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Red Internacional
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Cannabis medicinal. Tiene 76 y usa cannabis para su osteoporosis: la allanaron en Bariloche

Mientras en Bariloche y a nivel nacional avanza la reglamentación para despenalizar el cultivo de cannabis medicinal continúan los allanamientos. Reproducimos el testimonio de una mujer de 76 años, allanada en un operativo de la Policía Federal, detenida brutalmente y trasladada sin protocolo sanitario en plena pandemia: “me hicieron acordar a viejas épocas de represión”.

Jueves 1ro de octubre de 2020 09:19

Son muchos los casos como el de Damián Raña, la policía arma causas de narcotráfico a cultivadores de Cannabis. En Febrero de este año, en Misiones, allanaron a una señora de 74 años por tener una planta. Otro caso conocido es el de la abuela en La Plata que cultivaba para su nieto y sufrió un violento operativo tras el cual fue detenida y toda la medicina secuestrada. En Bariloche, el pasado 11 de septiembre, Diva Castro Mattera, de 76 años, fue allanada y detenida brutalmente en un operativo de la Policía Federal. Diva es usuaria de cannabis medicinal, sufre de Osteoporosis, EPOC y es hipertensa. Consumir cannabis le cambió la vida pero hoy sufre las consecuencias de la criminalización. Estas son las consecuencias de la ilegalidad, el proyecto que se está tratando en la legislatura de Río Negro no contempla el autocultivo.

Diva nos cuenta como es su relación con la planta a partir de su estado clínico y de que manera el cannabis la ayuda con distintas dolencias y a mejorar su calidad de vida.

“Mucha medicación me terminó produciendo la osteoporosis y secuelas. Ahora solo tomo la medicación para la presión. Tuve 3 fracturas por la falta de calcio, una de fémur, de la muñeca derecha (con placa de platino y 5 tornillos) y la izquierda.”

“Comencé a tomar cannabis terapéutico haciendo vaporizaciones, porque no tenía gotas en ese momento, como hace 5 años atrás. Eso me aliviaba el dolor de pecho, el dolor muscular y óseo, ya que mis articulaciones están mal. Antes no podía ni viajar en colectivo. Ciertos días no podía ni levantarme de la cama, mis hijos me tenían que ayudar. Cuando empecé a tomar las gotas fue un cambio radical: a nivel muscular me aflojaba y los dolores cedían, no tenía más cefaleas espantosas, no tenía mareos. “

“Me tuve que informar mucho sobre el cannabis terapéutico. Hago huerta, camino, cocino y anímicamente me ayudó mucho, descanso con placer, me mejoró mi estado general, tengo energía. Soy una persona activa gracias al cannabis. Hago todas las tareas de mi casa. La calidad de vida me mejoro un 200%.”

Con mucha angustia nos relata el operativo de allanamiento en plena cuarentena y su posterior detención sin protocolo sanitario alguno a pesar de ser paciente de riesgo por su edad y su diagnóstico.

“El día 11/9 irrumpieron violentamente mi casa fuerzas policiales sin mostrar ninguna orden de allanamiento, sin llamada previo, eran las 7 am. Abrieron mi puerta e irrumpieron muy bruscamente en oscuro, alumbrando con linternas. Eran más o menos 7 personas, 1 uniformada mujer, una testigo mujer y 5 hombres uniformados gritándome: manos arriba, no se mueva! Yo les dije: ¡que pasa que pasa, yo no tengo nada! me desesperé. La mujer policía me tira los brazos para atrás y me pone las esposas con fuerza. A mí se me caían las lágrimas, me dolían las muñecas por las esposas.”

“Siguieron revolviendo y buscando. Toda la casa revisaron. Hasta en el baño. Revisaron labsolutamente todo. No encontraron nada más que un frasquito de aceite de cannabis que consumía por mis dolores y una latita donde tenía hojas de cannabis para vaporizarme, no uso cogollos. El que me abastece es mi hijo que es cultivador y usuario.”

“Me hicieron acordar a viejas épocas de represión, la misma forma de entrar explosiva, con una fuerza inusitada, me violentaron. Mi casa, mi intimidad, cuando desde marzo yo estoy aislada. Yo no salgo más que al patio de mi casa y soy paciente de riesgo. A pesar de todo eso, me llevaron a la comisaría. Estuve más de 4 horas detenida, después de las innumerables horas durante el allanamiento. Me dijeron que me cambiara que me llevaban a la comisaría: “prepárase que usted va”. “

“Estaba muy angustiada, no recibí atención de ningún tipo, muy preocupada, se me caían las lágrimas sola. Hacia muchísimo frío. No bastó con todo eso de estar sentada en la entrada de la comisaría, expuesta al virus porque muchos policías no tenían barbijos durante el allanamiento ni tampoco en la comisaría. Jamás se me cuido, jamás se me protegió. Se me trató como si fuera una criminal siendo yo sólo una usuaria de cannabis.”

“Por último me llevaron al hospital en una camioneta de la policía donde éramos 5 personas apretadas, algunos sin barbijo. Yo con mi barbijo personal todo el tiempo, cuidándome. El médico me hizo sacarme la ropa y me miró solamente. Yo no quería que me toquen. Tenía miedo de toda la situación, pero más que nada ahora tenía miedo por contraer Covid-19. Recién a las 7 de la tarde, luego de 12 horas aproximadamente, me hacen firmar unas actas en la comisaría para darme la salida, quedando a disposición de la justicia. “

Lo único que pido a quien corresponda, que hay que acabar con la persecución de los usuarios, de sus familias, de sus conocidos y de los cultivadores porque son los que nos abastecen, porque yo no cultivo, no tengo ni una planta. Mi casa está a 5 metros de lo de mi hijo y ¡no encontraron nada!. Lo que se está diciendo en algunos medios es difamación, yo soy una persona mayor, soy enfermera jubilada, trabajé 41 años en salud. Yo consumo cannabis en mi casa, en mi cama, tengo todo el derecho en elegir la forma en la que quiero vivir en mi privacidad. Ya no tengo los dolores que tenía. Neurológicamente no estaba bien, ahora, con cannabis, sí. Volví a vivir sin dolor. El cannabis es una hierba medicinal y antiquísima, y nadie se muere por el cannabis.”