Luego de la Mesa Técnica entre el gobierno provincial y el SUTEF se llevó a cabo un Congreso Provincial de delegados y delegadas de la provincia de Tierra del Fuego. ¿Se abre un nuevo debate en la docencia? o ¿se impone la falsa normalidad del gobierno?
Verónica De Bueno Docente| PTS Chubut
Viernes 19 de febrero de 2021 18:57
Las y los docentes de la provincia vienen debatiendo en asambleas cómo volver a clases presenciales de forma segura. Se han planteado como condiciones la vacunación contra el COVID-19, la puesta en condiciones de los edificios educativos, la exigencia al Estado de los materiales de bioseguridad para que se garantice el no contagio de toda la comunidad educativa en las escuelas.
Mientras tanto, el gobierno provincial de Gustavo Mellella propuso un aumento salarial, que la docencia fueguina aceptó seguir a pesar de estar bajo la línea de pobreza. Además es un aumento salarial escalonado en tres tramos, llegando a los $44.000 en el último tramo. Sin embargo, un docente que recién inicia, gana $35.000 y la Canasta Básica en la provincia está por encima de los $55.000. Cabe destacar que la Canasta Básica Familiar superó los $110.000.
¿Cuál es la situación edilicia?
Una de las condiciones fundamentales para el regreso a clases presenciales, es la puesta en condiciones sanitarias de las instituciones educativas. El SUTEF (Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina), solicitó al Ministerio de Educación, los permisos para ingresar a las escuelas y relevar la situación edilicia. La respuesta a esta demanda no fue contestada, por lo que se pidió la intervención del Ministerio de Trabajo.
¿Por qué el gobierno no quiere que entremos a las escuelas? Fácil, porque sabe que no están en condiciones para una vuelta segura a clases presenciales. Además no hay información desde el Ministerio de Educación sobre de las supuestas refacciones edilicias.
Hace unos días circularon fotos del Colegio Técnico de la ciudad de Ushuaia, mostrando el deterioro del edificio y por otro lado, el Colegio Eva Duarte de Perón le pide a las familias que provean a sus hijas e hijos de los materiales de bioseguridad: barbijo, alcohol en gel, jabón, etc. ¿No debía el Estado garantizar lo mínimo que son los materiales de bioseguridad?
Esta es la real situación, en la que se encuentran las escuelas de Ushuaia, desenmascarando al gobierno nacional de Alberto Fernández y al gobierno provincial provincial de Gustavo Melella exigiendo que las y los estudiantes vayan a clases en esas condiciones.
Pero no son los únicos, porque las conducciones sindicales de CTERA y sus gremios de base actúan como correa de transmisión de la política del gobierno y pasaron de defender el “Protocolo marco” de julio 2020 (ahora desguazado por el ministro de educación de la nación Nicolás Trotta y todos los ministros de educación), a afirmar que sin vacunas no podía haber presencialidad. E incluso cuestionaron el “semáforo epidemiológico” (anexado en octubre 2020 y ahora eliminado) y proponiendo, en el caso de UTE criterios parecidos a los de la Sociedad Argentina de Pediatría; ocultando con el silencio cómplice y permitiendo la eliminación de los indicadores epidemiológicos específicos. Así dejan correr la imposición de la presencialidad a costa de nuestra salud y la de millones de estudiantes y familias.
Lo que hay detrás del regreso a la presencialidad
Detrás del regreso a clases sin garantías de seguridad contra la pandemia, sin condiciones óptimas de los establecimientos edilicios, con insumos insuficientes, carestía de transporte público y sin personal suficiente. Lo que se demuestra verdaderamente, no es el afán por cuidar los derechos de los niños y niñas, sino cuidar las ganancias de las empresariales.
Basta ver las contradicciones que existen en las modificaciones a las medidas mínimas de cuidado y el aval a las jugadas empresarias, que acompañan esta vuelta a clases presenciales junto a la política de aperturas indiscriminadas.
Las escuelas abiertas forman también parte de las necesidades de las empresas, porque más allá de la función educativa y formadora de la escuela (que hoy podría también cumplirse en gran medida en forma virtual con las condiciones de conectividad y dispositivos necesarios de no existir aún condiciones epidemiológicas), es ante todo el lugar privilegiado donde las familias trabajadoras dejan a sus hijos durante la jornada laboral o gran parte de ella. Las empresas no pagan jardines maternales ni juegotecas, son las escuelas públicas en su mayoría las que se hacen cargo de los cuidados.
Es por esto, que la política de clases presenciales está repleta de contradicciones.
Desde la Agrupación Nacional Marrón, proponemos poner en pie asambleas para que docentes, auxiliares, padres y estudiantes discutan e impongan las condiciones sanitarias para la vuelta a las clases presenciales, en discusión con médicos y sanitaristas. Crear un verdadero movimiento con cientos y miles en las calles que impongan esta demanda junto a sostener como plantea el SUTEF el uso de las licencias para todas y todos les docentes que las necesiten.
Planteamos en el último Congreso de delegadas y delegados que, las licencias están bien, sin embargo no pueden ser la única demanda a llevar a cabo, como medida a la vuelta a la presencialidad. Debemos organizar a la comunidad y la docencia para garantizar que se cumplan los protocolos.
Además, planteamos que los congresos de delegados tienen que ser resolutivos, donde se voten propuestas para ser discutidas con toda la base docente.
En la tarde de hoy se realizará una caravana docente pidiendo por condiciones de seguridad e higiene a la que acompañamos y llamamos a toda la docencia, estudiantes y familias a sumarse y participar de la lucha.