder”, así sea.